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'El fundamentalismo ha sido impuesto por los talibanes'

Yerno del rey afgano Zahir Shah y uno de sus principales colaboradores durante los largos años de exilio en Roma, el general Abdul Wali, de 76 años, confía en que Afganistán pueda verse libre pronto de la dictadura de los talibanes, que han impuesto 'un fanatismo religioso completamente ajeno a la tradición sunita del islam seguida en el país', dice. Wali vivió en directo el golpe militar inspirado por los soviéticos que derribó a Zahir Shah en 1973, y tres años después le siguió a Italia.

Pregunta. ¿Cómo era Afganistán en 1973 antes del golpe militar?

Respuesta. Un país democrático en el que las mujeres tenían igualdad de derechos. En el Parlamento había tres diputadas. Formábamos parte de los países no alineados, con Indonesia, Yugoslavia, Egipto y muchos otros. Por desgracia, Afganistán ha visto siempre el choque entre grandes imperios.

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P. ¿Hasta qué punto los intereses de Irán, que apoya a la Alianza del Norte, de Pakistán, que ha apoyado a los talibanes, y de EE UU, que apuestan por el rey Zahir Shah, pueden conciliarse hoy?

R. Eso no es así, al menos no de forma tan clara, habría que hacer muchas matizaciones. Es normal que cada país defienda sus propios intereses, y también es normal que un país se resista a ser influenciado por otro, especialmente si es un país vecino. Es una eterna lucha, porque el país que es objeto de estas presiones debe evitar ser arrastrado por intereses ajenos.

P. La situación de Afganistán parece hoy desesperada, bajo el régimen talibán, y sufriendo los bombardeos de EE UU.

R. No hay que creerse la propaganda. Para saber exactamente cuál es la situación en Afganistán tendríamos que estar allí, sobre el terreno. En la medida en que no podemos estar, sólo se puede especular. En todo caso, los norteamericanos han reiterado que no es una guerra contra los afganos, sino contra una organización terrorista que opera desde Afganistán.

P. Representantes del rey Zahir tenían previsto entrevistarse hoy en Turquía con miembros de la Alianza del Norte para discutir sobre el futuro Gobierno afgano. Visto que la restauración de la monarquía no es probable, ¿cúal será el papel del rey en ese futuro Gobierno?

R. El rey puede hacer mucho; de hecho está interviniendo ya en el futuro de Afganistán sin esperar a la caída del régimen talibán. En Afganistán es la figura política más respetada, y él está dispuesto a cualquier sacrificio por su pueblo. Hay quien dice que es demasiado viejo , pero está decidido a dedicar lo que le queda de vida a librar a su país de esta situación de violencia e incertidumbre. Su papel será el de unir las diferentes etnias y grupos y es el más capaz para hacerlo.

P. Ya se intentó una operación así a finales de los años ochenta y fracasó.

R. Sí. Porque el rey ha tenido siempre claro que la decisión final sobre su futuro le corresponde al propio pueblo afgano. Esto era algo impensable en los años ochenta porque la Unión Soviética era una potencia ocupante en Afganistán. El régimen comunista en aquella época sólo aceptaba compartir el poder y no estaba dispuesto a entregarlo.

P. Pero hoy, el fundamentalismo islámico parece haber anclado en el país.

R. El fanatismo religioso es ajeno a nuestro país, a nuestra tradición islámica sunita; es algo que ha sido importado, ha llegado con los profesores que interpretaban los libros sagrados en las escuelas de los campos de refugiados. Y han destruido nuestra tradición.

P. Ha pasado un mes desde que se acordó crear un Consejo de Unidad Nacional, pero aún no han sido elegidos los 120 miembros. ¿Por qué?

R. El problema es que el consejo nacional tiene que estar integrado por gente seleccionada, no por gente elegida. Elegir es más rápido y sencillo que seleccionar. Por otra parte, las condiciones en Afganistán han hecho muy difícil la participación de los representantes de la Alianza del Norte.

P. Mucha gente piensa que en el fondo no existe una solución para Afganistán, después de 20 años de guerras ininterrumpidas.

R. Es inexacto. Afganistán es más antiguo que muchas de las naciones que existen hoy. Hace dos milenios fue capaz de construir las estatuas más grandes que existían en el mundo, . Es un país civilizado. Cuando hay que combatir, el afgano combate, y si es necesario morir, muere, pero no por el placer de luchar. Somos pacíficos. La imagen de gente violenta siempre combatiéndose es inexacta.

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