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La crisis del euro

España tiene que pagar cuatro veces más que en enero para financiarse

El Tesoro cubre objetivos pero sube un punto la rentabilidad de las letras - La banca pidió al BCE un 10% menos en noviembre, en plena tormenta financiera

Los optimistas pueden agarrarse a que la retribución que ofrece el Tesoro español a los inversores en deuda pública sigue en niveles mínimos respecto a los porcentajes disparados de los años noventa. Pero los más escépticos prefieren resaltar que en los últimos doce meses el coste para el Gobierno de obtener financiación se ha disparado. Y la subasta de ayer en la que se colocó algo más de 2.500 millones de euros no fue una excepción: el Estado logró sus objetivos, pero a costa de ofrecer una contraprestación sensiblemente superior a la de las últimas ocasiones. Así, el rendimiento de las letras a 12 meses se ha multiplicado por cuatro respecto a enero; y ya ha alcanzado el nivel más alto desde hace más de dos años.

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El Tesoro adjudicó 1.990 millones en letras a un año y 523 millones a 18 meses. El interés marginal de las primeras repuntó hasta el 3,52%, cuando el pasado mes de noviembre bastó con un 2,45%. En las letras a 18 meses, se ha pasado en solo un mes del 2,75% al 3,79%. La última vez que España logró reducir el interés marginal que paga fue el pasado 19 de octubre, antes de confirmarse que Irlanda debía ser rescatada por la Unión Europea.

"Los objetivos de colocación son ahora bajos porque el Tesoro no tiene una necesidad imperiosa, ya ha concluido la estrategia para este año y dispone de excedente de caja. Pero lo más destacado que estamos viendo ahora es el encarecimiento de los costes de financiación" señala Sara Baliña, de Analistas Financieros. Este encarecimiento se refleja en el mercado secundario -la prima de riesgo, que crece día a día, y que ronda los 250 puntos básicos, acercándose al máximo de 283 que alcanzó a final de noviembre-, y también en el primario, como se vio en la subasta de ayer.

José Carlos Díez se cuenta entre los analistas que prefieren fijarse en la botella medio llena. Así, el economista jefe de Intermoney señala que el Tesoro tiene un problema de precio, pero no de cantidad. "Algo muy diferente del resto de países con que nos comparan", señala recordando la bajísima demanda que obtuvo la última subasta de deuda en Portugal.

El Tesoro español pasará mañana otro examen a su fortaleza. Será en la subasta de bonos a 10 años. Si sigue la tendencia del mercado secundario, el rendimiento podría superar por primera vez en una década el 5%. De hecho, en el mercado secundario ya tiene una rentabilidad del 5,5%, el máximo desde 2000. "De aquí a finales de año no esperamos graves problemas de demanda. Pero el coste seguirá siendo alto", añade Baliña.

Mientras tanto, las estadísticas del Banco de España dieron ayer una buena noticia: la deuda de la banca española con el Banco Central Europeo (BCE) cayó en noviembre hasta los 61.138 millones, la cifra más baja en dos años, pese a la tormenta financiera.

El dato de noviembre supone, además, una fuerte caída del 22% respecto a la deuda que tenían en noviembre de 2009 y del 10% respecto al dato de octubre. El máximo está registrado en julio, cuando pidieron 130.209 millones al secarse todos los mercados. Las entidades no podían hacer frente a los vencimientos de sus deudas y el único camino fue recurrir al BCE para evitar el colapso. A partir de entonces, con los buenos resultados de las pruebas de resistencia de la banca, se reabrieron las fuentes de financiación y se ha ido reduciendo la apelación al BCE.

"La cifra es una noticia positiva porque supone caminar hacia la normalización. Probablemente la banca haya pedido menos dinero porque había captado grandes cantidades en verano y con la apertura del mercado de repos de la Cámara de Compensación de Londres", dice Santiago Carbó, de la Universidad de Granada.

Juan Ignacio Crespo, director en Thomson Reuters, reconoce que le ha sorprendido el dato por lo cerrados que han estado los mercados desde la mitad de noviembre. "Es posible que hayan podido mantenerse con lo captado en julio. La guerra de los depósitos no es una solución para el sector en su conjunto porque lo que gana uno es lo que ha perdido otro", aclara. El Banco de España ya había anticipado que noviembre bajaría la apelación de la banca "porque es un mes de pocos vencimientos de deuda, al igual que diciembre". Las entidades también cuentan con los tradicionales ingresos de los clientes en Navidades.

Carbó y Crespo coinciden en que lo peor vendrá ahora. "Diciembre es un mes de ajustes y de tensión en la tesorería de las entidades. Desde la caída de Irlanda el cierre es absoluto y se notará más a medida que pase el tiempo", apunta Crespo. La gran prueba de fuego, dicen, será el primer trimestre de 2011 con grandes vencimientos de deuda privada y pública.

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