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Guía de esquí para novatos

Se precipitó al aceptar la invitación de ese amigo, y pronto estará en la nieve sin saber cómo deslizarse por ella. ¿Está todo perdido?

Frío, montaña y nieve. Para un número nada despreciable de ciudadanos esta es, seguramente, una de las mejores épocas del año. Concretamente, para los dos millones de españoles son esquiadores habituales, según el Congreso Mundial de Turismo y Nieve. Puede que usted no se encuentre entre ellos. Puede, también, que nunca se le haya pasado por la cabeza intentar iniciarse en esta actividad deportiva. Pero pongámonos en el caso de que, por ejemplo, un amigo le invita a disfrutar con él de su deporte favorito un fin de semana blanco, y no sabe cómo negarse al ofrecimiento. Nunca lo ha hecho, tiene dudas y temores. Es razonable. Sin embargo, todos estamos capacitados para bautizarnos en el esquí. E incluso disfrutar de él. Tan solo ha de tener en cuenta unos sencillos consejos.

Seguramente, el primer día que se ajuste las botas y se calce los esquís se sentirá extraño, hasta torpe, con la sensación de falta de equilibrio. Pero es solo el principio. Olvídese del miedo: con paciencia, perseverancia y prudencia se puede aprender a esquiar.

Como detalla Ángel de la Rubia, presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva (AEPODE) y director del centro terapéutico del pie Siglo XXI, “el esquí es una actividad que engancha ferozmente, por el ambiente extraordinario en que se vive y el contacto con la naturaleza”. Practicarlo implica, inexorablemente, deslizarse: la ley de la gravedad, la velocidad, el estado de la nieve, la preparación física del practicante o la edad hacen el resto. ¿Qué esquiador no se ha caído alguna vez? No hay motivo para la alarma. Es probable que su primera incursión en el manto blanco se salde con alguna caída, mas los especialistas en medicina deportiva destacan que el esquí no es de los deportes de más riesgo, y la mayoría de los incidentes son leves.

Uno de los errores más comunes es adquirir botas de esquí demasiado grandes" (Ángel de la Rubia, podólogo)

Manuel Villanueva, director médico de Avanfi-tulesióndeportiva.com, aclara: "Aunque la tasa de lesiones en las pistas de esquí es, aproximadamente, de cuatro diarias por cada mil esquiadores (la mitad de ellas, en principiantes; y casi un tercio, tres horas seguidas después de practicar el deporte, debido al sobreesfuerzo), la mejora del equipamiento del deportista, el mayor conocimiento de esta actividad, así como las innovaciones de las pistas y el material, están logrando reducir el número de accidentes”. Respalda su opinión el informe Report on Snow & Mountain Tourism 2014, de Laurent Vanat, conocido consultor y experto analista suizo, que desvela el que los esquiadores del futuro serán más expertos, tendrán menos accidentes y superarán la edad media actual, de 36 años.

La primera gran decisión del esquiador novato pasa por escoger las botas adecuadas. “Constituyen, junto con las tablas y las fijaciones, los elementos más importantes y que más cambios han sufrido a lo largo de los años, ofreciendo una perfecta sujeción, estabilidad y control de movimiento. Para lograrlo, la bota está formada por una carcasa rígida, que se adapta al pie y a la pierna mediante ganchos regulables, un botín interior acolchado para evitar roces con las prominencias óseas y un componente térmico para aislar del frío”, cuenta el doctor Villanueva: “Tanto la carcasa como el botín pueden personalizarse mediante material termoconformado”.

"Uno de los errores más comunes es adquirir botas demasiado grandes, ya que según se esté esquiando, el calzado cede y la holgura se pone de manifiesto. Esta incomodidad repercute en un desplazamiento poco seguro. Lo mismo sucede con una bota pequeña, que será una verdadera tortura para los pies”, apostilla De la Rubia. Aconseja que antes de comprar las botas, se prueben en tienda. "Flexionando las rodillas y adoptando la posición normal del esquí, no deberíamos notar la presión de nuestros dedos con la puntera de la bota, pero sí al recobrar la posición más erguida. Las botas de nivel alto permiten regular la flexión del pie e incluso bloquearla para favorecer un esquí más agresivo”.

Por una primera vez segura: 6 mandamientos

1. Compre la equipación en tiendas especializadas.

2. Estrénese en pistas de principiantes.

3. Busque un instructor.

4. Póngase en forma antes del bautismo. Y si lleva años sin practicar ningún tipo de ejercicio, posponga la cita al invierno próximo.

5. Infórmese de la previsión del tiempo. También es recomendable llevar una mochila de repuesto, así como algo de beber.

6. Un truco técnico: al iniciar sus primeras bajadas del día, no apriete excesivamente los ganchos. Conviene ir ajustándolos según aumente la intensidad del esquí.

Otro elemento fundamental del vestuario del esquiador son los calcetines. “Aunque muchos esquiadores de alto nivel preconizan los muy finos, tipo ejecutivo, ofrecen mejores garantías los compresivos y acolchados en zonas específicas de roce”, especifica el presidente de AEPODE. "Otros elementos imprescindibles son las gafas, los guantes, la crema solar protectora y el casco. Aunque los traumatismos craneoencefálicos no son lo normal en el esquí, no se debe olvidar el uso del protector del cráneo”, destaca Manuel Villanueva.

A estos consejos, se suma la importancia de ser consciente del estado físico con el que se acude a la montaña. “Una forma física adecuada, un buen equipo, ciertas precauciones básicas (aprender a evitar colisiones con otros esquiadores, descansar cada dos horas, reconocer la calidad de la nieve y ser prudente si las condiciones meteorológicas son adversas, entre otras) y una formación previa, ayudarán a disfrutar sin riesgos del deporte rey del invierno”, determina Álvaro Iborra.

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