Del bichito al aceite asesino
El mayor envenamiento de la historia de España cobró su primera víctima el 1 de mayo de 1981 en Torrejón de Ardoz, localidad próxima a Madrid. La última murió en diciembre de 1985 en Zamora. La investigación sobre la intoxicación y la causa judicial han tenido diversas etapas. Los primeros procesamientos se producen en julio de 1981 por un presunto delito contra la salud pública. Sin embargo, en los meses anteriores las autoridades sanitarias habían atribuido el origen de la epidemia a diversas y fantásticas causas. Desde la enfermedad del legionario hasta la denominada neumonía atípica, pasando por el famoso micoplasma citado por el entonces ministro de Sanidad, Jesús Sancho Rof, bichito del que dijo se conocía "el nombre y el primer apellido, pero no el segundo".El 10 de junio de 1981, la Dirección General de la Salud Pública advierte a la población sobre el peligro que representa la venta ambulante de aceites a granel, y una semana despues se confirma que el aceite de colza desnaturalizado es el vehículo del envenenamiento masivo que afecta esencialmente a zonas pobres de más de una docena de provincias, principalmente en las dos Castillas, Galicia y barrios pobres en torno a Madrid.
La tensión política y social causada por el envenenamiento masivo dio lugar a un acalorado debate parlamentario en septiembre de 1981, en el que el PSOE pidió la reprobación de cinco ministros de UCD, propuesta que no prosperó. Días después, decenas de miles de personas se manifestaron en el centro de Madrid, convocadas por las centrales sindicales y formaciones políticas de izquierda.La red de aceite de colza tóxico se descubrió en julio de 1981, investigación que continua tres meses depués y que pone al descubierto un amplio número de personas y empresas dedicadas al tráfico fraudulento de aceite de colza desnaturalizado.
La red
El fiscal del caso, Eduardo Fungairiño, afirmó que el tráfico se realizaba a través de los hermanos Bengoechea que, mediante una empresa en San Sebastián, realizaban importaciones de aceite de colza desnaturalizado destinado a la industria siderúrgica. Las autoridades francesas desnaturalizaban el aceite para impedir su consumo humano generalmente con anilina. Los hermanos Bengoechea, siempre según el fiscal, vendieron a la ernpresa Raelca, de Alcorcón (Madrid), de los hermanos Ferrero y Cándido Hernández Galán y que se dedicaba a la comercizalización de áceites para consumo humano, un total de 110.790 kilos del aceite de colza desnaturalizado, en los primeros meses de 1981. Los contactos entre los Ferrero y los Bengoechea fueron propiciados, según el fiscal, por Jorge Pich, gerente de la empresa Jorpi, que actúo como intermediario y recibió comisiones por las ventas. Pich entró también en contacto con otros dos industriales, Enric Salomó y Ramón Alabart, para comunicarles que se había conseguido, mediante refinado, la eliminación de la anilina que desnaturalizaba el aceite, por lo que se podía seguir utilizando el aceite industrial para el consumo humano.Estos ocho industriales son los principales encausados en el sumario. Químicos, mayoristas, almacenistas, minoristas y vendedores ambulantes formaban parte de una red que con mayor o, menor responsabilidad participó en la estafa de vender un aceite que costó la vida a más de medio millar de personas.
El envenamiento ha estado rodeado también de situaciones dramáticas y confusas. Entre ellas, el asesinato de la esposa de Enric Salomó, María Teresa Mestre, víctima de un vecino desequilibrado que la descuartizó; y ciertas hipótesis -como la de los tomates y los organofósforados- que introdujern no poca confusión incluso entre las víctimas del envenenamiento.
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