Berlusconi ofrece un 'show' a sus seguidores a la salida del juzgado
El primer ministro, imputado por apropiación indebida y fraude fiscal en el 'caso Mediatrade', comparece por primera vez ante la justicia desde 2003.- La mayoría en el Parlamento prepara nuevas leyes a medida para frenar los procesos
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha acudido hoy al tribunal de Milán y ha asistido a puerta cerrada a la vista preliminar del caso Mediatrade, en el que está imputado por apropiación indebida y fraude fiscal. Berlusconi ha llegado al juzgado acompañado por su médico personal Alberto Zangrillo. Un grupo de unos 40 seguidores, convocados por SMS y que según afirman diversos medios locales han cobrado 20 euros y un bocadillo por asistir, han recibido al primer ministro con aplausos y gritos de "Silvio, Silvio", y se han enfrentado con detractores de Berlusconi, que le han pitado al llegar. Hora y media después, al abandonar el palacio de Justicia, el primer ministro ha parado el coche oficial, se ha subido al estribo y ha saludado a los congregados: "Ha ido todo bien, muchas gracias a todos, volveré". Una pancarta desplegada por la claque afirmaba: "Fuera la política de los tribunales de Justicia".
Las televisiones no han podido grabar la comparecencia del primer ministro ante los jueces, la primera desde que en 2003 asistió a una vista del caso SME (en el que fue acusado y absuelto de sobornar a un juez: fue condenado su abogado Cesare Previti). Aquella vez, Berlusconi se negó a responder a las preguntas de la fiscal Ilda Boccassini y se marchó de la sala alegando que debía recibir a un mandatario extranjero. Al día siguiente, su Gobierno aprobó el primer escudo judicial de una larga serie.
Hoy los magistrados no han interrogado a Berlusconi, y se han limitado a organizar el calendario de las próximas vistas. La nueva fecha del juicio ha quedado fijada para el 4 de abril.
Antes de llegar al tribunal, Berlusconi ha dado una entrevista telefónica a Canal 5 en la que ha atacado a los fiscales de Milán, a la oposición "comunista" y al Tribunal Constitucional. Ha dicho que las acusaciones son "ridículas e infundadas", y se ha definido como un "perseguido" y como "el hombre más imputado de la historia y del universo".
Según el magnate, las citaciones a sus cuatro procesos abiertos son "la consecuencia de la increíble sentencia del Tribunal Constitucional que decidió que solo en Italia un presidente del Gobierno puede ser procesado mientras gobierna, distrayéndole así de su cargo y de su tareas públicas".
En el caso Mediatrade están acusados 11 dirigentes y socios del grupo Mediaset, propiedad de la familia Berlusconi. Según los fiscales, la filial Mediatrade compraba los derechos de series y películas a las mayoristas estadounidenses en los años noventa a través del intermediario Frank Agrama y su empresa Wiltshire, aumentando así el precio de forma ficticia por el camino. La acusación afirma que Agrama era en realidad un socio oculto de Berlusconi, y que le ayudó a crear un fondo de 170 millones de euros en sociedades situadas en paraísos fiscales con el fin de evadir impuestos en Italia.
Alegato televisivo
En su alegato defensivo telefónico ante el periodista de Canal 5 Maurizio Belpietro, Berlusconi ha afirmado que conoció a Frank Agrama en los años ochenta aunque "nunca" le volvió a ver, y ha asegurado que "jamás" se ha ocupado de gestionar los derechos televisivos de su empresa porque como "todo el mundo sabe", desde 1994 se dedica solo a la política.
"Ya he jurado muchas veces por mis cinco hijos y mis seis nietos que ninguno de los hechos que me imputa la fiscalía de Milán son ciertos", ha afirmado.
El primer ministro, de 75 años, ha prometido además que se presentará "a todas las vistas futuras para no suspender los procesos en curso"; hasta ahora no había acudido ni a la reanudación del juicio en el que está imputado por fraude fiscal por el caso Mediaset, siendo declarado en rebeldía por los jueces, ni a las dos vistas fijadas la semana pasada por el caso Mills, en el que se le acusa de corrupción judicial.
A estos procesos se suma el caso Ruby, en el que está acusado de abuso de poder y prostitución de menores, y que comenzará el 6 de abril.
Leyes a medida en el Parlamento
Mientras Berlusconi desplegaba en Milán su espectáculo y su pequeño mitin callejero, en Roma la mayoría de centro-derecha avanzaba en la aprobación parlamentaria de las normas a medida diseñadas para dejar en vía muerta al menos dos de los cuatro procesos que le afectan. La norma, conocida como prescripción breve, que recorta el tiempo de prescripción para los acusados que no han sido nunca condenados, está llamada a acabar en apenas un mes con los casos Mills y Mediaset.
Contra el caso Ruby, el Pueblo de la Libertad de Berlusconi y sus aliados de la Liga Norte tienen ya ultimada una moción que afirma que la competencia para juzgar al jefe de Gobierno corresponde al Tribunal de Ministros y no al de Milán. Eso suscitaría un conflicto de atribuciones que deberá resolver el Tribunal Supremo, aunque la fiscalía milanesa ha afirmado que el trámite no detendría el desarrollo del proceso.
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