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LA GUERRA DEL SIGLO XXI

La campaña militar estadounidense no comenzará con un ataque masivo

No habrá un 'Día D' ni una rendición espectacular, asegura Donald Rumsfeld .-La operación durará años, según el jefe del Pentágono

El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, prepara a la sociedad estadounidense ante la campaña militar contra el terrorismo. El jefe del Pentágono ha asegurado que no habrá ni un 'Día D' como en el Desembarco de Normandía, ni una rendición espectacular del enemigo, como la de Misuri. Rumsfeld ha afirmado, en cambio, que la campaña militar no comenzará con un ataque masivo y que la operación podría durar años y conllevará muy probablemente bajas en las filas de sus soldados.

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Tema:: La primera guerra del siglo XXI
Países clave:: Arabia Saudí
Objetivo:: Afganistán

Rumsfeld ha recalcado que la campaña contra el terrorismo es muy amplia porque abarcará muchos aspectos, "no se trata sólo de ir a por una o dos personas o uno o dos grupos". "Algunos aspectos serán visibles, como en un conflicto tradicional, y en otros casos no serán visibles. No será una guerra aséptica. Lamento decirlo, será una guerra difícil, peligrosa y tenemos que ser conscientes, y lamento decirlo, es probable que tengamos pérdidas".

Pero Rumsfeld ha tratado además de tranquilizar y convencer a la sociedad estadounidense de que merecerá la pena, porque "está en juego nuestra concepción de vida... Está en juego la paz y la estabilidad, y la posibilidad de vivir sin miedo es una causa que merece la pena".

A pesar de todo, el jefe del Pentágono no ha descartado que en cualquier momento se produzca un ataque de envergadura, pero ha advertido de que la campaña será prolongada y que no se reducirá a un ataque rápido y espectacular.

Para Rumsfeld y muchos norteamericanos hay tres momentos determinantes de la Segunda Guerra Mundial: el ataque japonés a la flota norteamericana del Pacífico en Pearl Harbor en diciembre de 1941, el desembarco aliado en las playas de Normandía en junio de 1944 y la firma de la rendición japonesa a bordo del acorazado Misuri en la bahía de Tokio, el dos de septiembre de 1945.

Una alianza sin precedentes

No hay, por tanto, ningún otro conflicto del pasado que se pueda comparar con el actual, ni tan siquiera la magnitud de la coalición internacional que EEUU está forjando con la ayuda de países que hasta hace bien poco eran adversarios.

Por el momento, EEUU ha conseguido el aislamiento casi total del régimen de los Talibán, después de que Arabia Saudí se uniese a los Emiratos Arabes Unidos en la ruptura de sus relaciones diplomáticas.

Solo Pakistán mantiene el reconocimiento diplomático del régimen de Kabul, mientras el gobierno de Islamabad presiona a los Talibán para que entreguen a Osama ben Laden, el principal sospecho, según Washington, de los atentados perpetrados el pasado 11 de septiembre en EEUU, y eviten lo que se supone puede ser un ataque con diferentes medios para destruir los campos de entrenamiento de los grupos terroristas instalados en Afganistán.

El apoyo logístico es, por el momento, sólido. EEUU ha conseguido un pasillo aéreo por el norte a través de las repúblicas ex soviéticas de Uzbekistán y Tayikistán.

Hasta el régimen iraní parece decidido a poner su granito de arena contra los Talibán, aunque seguirá siendo muy difícil la ocupación de Afganistán, empujar a un cambio de gobierno en Kabul o consolidar un nuevo régimen por las diferencias tribales en la oposición.

El Congreso aprueba el presupuesto de Defensa

La Cámara Baja ha dado su visto bueno al presupuesto de Defensa estadounidense para el año fiscal 2002. El proyecto de ley, que ahora debe ser aprobado por el Senado, otorga 342.000 millones de dólares (casi 62 billones de pesetas) para la defensa del país.

El presupuesto aprobado en la Cámara de Representantes por una amplia mayoría (398 votos a favor y tan sólo 17 en contra) recorta los fondos pedidos por el presidente George W. Bush para el proyecto de escudo antimisiles, pero amplía la cantidad destinada a la lucha contra el terrorismo.

Para combatir los grupos terroristas, Bush dispondrá de 6.000 millones de dólares, 400 más de los previstos originalmente. En cambio, el proyecto de escudo antimisiles, para el que el presidente había solicitado 8.300 millones, se tendrá que contentar con 7.900.

"Se trata de un pago inicial hasta que el presidente pueda evaluar las necesidades a largo plazo", ha aclarado el presidente del Comité de Servicios Armados, Bob Stump, republicano de Arizona, haciendo referencia a la partida destinada a la defensa antimisiles.

Según el presidente Bush, dadas las circunstancias provocadas por los atentados del 11 de septiembre, la votación es "un paso vital para proteger la seguridad de nuestra nación". El Senado, de mayoría demócrata, deberá aprobar la próxima semana el proyecto de ley, al que se pueden incorporar varias enmiendas.

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