El abogado de Charles Taylor dice que los jueces le impiden defenderle y abandona la clausura del juicio
Taylor, ex presidente de Liberia, está acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, por armar a los rebeldes de Sierra Leona a cambio de diamantes de sangre
Sorpresa final en el juicio contra Charles Taylor, ex presidente liberiano acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Sierra Leona entre 1991 y 2001. En particular, se le acusa de haber financiado al rebelde Frente Unido Revolucionario sierraleonés, a cambio de diamantes, para desestabilizar el territorio vecino. Su abogado, Courtenay Griffiths, ha abandonado la sala en protesta por la negativa del Tribunal especial para Sierra Leona de aceptar el escrito con sus conclusiones definitivas. Griffiths se ha quejado de "falta de tiempo, solo ocho horas", para cerrar la defensa. Los jueces le han recordado que rechazaron el pliego porque no respetó los plazos procesales. Lo envió tarde, aunque conocía las fechas de entrega. A pesar de que podía incurrir en desacato, el letrado se ha ido.
En los pasillos, Griffiths ha advertido que el Tribunal para Sierra Leona "compromete su credibilidad al no admitir el 90% de los argumentos de mi defendido". Entretanto, dentro de la sala, Brenda Hollis, fiscal jefe, ha tomado la palabra. Primero, ha criticado al ex mandatario africano (el primero fuera del poder en ser juzgado por la justicia internacional) por presentar escritos a última hora. "Esto no es un evento social", ha dicho. Luego le ha acusado de "haber querido controlar el territorio de Sierra Leona, sus recursos naturales, sobre todo los diamantes, y a su población". "Los testigos han recordado crímenes horrendos. No habrían sido padecidos por la población, de no haber sido Taylor el supervisor del Frente Unido Revolucionario". En la guerra civil de Sierra Leona hubo 50.000 muertos. Unas 100.000 personas más resultaron heridas o perdieron familias y hogares.
Justamente el tráfico de diamantes de sangre ha añadido publicidad al proceso. La sombra de las joyas en bruto ha planeado sobre testimonios como el enterramiento de niños vivos en presencia de sus madres, y la mutilación, a machetazos, de casi una generación de jóvenes africanos. O bien el pillaje, violaciones y uso sistemático de menores soldado y esclavas sexuales de todas las edades.
En agosto pasado, la ruta de estos diamantes dio un giro. A la sede de La Haya del Tribunal llegaron Naomi Campbell, modelo británica, y la actriz estadounidense Mia Farrow. La primera reconoció haber recibido "unas piedras pequeñas y sucias". Pero no confirmó que fueran un regalo de Charles Taylor. Farrow, por el contrario, aseguró que Campbell le dijo "que eran de Taylor". Pasado el instante casi irreal de glamour, el proceso siguió su curso. Hasta hoy. Después de escuchar a un centenar de testigos, todo debe concluir el viernes. La sentencia es esperada a mediados de 2011. De ser condenado, Taylor cumplirá la pena en el Reino Unido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.