Uno de cada cuatro italianos 'comprende' a Bin Laden
Según los datos de un sondeo realizado por el diario milanés Il Corriere della Sera el pasado 14 de octubre, sobre una muestra de más de 4.800 ciudadanos, el 25% de los consultados dice 'comprender' las razones con las que Osama Bin Laden justifica el ataque a los símbolos del poder económico estadounidense. El porcentaje de los que comparten siquiera parcialmente la posición de Bin Laden, que ha justificado el atentado contra Estados Unidos afirmando que este país ha cometido a su vez crímenes mundiales, también contra algunas poblaciones árabes, se eleva al 36% de los interrogados cuando los que responden se sienten parte de la izquierda.
Las razones que orientan a este segmento de los italianos a 'comprender' a Bin Laden están en la política exterior estadounidense a la que reprochan sobre todo el embargo a Irak que ha causado millones de muertes, especialmente entre la población infantil, y la defensa de las posiciones israelíes en el conflicto de Oriente Próximo. Hay también cuestiones de carácter estético en la apreciación que los italianos hacen de Bin Laden, al menos a juzgar por la opinión de una decena de escritoras que se han reconocido fascinadas por el terrorista. El filósofo Gianni Vattimo atribuye esta fascinación a la figura alta, delgada y austera de Bin Laden, y al hecho, lamentable a su juicio, de que 'la imagen cuenta tanto que su autenticidad ya no interesa'.
Por otro lado, la Iglesia católica dijo reconocer 'el derecho a la legítima defensa' y el derecho a actuar para 'apagar los focos de terrorismo', pero no podrá nunca dar 'el visto bueno a la violencia', es decir a los bombardeos en Afganistán. Con palabras medidas que se distancian un poco de la habitual ambigüedad vaticana, el cardenal de Milán, Carlo María Martini, explicó ayer en Roma las razones que se esconden detrás del silencio del Pontífice ante la guerra contra el terrorismo iniciada por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre.
Moralidad internacional
Martini reconoció que las diferentes posiciones adoptadas por la jerarquía católica en esta crisis, dependiendo con frecuencia del país de origen, no hacen más que subrayar una realidad, que la Iglesia no tiene la patente de la moralidad internacional ni 'debe dar el permiso ético a uno u otro Gobierno'. Preguntado de forma más directa si comparte la posición de algunas ONG que han pedido el cese de los bombardeos en Afganistán para poder distribuir la ayuda alimentaria, Martini regresó a la tradicional diplomacia, 'cualquier disminución de la violencia encuentra mi apoyo, pero comprendo que hay exigencias ligadas a la extirpación del terrorismo', dijo.
En la fase actual, según el purpurado, cada uno de los países debería reflexionar sobre 'cuánto egoísmo hay en nosotros y en qué modo están también en nosotros las raíces de la injusticia y de la violencia'.
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