Un consejero de Montilla admite que Cataluña está "fatigada" del tripartito

Los constantes intentos de los miembros del Gobierno tripartito catalán de desmarcarse de sus socios con vistas a las elecciones autonómicas de otoño estuvieron ayer a punto de darle un buen disgusto al Partit dels Socialistes de Catalunya. Un consejero del PSC, Ernest Maragall, titular de Educación, irritó sobremanera a sus socios de Esquerra Republicana, Iniciativa per Catalunya y al propio presidente de la Generalitat, José Montilla, al asegurar en una conferencia que los catalanes están "fatigados" del tripatito. Es más, Maragall, hermano del ex presidente de la Generalitat y artífice del primer tripartito de izquierdas, vaticinó que los pactos inestables no sumarán suficientes apoyos para repetirse tras las autonómicas.

Las palabras del consejero no salieron de su boca por insistentes preguntas de los periodistas ni en una situación improvisada, sino en una conferencia que Maragall había escrito previamente y de principio a fin. Contribuyó al enfado de sus socios y del PSC el hecho de que Maragall expusiera su opinión el día que comenzaba en el Parlamento catalán un pleno que debía servir para visualizar que el tripartito es capaz de llevar adelante leyes importantes, como la que establece cuotas de catalán en el cine.

Lo que Maragall hizo en su conferencia fue llevar al límite las consignas de la dirección del PSC, que desde hace días lanza el mensaje de que, tras siete años de tripartito, Montilla se merece gobernar en solitario sin las hipotecas de sus socios, ERC e ICV. De hecho, el propio secretario de Organización del PSC defendió recientemente esta tesis afirmando que los socialistas llevan siete años "remando". Pero al consejero se le fue la mano, insisten sus compañeros de partido. Maragall reivindicó la obra de gobierno del tripartito y después lamentó que los ciudadanos estén "fatigados" por los constantes desencuentros de sus socios. También vaticinó que "Cataluña no apoyará elementos ni artefactos inestables". El entorno del consejero se apresuró a matizar que Maragall no pretendía perjudicar al tripartito y que sus palabras no hacían más que reflejar lo que dicen algunas encuestas.

El presidente de la Generalitat, molesto con su consejero, se limitó a afirmar en los pasillos del Parlamento que él no está "agotado" y que si el consejero lo estuviera, le buscaría un relevo. En el pleno descartó unas elecciones anticipadas asegurando que "queda legislatura por delante". Otros miembros del Gobierno catalán fueron menos amables. "Si Maragall está fatigado que se marche, no se da cuenta de que en este barco estamos todos", dijo en privado otro consejero socialista.

Iniciativa per Catalunya, que ha tenido serios encontronazos con Maragall, hasta el punto de rechazar la Ley de Educación que impulsó el consejero, tampoco se amilanó. "Quizá Maragall se refería al cansancio de algún elector de izquierdas que no ha entendido alguna política de algún consejero que no está a la altura de un Gobierno de progreso", dijo Joan Herrera. Para Convergència i Unió, las palabras de Maragall "sintonizan" con la opinión pública catalana y calificó de acertada la definición del tripartito como "artefacto inestable".