Muere supuestamente apuñalado el sobrino de la esposa de Ben Ali
Imed Trabelsi, alcalde de la ciudad costera de La Goulette, falleció ayer, al parecer por heridas de arma blanca
Mientras Túnez camina hacia una transición entre la tensión y las incógnitas , los disturbios y la violencia salpican las primeras horas tras la caída del régimen de Ben Ali . Imed Trabelsi, sobrino de la esposa de Ben Ali y alcalde de la ciudad costera de La Goulette, murió ayer en el hospital militar de Túnez tras llegar herido de arma blanca, según informaciones que no han podido ser confirmadas en su totalidad. Imed, que se encontraba en paradero desconocido desde la huida del ex presidente, formaba parte de ese grupo de parientes de la primera dama que controlaban la economía del país, asociados siempre a la corrupción del régimen y objeto de la ira de los manifestantes.
Un juez francés había abierto una investigación contra Imed Trabelsi por su supuesta implicación en el robo de un yate que pertenecía a Bruno Roger, directivo de la Banca Lazard.
Hasta antes de la revuelta, Trabelsi era un apellido que convenía pronunciar en voz baja en las vigiladísimas calles de Túnez. La familia de la primera dama participaba en los principales negocios: bancos, cadenas de radio, grandes centros comerciales protegidos ahora por el Ejército, concesionarios de automóviles, intereses inmobiliarios. Mientras, el desempleo se cebaba en la población, que centró buena parte de su descontento en los parientes del ex presidente. En los últimos días, uno de los lemas más escuchados entre los manifestantes en las calles ha sido "Trabelsis, ladrones".
La corrupción desbocada y el desempleo generado por un régimen controlado por la familia del ex presidente han sido el motor de la revuelta. "Las grandes empresas han pasado a muy pocas manos, las de los Trabelsi y otros grupos cercanos a la familia del presidente y a la Asamblea Constitucional Democrática, el partido de Ben Ali. Se han expropiado empresas alegando el interés nacional para dárselas a la familia. Hay una enorme concentración de la riqueza, pero sin redistribución, como sucedía antes. Lo único que hay son asociaciones de solidaridad. ¿Y quién las controla? La familia del presidente y el partido oficial", explicaba Buzaina Fersiu, profesora de Ciencias Empresariales de la Universidad de Túnez, en el inicio de la revuelta a Juan Miguel Muñoz.
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