Declarado un segundo caso de contagio por ántrax en Florida en menos de una semana
Se trata de un compañero de trabajo del fotógrafo que falleció de carbunco el viernes
El portavoz del Departamento de Salud de Florida, Tim O'Conner, ha confirmado que se ha detectado un segundo caso de contagio por ántrax en este Estado en menos de una semana. Se trata de un compañero de trabajo del fotógrafo Robert Stevens, que falleció el viernes de carbunco, causado por el bacilo del ántrax. Los funcionarios de salud y el FBI trabajan contrarreloj para determinar las causas de la enfermedad.
Esta segunda persona infectada, un hombre de entre 60 y 70 años cuya identidad no ha sido revelada y que trabaja en el diario The Sun como el fotógrafo Robert Stevens, se encuentra ingresado en un centro médico de Miami, aunque tampoco se ha hecho público el lugar.
Los médicos, que le han suministrado antibióticos, han señalado que no se trata de ántrax pulmonar, por lo que el enfermo tiene muchas posibilidades de recuperarse.
Ante la gran inquietud que existe entre la población estadounidense, el fiscal general (ministro de Justicia), John Ashcroft, ha reiterado que no disponen de suficiente información como para saber si se trata de un ataque bacteriológico.
Ashcroft ha reiterado que se han tomado las medidas oportunas y que trabajan en la investigación, que "puede llegar a convertirse en un caso criminal". Sin embargo, ha querido subrayar que aún faltan muchos elementos para precipitarse a hablar de una acción terrorista.
Todas las muestras obtenidas, incluidas algunas del aire, están siendo analizadas con diversos exámenes en los laboratorios del Centro de Control de Enfermedades en Miami. Los resultados se conocerán en los próximos días.
Como medida de prevención, las autoridades clausuraron el domingo el edificio de dos pisos de la American Media Inc., ubicado en Boca Ratón, al norte de Miami, donde trabajaban los dos infectados, después de que una muestra del interior del edificio y otra de la cavidad nasal del primer empleado enfermo dieran positivo del bacillus anthracis.
Temor a la guerra bacteriológica
Además, los 300 personas que trabajan en el edificio, donde se editan varios tabloides sensacionalistas como el National Enquirer y The Sun, serán sometidas a un tratamiento de antibióticos.
En cuanto al paciente que falleció el pasado viernes, el Departamento de Salud de Florida ha explicado que pudo haber contraído el virus en Carolina del Norte o en el mismo Estado de Florida. Robert Stevens, de 63 años, estuvo hospitalizado cuatro días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General JFK de Lantana.
El mismo día de la muerte del fotógrafo, el secretario de Salud estadounidense, Tommy Thomson, subrayó que se trataba de un hecho aislado que nada tenía que ver con una acción terrorista.
Sin embargo, en la zona se extiende el temor de un posible atentado terrorista con armas biológicas, que diversos especialistas consideran de una alta posibilidad, en respuesta a los ataques de Estados Unidos contra Afganistán iniciados ayer.
El ántrax a causa del cual murió Stevens se encuentra de manera natural en Estados Unidos lo que apunta a que pudo ser un caso fortuito pero, al mismo tiempo, se ha informado de que varios de los individuos sospechosos del ataque contra las torres del Worl Trade Center y el Pentágono, vivieron o estuvieron en Florida a pocos kilómetros de la residencia de Stevens en Boca Raton.
Algunos miembros del grupo terrorista tomaron clases de aviación e hicieron averiguaciones sobre la contratación y funcionamiento de las avionetas usadas para fumigar.
El último caso, en 1976
El último caso de infección humana de la enfermedad del ántrax por inhalación en Estados Unidos hasta el pasado viernes databa de 1976, y antes de esta fecha sólo se habían detectado 18 casos de en este país durante el siglo XX.
El ántrax es una enfermedad infecciosa aguda que se propaga por esporas y que normalmente afecta a vertebrados salvajes y domésticos (ganado, ovejas, cabras, camellos, antílopes y otros herbívoros), pero también puede afectar a humanos cuando se exponen a animales infectados o tejidos de animales infectados. También puede utilizarse como arma bactereológica.
Las esporas del ántrax son de gran dureza y pueden permanecer en estado de latencia por décadas en la suciedad, hasta que un animal las inhala.
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