El BCE estudia ampliar capital para asegurar la compra de bonos
La institución quiere reforzarse frente a posibles pérdidas por su ayuda a los periféricos
El Banco Central Europeo está estudiando la posibilidad de reforzar su capital para hacer frente a eventuales pérdidas derivadas del programa de compra de bonos de los países con problemas de deuda. Según ha informado a Bloomberg una fuente del organismo presidido por Jean Claude Trichet, aún no hay una decisión tomada, aunque la propuesta ya cuenta con el visto bueno de Alemania, según afirman desde el Ejecutivo de Angela Merkel.
Actualmente, el BCE tiene unas reservas de capital de 5.800 millones de euros, pero estos fondos podrían no ser suficientes si los problemas en los mercados de deuda no se solucionan. Por tanto, la voluntad del organismo es protegerse ante la posibilidad de que esta inversión, que hasta la fecha asciende a 72.000 millones de euros, le reporte pérdidas. La medida se estudiará en el próximo Consejo Europeo que reúne a los jefes de los Ejecutivos de los países miembros a finales de esta semana.
Barclays asegura que tras el rescate de Irlanda y Grecia habrá más y que Portugal será el siguiente
En opinión de Marco Valli, analista jefe de Unicredit citado por Bloomberg, el anuncio pone en evidencia que el BCE está centrando la compra de bonos en deuda de Irlanda, Portugal y Grecia, que no tienen calificación de triple A, la más alta, y que, por tanto, es una inversión que contempla riesgos. Aunque moderados. Este programa se puso en marcha en mayo tras el rescate de la República helénica a pesar de la oposición de algunos de los consejeros del BCE, como el alemán Axel Weber, máximo aspirante a suceder a Trichet y considerado como un halcón de la ortodoxia, lo que significa que está por principio en contra de cualquier aumento del gasto público.
Reparto por países
Según informa Reuters, que ha dado la noticia en exclusiva, la cantidad que aportará cada uno de los 16 países presentes en el BCE se establecerá en función a su peso en la institución. Así, frente al 18% de Alemania o el 14% de Francia, España deberá respaldar la ampliación en un 8% del total. En la operación también participarían otros países de la UE que, aunque no forman parte de la eurozona, también están presentes en el BCE, como Reino Unido. En su conjunto, este grupo de Estados representa el 7% del capital del instituto emisor.
Hace una semana, otro consejero del BCE, en este caso el presidente del Banco Central de Austria, Ewald Nowotny ya advirtió de que hay "claros signos de que los riesgos están aumentando para los bancos centrales" por la compra de bonos, con lo que también asumen sus riesgos. Por este motivo, se mostró convencido de que en un futuro, que ahora ya no parece tan lejano, se va a tener que aumentar las bases de capital de estas instituciones para garantizar la solidez de la divisa única.
Aunque el programa de compra de bonos no soluciona los problemas de fondo de los periféricos -Grecia, Irlanda, Portugal y España-, al menos ha supuesto un dique de contención ante la huida masiva de inversores de su deuda ante la incertidumbre de si tendrán problemas a la hora de recuperar su dinero. Hoy, la nota negativa la han puesto S&P y Barclays. La agencia ha puesto bajo revisión la nota de la deuda de Bélgica, lo que abre la puerta a su rebaja y allana el camino para que acabe junto al resto de países bajo sospecha, mientras el banco alemán da por seguro en un informe que habrá más rescates y que Portugal será el próximo en andar la senda que ya han recorrido Grecia e Irlanda.
Las grandes inversiones vuelven a mirar a EE UU en lugar de a Europa
La persistencia de la crisis de deuda soberana en Europa ha devuelto el interés de los grandes inversores hacia EEUU, cuyas acciones son las principales beneficiadas del sentimiento alcista entre los inversores a nivel global, según refleja la última edición de la encuesta de gestores de fondos elaborada por Merrill Lynch Bank of America.
En concreto, un 44% de los encuestados considera que la economía mundial se fortalecerá en 2011, frente al 35% que opinaba así hace un mes, mientras que el 51% espera un incremento de los beneficios de las empresas el próximo año, en contraste con el 36% que lo preveía en noviembre. Sin embargo, al mismo tiempo crecen los inversores que consideran que aumentará la inflación subyacente en 2011.
A pesar de la creciente confianza en el crecimiento global, la encuesta muestra que Europa está perdiendo el apoyo de los inversores por la apatía política y las preocupaciones sobre el sector bancario, señala el responsable de estrategia de valores europeos de Merrill Lynch BofA Global Research, Gary Baker.
"El acuerdo fiscal pendiente en EEUU, junto a la segunda ronda de alivio cuantitativo, ha devuelto la confianza en las perspectivas de las compañías estadounidenses en un momento en el que Europa ha perido el favor de los inversores, que se cuestionan también los pronósticos de crecimiento de China", añade Michael Hartnett, responsable de estrategia global de la entidad.
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