“Hay otros políticos esperando su turno que son iguales o peores que Trump”
Retirada y con un nieto recién nacido, para Cintya Robles-Fernández todo cambió cuando hace nueve años vio cómo el republicano atacaba a un periodista por su físico
La vida de Cintya Robles-Fernández es plácida en estos tiempos. Nacida en Lima, Perú, hace “cincuenta y tantos años”, vive en Estados Unidos desde hace alrededor de medio siglo. Primero emigró a California, donde fue al instituto y la universidad y arrancó su vida laboral durante dos décadas. En el año 2000, ella y su familia decidieron asentarse en Florida. Después de una vida trabajando en cuestiones de liderazgo en el sector de la tecnología, ha decidido prejubilarse en Winter Park, media hora al norte de Orlando. Ahora vive con su marido, un empresario español del mundo de la gastronomía, con el que tiene dos hijos de 33 y 28 años y una nueva alegría: su primer nieto, nacido a primeros de octubre.
Muy interesada en la política, Robles-Fernández ha estudiado a fondo la estadounidense, especialmente en los últimos ocho años, desde el ascenso de Donald Trump. Hubo un momento que le impactó mucho. A finales de 2015, el entonces candidato a la Casa Blanca se burló en varias ocasiones de un periodista, Serge Kovaleski, reportero de The New York Times, ganador del Pulitzer y con 30 años de experiencia, que sufre una enfermedad llamada artrogriposis. Aquello la conmovió profundamente y, desde entonces, se informa acerca de la política todo lo que puede.
Pregunta. ¿Ya ha decidido su voto para el 5 de noviembre? ¿Por quién?
Respuesta. Totalmente. Desde hace años voto muy conscientemente sabiendo qué debo hacer. Antes era más irresponsable, o tenía falta de interés. Votaba por votar. Desde 2016 estoy totalmente implicada, cuando Trump fue elegido candidato del partido republicano y se burló de un periodista incapacitado fue para mí un despertar. Se me cayó la venda, era muy naif. Definitivamente, mi voto va para Kamala Harris y Tim Walz. Yo era independiente, me gusta mantenerme neutral e investigar, pero aquel día y esas elecciones decidí cambiar a demócrata para poder votar en las primarias. Nunca me ha gustado la injusticia, me come por dentro. Para mí la retórica de Trump es típica de un bully inmaduro y nada presidencial. Es un fenómeno mundial y no es nada nuevo lo que está pasando en este país, pero es sumamente importante ser valiente y decir algo. No podemos dejarnos engañar.
P. ¿Qué le diría a Donald Trump?
R. Tiene un problema de narcisismo de alto nivel, no es una persona que entraría en razón para conversar. Le diría que desista de la candidatura. El problema es que hay otros políticos en línea esperando su turno y que son iguales o peores que Trump, como Vance, que no tiene vergüenza en desinformar y deshumanizar a los inmigrantes, alineado con el Proyecto 2025.
P. ¿Y a Kamala Harris?
R. Le diría que lidere a través del Congreso una revisión de la Doctrina de la Equidad: que busque que los medios hagan una cobertura justa y equilibrada de la información. Que en las escuelas se aprenda a detectar bulos. También la regulación de las prácticas de transparencia en los medios de comunicación y las redes sociales. La libertad de expresión es un tema muy importante en Estados Unidos, pero no podemos ir sobre las libertades de los otros, debemos respetar. Sé que habrá controversia con volver a una política así, pero es importantísimo, porque hay mucha gente muy vulnerable.
P. ¿Qué es ser latino en Estados Unidos para usted?
R. Soy peruana de nacimiento, adoro mi país, mi familia, mis amistades, mis costumbres. Ser latino en Estados Unidos es ser parte de una comunidad multicultural, llena de variaciones y colores. Me encanta vivir, convivir, conocer gentes de distintos países, entender de dónde vienen y quiénes son... Le añade valor.
P. ¿Prefiere el inglés o el español?
R. Para la crianza de mis hijos, entre mi marido y yo decidimos enfatizar el aprendizaje del español en casa. Y nos costó porque estamos habituados también a hablar inglés o spanglish. Fuera de casa acordamos que sería inglés.
P. ¿Alguna vez ha sentido prejuicio o racismo por ser latino?
R. A veces me he preguntado eso yo misma, leyendo sobre ello. No se puede tapar el sol con un dedo; existe. Si lo he vivido, seguramente lo he ignorado o no le he dado importancia. Vuelvo atrás y no lo he reconocido entonces. En las elecciones de 2016 percibí un cambio de carácter de varias personas con las que trabajaba, no dudaban en darte un hachazo o en alzar la voz y tener poca humanidad. Tal vez fue porque se dio carta blanca a que salieran hasta de debajo de las piedras y se dio rienda suelta a los instintos más bajos del ser humano.
P. ¿Qué le gusta de Estados Unidos?
R. Me encanta. Siento este sentimiento de libertad, de libertad de expresión, también por las oportunidades que están a nuestro alcance. Viniendo de otros países, uno lo aprovecha, está más consciente de ello. Haber ido a un buen colegio o una buena oportunidad me han abierto las puertas. Respeto mucho este país y este melting pot.
P. ¿Qué cambiaría de Estados Unidos?
R. Algo que mejoraría sería la educación primaria. Creo que no debe ser solo aprender materias, sino temas prácticos, el manejo de las finanzas, el desarrollo interpersonal y mental, el control de las emociones, tener mejor exposición cultural, dar cursos de supervivencia, el desarrollo del pensamiento crítico desde pequeños... Mucho se debe aprender en casa pero no todos los hogares saben cómo. Los niños del futuro serían más tolerantes, autosuficientes y más felices.
P. ¿Cómo se ve en 10 años?
R. En estos momentos no dejo de pensar y actuar en favor de un futuro más positivo. Me siento responsable de tomar una posición más activa, ya no por mí, sino por mis hijos, mis sobrinos, mi nieto. Por el mundo. Pienso que los jóvenes de hoy en día liderarán un país más justo, están acostumbrados a distintas personas y culturas, tienen la mente más abierta. Insto a los votantes a tomar control de nuestro futuro, con una candidata que respete, con sentido común, preparada, como fiscal y como vicepresidenta. Que recordemos que los políticos trabajan para nosotros, no al revés, que no idealicemos a esos políticos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.