Entrenados para comer serpientes
Las fuerzas especiales que llevarán a cabo las incursiones terrestres en Afganistán están organizadas como una muñeca rusa. Cualquier despliegue se realiza bajo la protección general de los ataques aéreos y de la Décima División de Montaña de Estados Unidos, parte de la cual permanece estacionada en Uzbekistán; el avance 'visible' corresponde a los Rangers estadounidenses y al Special Air Service (SAS) del Ejército británico; del interior de esa fuerza aparecen los comandos de la Delta Force, una unidad secreta y muy especializada en asaltos rápidos, cuyos miembros suelen trabajar solos o en grupos muy pequeños.
La Décima División de Montaña fue creada durante la Segunda Guerra Mundial para combatir a los alemanes en los montes de Italia, pero desde entonces ha perdido mucho de su carácter alpino y se dedica a trabajos de infantería ligera que requieran mucha rapidez.
Sus soldados suelen ser antiguos miembros de las fuerzas especiales o personal que se entrenó para integrarse en ellas y no pasó el examen, y un ejemplo del tipo de tarea que suelen desempeñar se dio en octubre de 1993 en Somalia.
Los Rangers y la Delta Force habían quedado atrapados en una batalla callejera con guerrilleros somalíes que causó 20 muertos y 86 heridos entre las tropas estadounidenses.
La intervención de la Décima División, dotada con helicópteros de ataque Blackhawk, permitió rescatar a los comandos y evitó que una escaramuza fracasada se convirtiera en una matanza.
En el caso de Afganistán deberán encargarse de asegurar la pista que utilicen los helicópteros de los comandos para entrar y salir del país y estar disponibles para una operación de rescate.
Los Rangers, conocidos como boinas verdes, y las unidades del SAS reciben en el entorno militar el nombre de comeserpientes, porque están entrenados para vivir de lo que ofrece el terreno.
Trabajan en grupos reducidos y pueden ocultarse largo tiempo en agujeros para observar los movimientos enemigos e informar de ellos a la aviación. No dejan rastro de su presencia (incluso sus excrementos se recogen en bolsas de plástico que guardan en la mochila) y disponen de visores nocturnos muy eficaces, por lo que tienden a moverse de noche. Su misión consistirá en reunir información y lanzar asaltos de alta intensidad, con lanzamisiles portátiles, y poca duración contra posiciones enemigas.
La unidad antiterrorista Delta Force, fundada en 1977 y tan secreta que el propio Pentágono no reconoce su existencia en su presupuesto, es supuestamente lo mejor de lo mejor en cuanto a operaciones relámpago y sus componentes reciben un tratamiento distinto al de los demás soldados: no se les exige, por ejemplo, que se corten el pelo o que vistan uniformes reglamentarios. Se les empleará, en principio, para atacar a personas, más que posiciones; los líderes del régimen talibán, con el mulá Omar a la cabeza, y el propio Osama Bin Laden serían en tal caso sus objetivos.
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