Londres no cree que la crisis se extienda a otros países

El director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), John Chipman, aseguró ayer en Londres que el verdadero grado de fuerza de las protestas que se viven estos días en los países musulmanes se conocerá mañana, viernes, el tradicional día de oración en el islam. Chipman afirmó que es improbable que la guerra contra Afganistán se extienda a otros países, porque sería difícilmente aceptado por otros aliados de EE UU.

Cuando miles de musulmanes salgan mañana de orar en las mezquitas de Pakistán, de los territorios palestinos, de Indonesia y de tantos países donde la guerra contra Afganistán ha provocado disturbios, Estados Unidos y el mundo entero sabrán en qué medida la guerra contra el terrorismo se vive como una guerra contra el islam.

El problema es particularmente grave en Pakistán, donde el Gobierno se enfrenta a serias protestas por su apoyo a la agresión contra los vecinos afganos. 'Por ahora, la situación en Pakistán se mueve dentro de los parámetros que se esperaban. Mientras los generales se mantengan unidos, la situación estará bajo control', opina Chipman.

El director del IISS afirmó que hay muy pocas posibilidades, hoy por hoy, de que la operación militar aliada se extienda a otros países, porque en estos momentos es algo que difícilmente sería aceptado por el Reino Unido y otros aliados políticos. A su juicio, la advertencia lanzada en esa línea por el embajador de EE UU en las Naciones Unidas 'fue más una precaución que una amenaza'. Chipman cree que no hay negociación política posible con Bin Laden. 'En el mundo hay dos tipos de terrorismo: el político y el expresivo. El de Bin Laden corresponde a la segunda categoría'. Sin embargo, el propio Chipman y el experto norteamericano Gary Sanmore admitieron al mismo tiempo que una de las consecuencias del actual conflicto es que van a cambiar las posiciones de Estados Unidos en temas como el proceso de paz en Oriente Próximo o el conflicto entre India y Pakistán por Cachemira.

Armas químicas

Sanmore, experto en armas de destrucción masiva, admitió, en otro orden de cosas, que puede haber algunos ataques con armas químicas en Europa y Estados Unidos, pero descartó que los grupos terroristas tengan acceso a armamento sofisticado de destrucción masiva.

Para el IISS, una de las diferencias entre esta guerra y la del Golfo es que, en este conflicto, Estados Unidos está actuando en defensa propia. Eso hace que la naturaleza de esta alianza sea distinta de la que se formó para expulsar a Irak de Kuwait. Y eso explica también que Estados Unidos, en esta ocasión, haya tenido la voluntad de actuar militarmente en solitario y sólo haya aceptado hasta ahora las ofertas británicas.

John Chipman destacó que el Reino Unido se ha implicado en esta guerra a todos los niveles: el militar, el humanitario, el diplomático.

Ayer mismo el primer ministro Tony Blair estaba en Omán, donde se entrevistó con el sultán Qabos y visitó a las tropas británicas allí estacionadas. El martes se entrevistó en Ginebra con el presidente de los Emiratos Árabes, el jeque Zayd, y hoy viajará a Egipto.

Blair se ha convertido en el mejor embajador de EE UU. Desde el pasado 19 de septiembre ha visitado Berlín, París, Nueva York, Washington, Bruselas, Moscú, Islamabad, Delhi, Ginebra y Omán.