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GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

La bomba en el zapato de un pasajero tenía potencia para destrozar el vuelo París-Miami

El FBI ignora todavía si el autor del atentado frustrado actuó solo o siguiendo instrucciones

El zapato bomba que el musulmán converso Richard Reid trató de detonar en un vuelo de París a Miami hace una semana podía haber causado otra catástrofe aérea. Si la tripulación no lo hubiera detenido a tiempo, los explosivos que el presunto suicida británico llevaba en la suela tenían potencia suficiente para abrir un hueco en el fuselaje del avión y causar una descompresión de la cabina que, casi con toda seguridad, según confirmó ayer el FBI, hubiera provocado la explosión de la nave, en la que viajaban 197 personas. Los investigadores han reconstruido los pasos de Reid hasta que subió al avión.

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Reid ocupaba un asiento de la fila 29 del avión de American Airlines, justo encima del ala donde va el combustible. La situación perfecta para asegurar que el avión saltara en pedazos. Lo que el FBI trata ahora de averiguar es si Reid, de 28 años, planificó el atentado en solitario o es parte de una conspiración tramada por Al Qaeda, la organización dirigida por Osama Bin Laden, a la que Estados Unidos responsabiliza de los atentados del 11 de septiembre.

De momento, a Reid sólo le han acusado de intimidar y atacar a la tripulación (pegó a una azafata y mordió a otra), pero los fiscales federales que llevan su caso dijeron ayer que no descartan la imputación de más cargos antes del 31 de enero, cuando se cumple el plazo legal para ampliar el encausamiento. Depende de lo que hasta entonces descubran los agentes del FBI. Una pista bastante sólida les ha guiado hasta Pakistán -donde la propia madre de Reid cree que ha estado y donde él trató de renovar recientemente su pasaporte-, y otra, hasta los propios campos de entrenamiento terrorista en Afganistán. Esta última procede de los testimonios de prisioneros de Al Qaeda en la ciudad de Kandahar que inmediatamente reconocieron su foto cuando se la mostraron agentes norteamericanos.

A medida que van surgiendo nuevos detalles sobre la extraña y solitaria vida de Reid, que al convertirse al islam adoptó también el nombre de Abdel Rahim, aumentan las sospechas de que había sido reclutado para la yihad (guerra santa). Así lo han afirmado no sólo sus padres y su tía, sino el director de la mezquita londinense donde empezó a rezar en 1995. Abdul Haqq Bakr, el jefe de la mezquita de Brixton (en la que también oraba el único imputado en EE UU por el 11-S, Zacharias Moussaoui), declaró esta semana que Reid 'no es tonto, pero sí ingenuo, y es incapaz de planear una cosa así por sí solo'.

Esa hipótesis cobró más veracidad cuando el FBI vio que los pasos de Reid encajaban en el patrón de los terroristas del 11-S: había comprado en efectivo un billete que le costó 1.800 dólares (unas 341.000pesetas), y llevaba otros 2.000 en efectivo cuando lo detuvieron en Boston, donde fue desviado el avión después de que intentara prenderse las zapatillas de deporte. Otro detalle que levantó sospechas fue el que viajara sin equipaje, según salió a relucir durante su primera comparecencia ante un juez el viernes. Además, en los últimos años ha viajado a Israel, Bélgica, Egipto, Pakistán y posiblemente Irán. 'Ha vagabundeado por el mundo sin una dirección ni trabajo conocidos', afirmó la juez del caso, Judith Dein, que le ha negado la libertad bajo fianza.

Un soldado británico patrulla las calles de Kabul junto a un policía afgano y una docena de vecinos.
Un soldado británico patrulla las calles de Kabul junto a un policía afgano y una docena de vecinos.REUTERS

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