El Gobierno sirio anuncia el "fin de la ofensiva militar" en las principales ciudades rebeldes
Los opositores sostienen que las tropas permanecen en Deir el Zor y Latakia
Las fuerzas de seguridad sirias consideran "terminada" la operación militar en dos de las principales áreas rebeldes del país, Deir el Zor (en el este) y Latakia (en la costa mediterránea, en el noroeste), según afirman los medios de comunicación oficiales. Las ofensivas de los últimos días contra supuestos "grupos terroristas", según la verisón oficial, en estas zonas han causado decenas de muertos.
Un grupo de periodistas internacionales, en una visita organizada por el régimen, sostiene haber asistido a la retirada de los militares y de vehículos blindados, mientras los medios locales difunden imágenes de la población cantando y sonriendo mientras los soldados se alejan.
Los activistas, sin embargo, desmienten la versión oficial. Pocas horas después del anuncio oficial, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha denunciado la muerte de un activista por disparos del Ejército en una manifestación en contra del presidente Bachar el Asad, en Latakia.
El régimen rechaza las acusaciones de llevar a cabo una "limpieza étnica" en Latakia
Según la cadena de televisión Al Yazira, las fuerzas de seguridad permanecen en la periferia de Deir el Zor. Los activistas aseguran que al menos 32 disidentes han muerto en la campaña de represión que comenzó el pasado miércoles. Las últimas dos víctimas fallecieron anoche, a causa de los disparos que siguieron la última oración del día durante el mes de Ramadán.
El asedio de cuatro días a Latakia, donde el ejército utilizó por primera vez también buques de guerra, ha acabado con la vida de al menos 36 personas, según los opositores. El ataque al barrio de Al Ramel, donde se ubica un campo de refugiados palestinos, ha obligado a unas 5.000 personas a huir. Yaser Abed Rabbo, dirigente del Frente Democrático para la liberación de Palestina y miembro de la comisión ejecutiva de la OLP, condenó el asalto y definió lo ocurrido en Latakia como "crimen contra la humanidad".
La agencia estatal de noticias siria rechaza las acusaciones de los opositores de llevar a cabo una operación de "limpieza étnica" con el objetivo de expulsar a miles de musulmanes suníes para entregar la ciudad a la minoría alauí, a la que pertenece el mandatario.
Las protestas en contra del régimen no se han detenido en las otras principales ciudades del país. Los residentes de Homs, de los suburbios de Damasco y de Binish (en el norte) volvieron a salir a la calle anoche para exigir la dimisión del presidente El Asad.
La ola de revueltas para poner fin a los 41 años de dictadura del partido Baaz han causado más de 1.800 víctimas mortales desde el pasado marzo.
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