El BCE acelera la compra de bonos de los países con problemas de deuda
La política del instituto emisor contrarresta la desbandada de inversores por las dudas sobre la solvencia de los Estados periféricos
El Banco Central Europeo incrementó durante la semana pasada la compra de bonos de los países del euro con problemas para atajar las presiones a las que estaban sometidos en los mercados. Tras el impacto del rescate a Irlanda, que en lugar de disipar los temores recrudeció el acoso de los inversores, el presidente del instituto emisor, Jean-Claude Trichet, confirmó el pasado jueves que la medida de compra de deuda seguía adelante. Hoy el BCE lo ha constatado con cifras: 2.667 millones de euros.
La compra de bonos se puso en marcha en mayo tras los problemas acaecidos con Grecia y ha seguido vigente desde entonces, aunque en una especie de letargo. Hasta la fecha, ha inyectado cerca de 72.000 millones a través de la adquisición de los títulos de los países con problemas, aunque la gran parte de los mismos durante las semanas inmediatamente posteriores al colapso de la República helénica. No obstante, Trichet también recordó la semana pasada que esta es una medida de naturaleza temporal.
Gracias a la intervención del BCE, que según los analistas se ha centrado en Irlanda y Grecia y que podría ser mayor ya que las operaciones tardan en cerrarse dos o tres días, las primas de riesgos de estos países, el mejor indicador de la confianza en las finanzas de un país y que equivale al sobreprecio que han de pagar frente a la deuda alemana, de referencia, se han moderado en las últimas semanas. Aunque con matices, ya que durante las últimas siete sesiones solo ha mejorado la irlandesa. En cualquier caso, las compras del regulador al menos han impedido mayores aumentos.
Por culpa del estallido de la crisis, los bancos redujeron su exposición a la deuda soberana de Grecia, Irlanda, Portugal y España en un 22% durante el segundo trimestre del año, según ha hecho público hoy el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) en un informe adelantado por EL PAÍS en su edición impresa de hoy. Así, de la inversión de 2,28 billones de dólares (1,7 billones de euros al cambio actual) que tenían a cierre de junio, 242.000 millones de dólares (182.300 millones de euros) correspondían a bonos y letras.
Esta cifra es 70.300 millones de dólares (53.000 millones de euros) inferior al dato de marzo, lo que denota que las ventas de activos de los periféricos se han centrado en los bonos ya que el total de la desinversión es de 107.000 millones de dólares menos (79.900 millones de euros).
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