La Alianza del Norte prepara el asalto final al enclave de Kunduz

El jefe militar de la Alianza del Norte, el general Mohamed Fahim, ha llegado al frente de Talukán para dirigir mañana el asalto final a Kunduz. En el último bastión de la milicia integrista al norte de Afganistán resisten a muerte "unos 3.000 mercenarios extranjeros que están dispuestos a morir en combate".

Estos extremistas islámicos árabes, chechenes, pakistaníes y uygures están dispuestos a morir en combate y "se preparan para luchar por cada calle y cada casa", según ha explicado Fahim, ministro de Defensa en el Gobierno de Afganistán, a la agencia rusa Interfax en Talukán.

Tras dos semanas de sitio, la oposición ha penetrado esta mañana en el enclave por dos frentes y se han producido rendiciones de talibanes en masa. Sin embargo, la fiera resistencia de los integristas y la caída de la noche ha paralizado el avance. Pero Fahim ha confirmado que el domingo por la mañana sus tropas reanudarán la toma de Kunduz hasta conseguir su toma efectiva.

Según varias fuentes militares tayikas, las tropas de la Alianza han penetrado esta mañana por dos frentes en el enclave talibán y combaten a estas horas en las calles y los suburbios de la ciudad contra milicias talibanes y extremistas extranjeros.

Así, los soldados del general uzbeko afgano Abdul Rashid Dostum han informado de su entrada, sin combates, desde el oeste en la ciudad de Kunduz. Además, se ha producido un ataque por el este de la ciudad del general tayiko Mohamed Daud, que luchan contra los defensores talibanes en los suburbios de Kunduz.

Esta doble ofensiva ha sido precedida y acompañada por rendiciones masivas de la talibanes afganos. Así, ante la amenaza del asalto unos 1.700 soldados talibanes han dejado Kunduz y se han entregado a los comandantes del frente del norte con sede en la ciudad de Mazar-i-Sharif.

Al parecer, estos guerreros son afganos y no incluyen a ninguno de los miles de combatientes extranjeros que están atrapados en Kunduz. Durante esta evacuación, los talibanes han cruzado pacíficamente la línea enemiga en toda clase de vehículos, furgonetas, camiones, e incluso tanques.

"Los que quieran capitular todavía tienen varias horas para hacer el único paso correcto", ha sentenciado el general Fahim, para añadir que los que depongan las armas podrán contar con ser "amnistiados".

Otras fuentes del estado mayor de la Alianza del Norte aseguran que, tras las rendiciones, los extremistas extranjeros prácticamente "han perdido el control de la ciudad", donde tras los primeros ataques de hoy "reina el caos".

Ante la inminente caída de la ciudad, representantes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en Talukán han pedido a los comandantes de la Alianza del Norte que hagan lo posible por "minimizar las víctimas humanas, sobre todo entre la población civil", durante la toma de Kunduz y que no permitan juicios sumarios.

Revuelta popular y fuertes bombardeos al sur

También en el sur del país la oposición se atribuye avances significativos y el cerco de Kandahar, capital espiritual de los talibanes y su último reducto en el sur de Afganistán, se estrecha cada vez más.

La noticia ha sido anunciada por el dirigente pastún y antiguo ministro de Exteriores del país, Hamid Karzai a través de telefóno móvil. Según Karzai, la toma de Takhtapul ha sido posible gracias a una revuelta popular contra los talibanes. Siempre según esta fuente, un contrataque de la milicia islamista ha sido rechazado.

Por su parte, EE UU ha intensificado sus bombardeos en las cercanías de Kandahar para conseguir la rendición de los talibanes lo antes posible, según fuentes militares de Washington.

Las fuentes han indicado que en las últimas horas más de 70 cazas y otros aviones tácticos han llevado a cabo operativos de limpieza y de presión en las montañas de la jurisdicción de Kandahar, donde se encuentra posiblemente escondido el disidente de origen saudí Osama Bin Laden.

Un portavoz del Comando Central que dirige las acciones en Afganistán ha dado a conocer que, por tercera vez desde que empezó la campaña militar, EE UU ha usado hoy una de sus más efectivas armas, una bomba conocida como BLU-82 o Daisy Cutter, en Kandahar. Esta bomba de 6.800 kilos es considerada como una pequeña arma nuclear capaz de destruir un radio de 550 metros.