Pakistán pide ayuda para afrontar los daños en su economía
La ONU calcula que un millón de refugiados cruzarán la frontera desde Afganistán
Las bombas que caen sobre Afganistán están agujereando también los bolsillos paquistaníes. 'La crisis va a costarnos entre 1.000 y 2.500 millones de dólares', anunció ayer el ministro de Economía de Pakistán, Shaukat Aziz, que pidió ayuda internacional para afrontar esas pérdidas. Los primeros efectos ya se están viviendo: una prima de guerra que encarece importaciones y exportaciones, retraimiento de las inversiones, desaparición del turismo.
A todo lo cual hay que añadir la eventual llegada de otro millón de afganos que, según la ONU, podrían sumarse a los dos millones que han encontrado refugio en este país. 'El coste final va a depender de cuánto duren las acciones militares, pero creo que nuestras estimaciones preliminares van de 1.000 a 2.500 millones de dólares' (entre 180.000 y 45.000 millones de pesetas), declaró ayer Aziz. Las cifras ofrecidas por el ministro se refieren al actual año fiscal que concluye el 30 de junio de 2002 y se refieren sobre todo a las pérdidas por el descenso de las exportaciones, la consecuente bajada en la recaudación de impuestos y el encarecimiento de las importaciones. Desde el 1 de octubre, el comercio con Pakistán está penalizado con un plus de riesgo de guerra.
Aziz acababa de entrevistarse con Alan Larson, subsecretario de Economía de Estados Unidos, país del que Pakistán intenta obtener una condonación de sus 3.000 millones de deuda.Es la segunda bilateral más importante después de la que mantiene con Japón (5.000 millones de dólares). 'Estamos en conversaciones con el Gobierno y otros acreedores sobre la forma más adecuada de facilitar un alivio significativo de la carga de la deuda a Pakistán', manifestó Larson. El presidente Bush ya ha levantado las sanciones impuestas a Pakistán y ha anunciado una ayuda de 600 millones de dólares.
Esa cantidad, más los 200 millones de dólares prometidos por otros países, va a servir de apoyo hasta junio de 2002, pero Pakistán espera que la ayuda continúe en el próximo año fiscal y que se extienda al alivio de la deuda. El conjunto de sus obligaciones exteriores alcanza los 37.000 millones a 30 de septiembre de este año. Con el objetivo de reducir ese peso, Aziz viaja hoy a París y luego a Tokio.
Otras fuentes añaden al peso de la crisis el coste de albergar a los nuevos refugiados que huyen de los ataques y que ha motivado el cierre de las fronteras por parte de Pakistán. A pesar de ello, 50.000 afganos han cruzado de forma irregular, según las autoridades paquistaníes, y este fin de semana 10.000 más esperaban en el puesto de Chaman. El millón de refugiados que predicen las agencias de la ONU costaría 400 millones de dólares anuales a este país. Las diversas agencias de la ONU han acordado comprar en Pakistán trigo, tiendas de campaña y otros materiales necesarios para atender a los refugiados afganos. Pero es apenas un gesto.Según fuentes industriales citadas por la prensa, grandes compañías internacionales como Levis, Ikea, Gap, Adidas o Nike, entre otras, han cancelado o puesto en espera sus encargos a empresas paquistaníes. La manufactura de textiles es la principal exportación paquistaní. 'No hay razón para dejar de hacer negocios con Pakistán', ha asegurado a EL PAÍS un analista de riesgos internacional.
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