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Sarkozy mantiene su confianza en el ministro de Trabajo pese al escándalo

El presidente achaca el 'caso Bettencourt' a una campaña contra sus reformas

Antonio Jiménez Barca

En la terraza del Elíseo, en un ambiente perseguidamente distendido, Nicolas Sarkozy, que atraviesa un periodo oscuro, con los sondeos a la baja y zarandeado por varios escándalos, respondió ayer a las preguntas del presentador del telediario estrella de la principal cadena pública francesa, France 2. Y relacionó esa serie de escándalos que minan su crédito, el de su ministro de Trabajo, Eric Woerth y el de todo su Gobierno, a una campaña orquestada por aquellos a los que "molestan" las importantes reformas que, como la del retraso de la jubilación de los franceses a los 62 años, se están tramitando en la actualidad.

La primera pregunta fue clara: "¿Mantiene usted la confianza en su ministro de Trabajo Eric Woerth?". Woerth, ministro que conduce, precisamente, la reforma de las pensiones, ha sido acusado de conflicto de intereses, por un lado, y de hacerse cargo de 150.000 euros en 2007 para la financiación de la campaña de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Sarkozy. "Sí", dijo Sarkozy, que hizo una pausa enfática y repitió, muy serio: "Sí". "Eric Woerth es un hombre honesto. Tiene toda mi confianza. Posee una dignidad que hace honor a la clase política".

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Después, Sarkozy se refirió al informe favorable elaborado en nueve días por la Inspección General de Finanzas que asegura que Woerth, mientras fue ministro de Presupuesto, esto es, desde mayo de 2007 a marzo de 2010, no encargó ni paralizó ningún expediente sobre Liliane Bettencourt, la millonaria para la que trabajó, como asesora financiera, la mujer de Woerth.

Acusado de hacer la vista gorda ante los enjuagues fiscales de la anciana millonaria heredera de L'Oréal, el informe, hecho público el domingo, ha sido recibido por el mismo ministro como un "auténtico alivio". La oposición no lo ve así y asegura que el texto es parcial e interesado, que no aclara todas las sospechas.

Sarkozy añadió que Woerth, muy cuestionado en las últimas semanas, obligado a salir a desmentir cada día acusaciones distintas, seguirá: "Mañana, Woerth presentará el proyecto de ley de la reforma de las jubilaciones al Consejo de Ministros. Y en octubre se aprobará. Y Woerth estará ahí". El presidente francés ha anunciado que remodelará el Gobierno en otoño.

Después, Sarkozy empleó ese tono moralista y despectivo que ya utilizó días atrás al referirse a la polémica que monopoliza la vida política francesa: "Qué pérdida de tiempo, cuando necesitamos ese tiempo para sacar a Francia de la crisis". Ahora bien, a la cuestión de si es "una imprudencia" que la mujer del ministro de Presupuesto trabaje para la tercera fortuna de Francia, Sarkozy no fue tan claro: "A partir de la semana que viene formaremos una comisión para que estudie los casos de conflicto de intereses. Pero no sólo de ministros, sino de parlamentarios también".

Woerth, tesorero de la UMP desde hace ocho años, ha sido señalado, por la antigua contable de Bettencourt, como la persona que recibió, en una cena, para su partido, un sobre con 150.000 euros efectivo de manos del gestor de la fortuna de la millonaria, Patrice de Maistre. Woerth lo niega repetidamente.

También lo hizo ayer Sarkozy, para el que todo esto es una "calumnia". Y aventuró el origen: "Obedece a una campaña organizada por aquellos a los que molestan las reformas que llevamos a cabo, y en concreto la del retraso de las jubilaciones".

En una entrevista hecha por el periódico digital Mediapart (de la que se retractó después), la contable aseguró también que Sarkozy, como otros muchos políticos de la derecha francesa, había recibido durante años dinero en casa de los Bettencourt. Sarkozy también se refirió a este episodio: "El mayordomo de esa casa, que ha trabajado durante 17 años con los Bettencourt, ha manifestado que durante todo ese tiempo me ha visto sólo tres veces. Y las tres veces, con personas al lado".

Por su parte, Woerth asegura que se siente cansado "este juego de puching-ball". Y añadió: "En el que el puching-ball es mi cabeza". Woerth, eso sí, aseguró que está pensando en abandonar su cargo de tesorero de la UMP. "Voy a reflexionar sobre ello", prometió ayer, horas antes de que Sarkozy hablara en la televisión. El presidente de la República lo corroboró: "Quiero que Woerth se dedique exclusivamente a la reforma de las jubilaciones".

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, es entrevistado en una terraza del palacio del Elíseo por el canal de televisión France 2.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, es entrevistado en una terraza del palacio del Elíseo por el canal de televisión France 2.AFP
Liliane Bettencourt es la mujer más rica de Francia, heredera del imperio L'Oréal, con una fortuna de 17.000 millones de euros. A raíz del escándalo se ha descubierto que escondía dos cuentas opacas en Suiza que, según promete, va a recolocar en Francia. Con 87 años, sorda y aislada, no se habla con su única hija, Françoise, a causa de la denuncia que ésta interpuso contra su amigo, el fotógrafo François-Marie Banier. La millonaria apareció el viernes en televisión: aparentemente lúcida a pesar de la sordera, se fue por la tangente a la hora de responder sobre su presunto delito de evasión fiscal. A la pregunta de si entendía que la opinión pública se extrañara alarmara cuando se enteró de que había hecho regalos a un amigo por más de 1.000 millones de euros, respondió, algo despectiva: "Sí, lo entiendo; ¿Y qué pasa?"
Liliane Bettencourt es la mujer más rica de Francia, heredera del imperio L'Oréal, con una fortuna de 17.000 millones de euros. A raíz del escándalo se ha descubierto que escondía dos cuentas opacas en Suiza que, según promete, va a recolocar en Francia. Con 87 años, sorda y aislada, no se habla con su única hija, Françoise, a causa de la denuncia que ésta interpuso contra su amigo, el fotógrafo François-Marie Banier. La millonaria apareció el viernes en televisión: aparentemente lúcida a pesar de la sordera, se fue por la tangente a la hora de responder sobre su presunto delito de evasión fiscal. A la pregunta de si entendía que la opinión pública se extrañara alarmara cuando se enteró de que había hecho regalos a un amigo por más de 1.000 millones de euros, respondió, algo despectiva: "Sí, lo entiendo; ¿Y qué pasa?"EPA

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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