Musharraf apela a la "unidad nacional" en plena crisis militar con la India
El presidente paquistaní anuncia elecciones para octubre de 2002. -Crecen los intentos de mediación internacional para intentar un encuentro entre los dos países
La creciente tensión que se vive durante los últimos días entre India y Pakistán ha vivido hoy un nuevo episodio. En un discurso televisado a toda la nación, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, ha asegurado que su Gobierno apoyará la liberación de Cachemira, a la vez que ha clamado por la unidad de la nación ante el peligro de que se intensifique el conflicto con el país vecino. Mientras, se intensifica la ofensiva diplomática para evitar una cuarta guerra entre estos dos miembros del selectivo club de países con armamento atómico.
Musharraf subraya que la tensión con India "es muy elevada" y que "el peligro de guerra no ha sido eliminado", mientras que un millón de soldados se concentran a ambos lados de la frontera indo-paquistaní y de la Línea de Control que separa los sectores indio y paquistaní de Cachemira.
"Pakistán atraviesa en este momento un periodo muy difícil. Nos enfrentamos a una situación grave y nos encontramos en una encrucijada de al historia", declara Musharraf.
El líder paquistaní ha negado a su vez que militantes musulmanes estén cruzando la frontera entre los dos países y señala que los habitantes de Cachemira están luchando por su libertad.
Sin embargo, ha matizado su discurso al señalar que no permitirá que en territorio paquistaní existan bases terroristas de ningún tipo.
Musharraf ha anunciado también nuevas elecciones, que tendrán lugar entre el 7 y el 9 de octubre de este año, a la vez que ha señalado que responde a la demanda del Tribunal Supremo que exigía elecciones y que el poder volviera a un gobierno civil.
El presidente ha prometido que las elecciones serán limpias y transparentes y ha asegurado que se invitarán a observadores internacionales para que garanticen la legalidad de los comicios.
La reacción de India al discurso en el que el presidente Musharraf ha apelado a la unidad nacional ante el temor a un enfrentamiento armado no ha tardado en llegar. El Gobierno indio ha asegurado que su ministro de Exteriores dará mañana una respuesta en rueda de prensa a las palabras del presidente paquistaní.
Llamamientos a la calma
El discurso de Musharraf también ha despertado la atención de la comunidad internacional que ha lanzado una ofensiva diplomática para evitar que la India y Pakistán se enzarcen en otra guerra.
Tras la visita que hizo la semana pasada a los dos países el comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, esta semana viajará a la zona el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Jack Straw, y a principios de mes acudirá el vicesecretario de Estado de EEUU, Richard Armitage.
Pero no solo la UE se ha movilizado para evitar el conflicto. El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Anatoli Safonov, ha llegado hoy a Islamabad para una visita durante la que se discutirá la propuesta realizada por el presidente ruso, Vladimir Putin, de discusiones entre los líderes paquistaní e indio a principios de junio, según fuentes oficiales.
Putin propuso el sábado pasado que Vajpayee y Musharraf, se desplacen a Almaty, en Kazajistán, para mantener discusiones al margen de una conferencia internacional prevista entre el 3 y el 5 de junio.
Rebajar la tensión
El primer ministro británico, Tony Blair, ha hablado esta mañana por teléfono con Musharraf, para instarle a "rebajar la tensión" con la India, a la vez que el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, ha advertido de que una escalada militar incontrolada en la zona podría desembocar en una guerra atómica. Fuentes del Gobierno británico han dado a entender que suspenderá las ventas de armas a India y Pakistán para intentar evitar una carrera de armamento.
La última crisis militar indo-paquistaní saltó en diciembre con un atentado al parlamento federal indio y se intensificó hace dos semanas cuando un comando suicida de guerrilleros atacó un cuartel militar y mató a más de 30 personas.
La India acusó a Pakistán de los ataques y los observadores creen que puede estar pensando en atacar las bases de los guerrilleros en el lado paquistaní de Cachemira, si Musharraf no hace nada por detenerlos, acción que consideran una grave amenaza y preludio de una cuarta guerra.
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