Llega la moderación salarial
Los sueldos pactados en convenio apenas suben un 1,3% en el primer semestre
El anémico comportamiento de los precios se ha trasladado a los salarios. Ha tardado. Aún en diciembre pasado, con la recesión en vigor, cuando los precios apenas subían un 0,8%, el aumento pactado en los convenios subía un 2,3% y el coste salarial que calcula el Instituto Nacional de Estadística, un 2,2%. Seis meses después, o sea en junio, los acuerdos entre empresarios y trabajadores recogen subidas del 1,3%, cuando los precios crecen un 1,5%.
El acuerdo de negociación colectiva que a comienzos de año firmaron la patronal CEOE y los sindicatos ya lo presagiaba. Para este año el pacto -que tiene una vigencia de tres años- recomendaba subidas no superiores al 1% en 2010. En su frontispicio figura la moderación salarial como objetivo para impulsar a la maltrecha economía española. Y eso poco a poco se está trasladando a las mesas de negociación. Todavía es pronto -hay datos hasta junio- para sacar conclusiones acerca de cómo ha contagiado la rebaja de los sueldos de los funcionarios al sector privado.
El pacto firmado por patronal y sindicatos a comienzos de año logra su objetivo
Al Acuerdo Estatal de Negociación Colectiva (nombre oficial de este pacto guía) recurre la CEOE para explicar la moderación, no sin resaltar que, en su opinión, llega con dos años de retraso.
Pero no es el único factor que explica la moderación de los salarios. El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, argumenta que el conflicto vivido en 2009 -la patronal puso en duda en muchos convenios que la revisión salarial tuviera que realizarse con la inflación prevista del 2%- ha llevado a muchos convenios a actualizar los sueldos de acuerdo con la inflación pasada, históricamente baja.
Desde CC OO, Rita Moreno también habla de la forma en que el Ministerio de Trabajo computa la estadística de los convenios colectivos, y eso puede hacer que todavía no se haya recogido todo el aumento real. Además, apunta que la marcha de la negociación colectiva este año va especialmente rezagada. En todo caso, una prueba irrefutable de que la moderación salarial se extiende es que en los convenios nuevos, el aumento salarial es menor en estos pactos.
Sea por el motivo que sea, lo cierto es que la brecha que hubo el año pasado entre los precios y los salarios, y que desde algunas tribunas -sobre todo empresariales y académicas- se había utilizado para explicar parte de por qué en España se ha destruido más empleo que en Europa, se ha cerrado.
"En los sectores protegidos, que no salen al exterior, la parte salarial es muy importante en el gasto fijo de las empresas. Al caer el consumo interior y sus ventas, las empresas optaron por reducir la masa salarial y eso se tradujo en destrucción de empleo", explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Sin embargo, en su opinión, a la hora de explicar el deterioro del mercado laboral él también pone énfasis en la burbuja inmobiliaria.
La moderación salarial, como explica Díez, se ha convertido en un factor que puede ayudar a mejorar la competitividad de las compañías españolas. Y llega ahora que el consumo interior se encuentra bajo mínimos y las exportaciones tienen que ayudar a la recuperación económica.
No obstante, Ferrer matiza: "Solo un 7% de las empresas españolas exportan". Su línea argumental prosigue aclarando que la recuperación económica no llegará hasta que se recupere el mercado interior, y si se da una bajada de sueldos no se animará el consumo. Desde CC OO apuntan que para impulsar la productividad y, en última estancia, la competitividad, también tiene su papel la formación de los trabajadores.
Para Díez, de Intermoney, la moderación salarial es tal que teoriza sobre una caída real de los salarios. Su tesis dice que la destrucción de empleo se ha cebado con los puestos de trabajo peor remunerados, y porque quienes pierden su empleo luego se ven obligados a aceptar trabajos mucho peor retribuidos. "Pero esto no se ve en las estadísticas que tenemos en España", justifica.
Cae el peso de los sueldos
El comienzo de año trajo el final de la recesión. Siete trimestres después de arrancar la que ha sido la contracción económica más larga de las últimas décadas, entre enero y junio la actividad se reactivó levemente, apenas creció un 0,1%. Pero la letra pequeña de la contabilidad nacional esconde detalles significativos. Por ejemplo, el peso de las rentas salariales en la riqueza nacional cayó casi un punto y quedó en el 47,9%. Hay que remontarse hasta 1998 para encontrar un retroceso mayor.
A la paulatina moderación salarial llegada en los primeros seis meses de 2010 hay que sumar el hundimiento del empleo durante la crisis. Los más de dos millones de puestos de trabajo perdidos han tenido en este retroceso un papel clave. De hecho, en el primer trimestre del año volvió a acentuarse la destrucción de empleo. Desaparecieron unos 250.000 puestos de trabajo (algo solo superado en los momentos más duros de la crisis, a finales de 2008 y comienzos de 2009).
El hueco dejado por los salarios fue cubierto por las otras dos porciones de la riqueza nacional, la empresarial y los impuestos. Ambas crecieron.
El excedente bruto de explotación, nombre que reciben las rentas empresariales en la contabilidad nacional, copó el 44,47% de las rentas. Avanzó casi siete décimas y llegó así a la cota más alta en los últimos años. Se ahonda así en una larga tendencia caracterizada por el retroceso de las rentas del trabajo frente a las empresariales.
Por su parte, el peso de los impuestos en 2010 avanzó dos décimas, hasta el 7,6%. El desplome de la recaudación fiscal este año se ha frenado. Este avance podría ir en aumento en la segunda mitad del año gracias al incremento del IVA en julio.
"El reparto de rentas en la riqueza nacional tiene un comportamiento cíclico. En los años sesenta, los salarios tocaron techo. Ahora estamos en el otro extremo, así que tienen que ganar peso", explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Con un punto de provocación, Díez incluso apunta cómo se podría corregir esta tendencia: "Es difícil que Europa suba salarios ahora si quiere competir con China. Así que para transferir rentas los Gobiernos tendrán que recurrir a la política fiscal".
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