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Columna
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Modelos en Dubái

Hace unos días Maria Kovalchuk, una modelo (de las de OnlyFans) apareció en el desierto con los miembros y la espalda rotos. Se barrunta que la dejaron así en una orgía de pago en un país en el que la prostitución está prohibida

La modelo ucrania Maria Kovalchuk, que ha aparecido gravemente herida en Dubái.
Jimina Sabadú

Hace unos días se denunció la desaparición de Maria Kovalchuk, una modelo (de las de OnlyFans) que tenía que coger un vuelo de Dubái a Tailandia. La encontraron medio muerta en el desierto con los miembros y la espalda rotos. Lo que se barrunta es que la dejaron así en una orgía de pago en ese país en el que la prostitución está prohibida. No sé qué clase de orgía acaba en rotura de miembros, pero me lo imagino. Las películas snuff no son leyendas urbanas.

Es sospechoso que haya tanta modelo en Dubái. Emiratos Árabes no es ninguna capital de la moda que justifique llamar a cientos de chicas para trabajar allí de modelos. Vemos en redes un desfile de bikinis, restaurantes, coches de alta gama, daiquiris, y yates. A una influencer habitual de los platós le leí que “trabajar en Dubái está bien si estás dispuesta a salir de tu zona de confort”. Esta chica viaja allí dos veces al año. En el podcast 17 grados, una modelo contaba cómo iba —según sus compañeras— lo de esa ciudad y los trabajos de modelo. Te invitaban a todo a cambio de que probablemente tuvieras que ir a alguna fiesta privada. Si, de entrada, no existe un contrato, aunque sea verbal, el peligro es enorme. Si las prostitutas están indefensas en países con igualdad de derechos, cómo no van a estarlo en un país como Emiratos Árabes.

Pronto sabremos si el caso de Maria Kovalchuk tiene que ver o no con la prostitución. Realidad o rumor, hay indicios más que de sobra para pensar mal de estos presuntos trabajos de modelaje (influencers con pocos seguidores, ausencia de fotos del trabajo en cuestión, ostentación, y cantidad sospechosa de chicas en la misma situación). La policía de Dubái dice que la chica se cayó de un edificio muy alto. Ella no ha dicho nada; no puede hablar. La prostitución es más vieja que el hilo negro y por supuesto también hay chicas que van allí pagándose el viaje. Lo que hace saltar todas las alarmas es que haya tantas y tantas chicas dispuestas a pasar por esto a cambio de vivir, por unos días, una vida de millonario. Cientos de mujeres dispuestas a lo que sea por un bolso, unos zapatos, unas fotos y unos likes. Prostituirse por un quiero y no puedo.

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Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.
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