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Musharraf viaja a Occidente en su ausencia más larga desde el golpe

El presidente de Pakistán abandona su posición de paria para ser recibido como aliado

Ángeles Espinosa

El viaje del presidente Pervez Musharraf a Nueva York es una prueba de la rehabilitación internacional de Pakistán y de su confianza en la situación interna. Aunque su Gobierno prosigue el pulso con los extremistas islámicos, las protestas no han alcanzado niveles preocupantes. Y, pese a ese riesgo, su decisión de alinearse con EE UU tras el 11 de septiembre ha transformado a Pakistán de país paria en valioso aliado de Occidente. Musharraf cenó anoche con el presidente francés, Jacques Chirac, y hoy se entrevista en Londres con Tony Blair.

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Entretanto, los bombardeos sobre Afganistán siguen despertando las iras de los islamistas paquistaníes, que han convocado para mañana una jornada de desobediencia civil. A pesar de que el Gobierno insiste en que las protestas no amenazan la estabilidad del país, no ha dejado de tomar medidas para evitar que la situación se desborde. Ayer se conoció la detención de Qazi Hussain Ahmed, líder de Jamiat Islami, el partido que encabeza la contestación islamista. Ahmed se encontraba en arresto domiciliario desde el domingo, acusado de sedición. Pero había evitado la restricción dirigiéndose a las manifestaciones por teléfono.

Musharraf, presidente de Pakistán (a la izquierda), junto a su homólogo francés, Chirac, en el palacio del Elíseo.
Musharraf, presidente de Pakistán (a la izquierda), junto a su homólogo francés, Chirac, en el palacio del Elíseo.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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