"Todos estamos en el mismo barco"

En un gesto poco usual entre los responsables económicos, el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinu, entonó el sábado un mea culpa tras la reunión del Ecofin. Y lo hizo por la falta de concreción de su Gobierno sobre las medidas a adoptar a medio plazo. "Hay varias razones que explican la penalización que sufre la deuda griega. La primera es que los mercados respaldan los recortes de este año pero no ven suficientes medidas de ajuste para los años posteriores", admitió. Eso no quita para que también "haya gente que intente hacer dinero con esta situación", precisó.

Esos planes a medio plazo son los que van a centrar las negociaciones con la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) a partir del próximo lunes en Atenas -"si la nube de Islandia lo permite"-. El acuerdo del Eurogrupo del pasado 11 de abril es un programa a tres años, del que se conoce la financiación prometida para el primer ejercicio

[30.000 millones de los países del euro y 15.000 millones adicionales del FMI] pero del que se ignoran las condiciones para su desembolso. Papaconstantinu insistió en que "absolutamente nadie nos ha pedido más medidas para este año. Grecia se ceñirá a los objetivos previstos porque no sólo los cumplimos sino que incluso los hemos superado". Grecia se comprometió ante Bruselas a reducir el déficit público en cuatro puntos este año -del 12,9% del PIB al 8,7%- pero, según los cálculos del titular de Finanzas, los recortes en pensiones y salarios públicos, la reforma fiscal y algunas privatizaciones llevarán el ajuste hasta los 6,4 puntos porcentuales.

Estas mejoras no han evitado que las dudas sobre Grecia se extiendan a otros países. Preguntado por la situación de Portugal y España Papaconstantinu sentenció: "Todos estamos en el mismo barco. Es verdad que Grecia tiene problemas mayores que otros pero la respuesta de la UE demuestra que se trata de un tema más amplio, que no afecta sólo a un país".

Tanto los responsables comunitarios como el propio ministro griego han insistido estos días en que las negociaciones para fijar el mecanismo de rescate no suponían una solicitud formal del mismo. "Esa decisión puede o no producirse", repitió como una letanía Papaconstantinu. Pero unas horas antes el primer ministro Yorgos Papandreu admitía ante el Parlamento griego que el rescate es casi "inevitable". "Como resultado de la gestión del anterior Gobierno, el país se dirigía sin remedio hacia el FMI. Hemos garantizado la presencia europea [en el acuerdo]. Simplemente quería proteger a Grecia de la bancarrota", dijo al diario Ekathimerini.

Y el calendario apremia. En abril, Grecia debe refinanciar 12.000 millones, "y ya están todas las necesidades cubiertas" afirmó el ministro. Pero el siguiente gran desembolso se concentra en la segunda mitad de mayo, unos 10.000 millones, y esa fecha ejercerá presión sobre la negociación. Algunos parlamentos nacionales, como el alemán o el irlandés, aún deben dar el visto bueno a las ayudas, algo que Grecia calcula que sucederá "en una o dos semanas".