La policía francesa interroga a Liliane Bettencourt

El ya famoso caso Bettencourt, que empezó como una querella familiar y ha acabado salpicando a las más altas esferas del Elíseo, encara una semana decisiva con los interrogatorios de sus dos principales protagonistas. Los agentes de la brigada financiera se han desplazado hasta el palacete de Liliane Bettencourt en las afueras de París donde han interrogado durante dos horas a la heredera de l'Oréal, de 87 años, por un posible delito de evasión fiscal, que salió a la luz en unas conversaciones grabadas ilegalmente por su ex mayordomo. El ministro de Trabajo, Eric Woerth, en el centro de la polémica por un posible conflicto de intereses, debería contestar a las preguntas de la policía mañana o el miércoles.

Las escuchas ilegales realizadas en el domicilio de Bettencourt, la mujer más rica de Francia, entregadas a la justicia a principios de junio en principio para probar que la anciana es víctima de un abuso de debilidad por parte del fotógrafo François-Marie Barnier, tal y como lo afirma la hija de la millonaria, Françoise Meyer Bettencourt, revelaron la existencia de al menos dos cuentas bancarias en Suiza con decenas de miles de millones no declaradas al fisco francés. La policía también se interesa por la propiedad de la isla Arros, en las Seychelles, valorada en 500 millones de euros, que habría sido adquirida por Bettencourt y que sería ahora propiedad de Barnier, a través de un complejo entramado financiero.

Eric Woerth será por su parte interrogado a principios de esta semana, previsiblemente mañana o el miércoles, esta vez en torno a las acusaciones de conflicto de interés y de hacer la vista gorda sobre el presunto fraude fiscal de la familia Bettencourt. Su esposa, Florence Woerth, que también fue interrogada la semana pasada, fue contratada como asesora financiera de la millonaria cuando él era ministro de Presupuesto y Cuentas Públicas. Según se desprende de las escuchas, Woerth le habría pedido al gestor personal de la fortuna de Bettencourt, Patrice De Maistre, que empleara a su esposa.

Aunque oficialmente dependen de otro sumario, el abierto tras las explosivas declaraciones de la ex contable de Bettencourt, Claire Thibout, Woerth, que asegura estar "impaciente" por explicarse ante la brigada financiera, podría aprovechar la ocasión para dar su versión de las acusaciones que más amenazan con salpicar al propio Elíseo, las de financiación ilegal. Según Thibout, De Maistre le pidió en enero de 2007 unos 150.000 euros en efectivo para entregárselo a Woerth, entonces tesorero del partido de Nicolas Sarkozy, puesto del que ha dimitido a raíz del escándalo, para financiar la campaña electoral del presidente. Tanto Woerth como De Maistre han negado en bloque las acusaciones.

En total, se han abierto ya cinco investigaciones diferentes en torno al caso Bettencourt, por lo que no se descartan nuevas revelaciones: la inicial por abuso de debilidad, la demanda interpuesta contra los responsables de las escuchas ilegales, la de financiación ilegal, la de blanqueo de fraude fiscal y una querella de un accionista de l'Oréal contra Barnier. Ayer mismo, la revista Paris-Match revelaba que la policía se había incautado de un testamento de la millonaria realizado en 2007, según el cual declararía como heredero universal al famoso Barnier. Aunque ese legado no incluye las acciones de la familia de l'Oréal -el 30% del capital de la empresa-, que le corresponden a su hija y sus nietos, y que suponen, según Bettencourt, el 92% de su fortuna de 15.600 millones de euros.