El FBI desestimó una pista que llevaba al 11-S
A mediados de agosto, un instructor de vuelo en una academia de Minnesota contactó por teléfono con el FBI al sospechar de las intenciones de Zacarias Mousaoui, encarcelado posteriormente por supuesta participación o planificación de los ataques del 11 de septiembre. El profesor de vuelo dijo al FBI: '¿Se dan ustedes cuenta de que se puede usar un 747 cargado de combustible como si fuera una bomba?'. Sólo entonces el FBI detuvo a Mousaoui y le retuvo en prisión por delitos menores, pero no investigó la hipótesis.
Mousaoui se matriculó en la academia con una extraña fijación por aprender a pilotar aviones comerciales, expresamente los 747. Decía haber nacido en Francia, pero se mostró agresivo cuando su instructor trató de dirigirse a él en francés: 'Soy de Oriente Próximo', le respondió con mal tono.
No era eso lo único chocante: el alumno había pagado los 6.300 dólares del curso (1.130.000 pesetas) en metálico. Estaba obsesionado con ponerse a los mandos de un 747, pero demostraba una torpeza evidente para aprender a volar. Tan incoherente era su comportamiento que el instructor decidió llamar al FBI.
El FBI hizo una simple comprobación con las agencias internacionales; el espionaje francés les comunicó que Mousaoui podía tener vínculos con grupos terroristas. Fue detenido con la excusa de haber violado las leyes de inmigración, pero la delegación del FBI en Minnesota no logró convencer a Washington para que pidieran una orden judicial de registro en el domicilio del sospechoso. Sólo después del 11 de septiembre se entró en su casa y se registró el disco duro de su ordenador, en el que aparecieron detalles sobre vuelo y fumigación de componentes químicos con avionetas, similares al que se encontró a Mohamed Atta, el estratega de los atentados. Mousaoui se ha convertido en el único procesado por los atentados del 11 de septiembre, aunque se encontraba en prisión cuando se llevaron a cabo.
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