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Sadam convoca a 12 millones de iraquíes contra Bush

El dictador convierte el plebiscito de su reelección en un acto de rechazo a EE UU

Ángeles Espinosa

No habrá sorpresas. Los cerca de 12 millones de iraquíes convocados a las urnas hoy para refrendar a Sadam Husein cumplirán con el guión y le reelegirán presidente por otros siete años. En 1995, lossíes llegaron al 99,96%. Ni siquiera la amenaza de guerra ha abierto una brecha. Al contrario, como sucede con el embargo de la ONU, la posibilidad de una agresión exterior aumenta la adhesión al régimen. Conocedor de este hecho, el Gobierno de Bagdad ha convertido el plebiscito en una jornada de reafirmación patriótica y de rechazo a Estados Unidos.

'No tenemos repuesto para Sadam Husein', asegura Haider. 'Sólo él es capaz de mantenernos unidos a árabes y kurdos, suníes, shiíes y cristianos', añade este ingeniero de 36 años que hoy dirá 'Sí a Sadam Husein', tal como piden todas las pancartas que jalonan Irak. Haider no llega al extremo de los exegetas del régimen que desde el diario As Saura (La Revolución) proponían cambiar los habituales y no de las papeletas por unos más expresivos 'le queremos mucho' o 'le amamos con pasión', pero refleja un sentir bastante generalizado.

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No es posible escuchar voces disidentes dentro del país. Oficialmente, no existe la oposición: cualquiera que critica el sistema es un agente del imperialismo o del sionismo y paga su atrevimiento con la cárcel. Pero la realidad es que tras años de propaganda y aislamiento, muchos ciudadanos ven a su presidente como el único líder árabe que es capaz de plantar cara a EE UU. Y suenan sinceros cuando expresan su hartazgo de ser el objetivo de sus disputas políticas.

Irak es sin embargo hoy un recorte del país que fue. Duhok, Suleimaniya y Arbil, tres de las provincias kurdas, situadas al norte, se hallan bajo administración de la ONU, fuera del control de Bagdad, desde el final de la guerra del Golfo (1991). Son 3,6 millones de iraquíes, en su mayoría kurdos. Pero además, de sus entre 22 y 25 millones de habitantes, según las fuentes, hasta 4 millones pueden haber abandonado el país en estos 12 años de sanciones económicas internacionales y represión interna. En total, un tercio de la población iraquí queda excluida del 'referéndum popular' para el que, de acuerdo con la ley electoral, sólo el presidente del Consejo de Mando de la Revolución puede ser candidato. Para votar, no basta con tener 18 años sino que se exige no estar incapacitado, haber cumplido el servicio militar y carecer de antecedentes penales. Eso sí, el voto es secreto.

'Será un escrutinio limpio; no necesitan hacer trampas', asegura un hombre de negocios convencido de que Estados Unidos ha contribuido con su actitud a fomentar la adhesión al régimen. Sin embargo, él, como algunos otros ciudadanos, ha empezado a cambiar su discurso. Frente a la retahíla propagandística con la que automáticamente respondían a los extranjeros hace unos años, empieza a haber silencios significativos o enigmáticos 'tiene que haber un futuro'.

Pero la mayoría tiene horizontes más cercanos: la supervivencia cotidiana. Con una renta per cápita de 715 dólares anuales, una quinta parte de lo que Irak tendría de no haberse producido la invasión de Kuwait y la subsiguiente guerra, el 49% de las familias no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas. En esas condiciones, se ha reducido la ingesta media de calorías (de 3.150 a 2.777) y uno de cada tres niños menores de cinco años está mal nutrido de forma crónica.

Castigo colectivo

No son datos del Gobierno iraquí, sino de las agencias de la ONU que trabajan bajo el paraguas del programa humanitario Petróleo por Alimentos, una excepción a las sanciones económicas establecidas en agosto de 1990 tras la invasión de Kuwait, y que desde 1996 viene proporcionando cierto alivio a las necesidades más básicas de la población. Aun así, los iraquíes viven esta situación como un castigo colectivo que ya se prolonga demasiado tiempo.

Por eso, su presunto descontento no va a traducirse ni siquiera en una baja participación en el referéndum de hoy. 'En su país o en el mío, la gente haría una huelga; aquí, nunca sabrá la verdad', resume el francés Francis Dubois, responsable del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Irak.

Dos jóvenes iraquíes pasan junto a un mural que representa a Sadam Husein dirigiéndose a conquistar Jerusalén.
Dos jóvenes iraquíes pasan junto a un mural que representa a Sadam Husein dirigiéndose a conquistar Jerusalén.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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