Las Bettencourt lucen reconciliación
Madre e hija acudieron al desfile de Armani en París cogidas de la mano
Aparecieron de la mano y sonrientes, más la madre que la hija, y fueron las grandes estrellas de la tarde.
Después de años de litigios que comenzaron en los medios de comunicación franceses, siguieron en los tribunales y alcanzaron a un ministro del gobierno Sarkozy, Liliane Bettencourt y su única hija, Françoise, escenificaron ayer públicamente su reconciliación. El momento que eligieron fue el desfile que organizó, dentro de la Semana de Alta Costura de París, el diseñador italiano Giorgio Armani.
Se sabía que la madre y la hija habían hecho las paces días antes de Navidad, pero hasta ayer no se habían dejado ver juntas. Los fotógrafos, al verlas aparecer, dejaron de enfocar a la actriz Jodie Foster y a la temible Anna Wintour, editora de Vogue, para centrarse en las grandes estrellas del día. Ellas sabían que iba a ocurrir así y se dejaron fotografiar, pero sin hacer declaraciones.
En navidad hicieron las paces y llegaron a un acuerdo con el fotógrafo banier
Liliane y su hija hicieron las paces cuando Françoise llegó a un acuerdo con el fotógrafo François-Marie Banier, el dandi al que acusaba de haberse aprovechado de su hipermillonaria madre para obtener regalos por valor de 1.000 millones de euros.
El abogado de la hija, el famoso penalista Olivier Metzner aseguró en aquel momento que Banier "renuncia a muchas de las promesas que le hicieron". Y añadió que el acuerdo significaba que "la familia está de nuevo unida, que madre e hija ya se hablan y que Banier saldrá de la vida de los Bettencourt".
Queda la parte política, que sigue su curso judicial: en julio, unas comprometedoras grabaciones llevadas a cabo por el mayordomo de la anciana acusaban al ex ministro de Trabajo, Eric Woerth, de trato de favor fiscal con respecto a Bettencourt. Días después, la ex contable de la anciana denunciaba a Woerth por recibir 150.000 euros procedentes de la fortuna de la anciana para la financiación de la campaña electoral de Nicolas Sarkozy de 2007.
Liliane Bettencourt es la mujer más rica de Francia, la única heredera del imperio de cosméticos L'Oréal, fundado por su padre a principios del siglo XX y tiene una fortuna valorada en 17.000 millones de euros, según cálculos algo antiguos de la revista Forbes.
Y en el olvido, al menos del momento, permanece el dandi François-Marie Banier fotógrafo, escritor, pintor, y, según muchos, un caradura con mucho tino, al que durante muchos años la hija de Liliane acusó de haberse aprovechado de la "debilidad" de la anciana para haberse hecho regalar dinero, seguros de vida, obras de arte, casas, mansiones, e islas, entre otras cosas. Liliane aseguró siempre que entregó el dinero a su amigo porque quiso, sin estar coaccionada.Su familia, en cambio, siempre argumentó que a la millonaria le fallaba la memoria, estaba algo sorda y no sabía lo que hacia.
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