Francia endurece el control de armas tras el atentado a Chirac

El ministro de Interior francés, Nicolas Sarkozy, defendió ayer en el Parlamento un control sobre las ventas de armas a particulares 'antes' de que éstas se produzcan y no una mera declaración posterior, como ocurre en la actualidad, que convierte el comercio de armas cortas, y de ciertas largas, en una actividad prácticamente libre en Francia. Sarkozy justificó esta postura en 'varios dramas recientes', entre ellos el atentado del domingo contra el presidente, Jacques Chirac, y la matanza de ocho concejales en la ciudad de Nanterre en marzo pasado.

Durante la defensa de la nueva Ley de Policía, que incrementa las misiones de las fuerzas de seguridad y los medios de que se les dota, Sarzoky se preguntó de qué sirve tener que presentar una declaración sobre la compra de un arma después de que ésta se haya producido. 'Hay hombres y mujeres a los que los armeros deben rehusar venderles un arma, porque no pueden tenerla', aseguró el ministro.

Así, la carabina con la que Maxime Brunerie disparó a Chirac fue comprada por aquél en una armería, pocos días antes del atentado, sin ninguna autorización ni verificaciones de ningún tipo. La venta debería haber sido declarada después en la jefatura de Policía, un trámite burocrático que el militante de extrema derecha, obviamente, no cumplimentó.

Los padres de Brunerie han interrumpido unas vacaciones en las islas Baleares para prestar declaración ante la policía de París, sin que, al parecer, esa comparecencia haya arrojado luz alguna sobre el caso. El rápido internamiento de su hijo en un centro psiquiátrico impide profundizar en la investigación: el magistrado nombrado para instruir el asunto designó ayer un psiquiatra para que le examine 'en las próximas semanas' y mientras tanto no se le puede exigir responsabilidad alguna.

Escisión del FN

Hay constancia de que Brunerie razonaba políticamente como lo hacen muchos otros extremistas de derecha. El 21 de abril, día de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, este joven se encontraba en el hotel alquilado para la noche electoral por el Movimiento Nacional Republicano (MNR), el partido con el que se había presentado a las elecciones municipales del año anterior, escisión del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen.

Pues bien: Brunerie anunció aquel día que él votaría por Le Pen en la segunda vuelta, pero sin ilusión alguna: 'Le Pen es un viejo, tiene 76 años ', comentó esa noche el futuro agresor de Chirac, dejando clara su decepción política. Una reportera de Le Monde estaba allí y lo dejó así consignado en un artículo publicado en el vespertino parisiense sobre la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

El joven que razonaba de este modo es el mismo que compró una carabina, la metió en una funda de guitarra y se presentó con ella en la plaza donde se erige el Arco del Triunfo el 14 de julio. En medio del público apiñado para presenciar el desfile militar de la fiesta nacional -existe un vídeo que le muestra entre un mar de cabezas- extrajo el arma y disparó. Los cuatro espectadores que le detuvieron dicen que apuntaba contra el presidente de la República y uno de ellos añade que pretendía suicidarse. Tras el internamiento en un centro psiquiátrico, marginado de la investigación judicial el misterio permanece intacto.