Bob Pop: “Coincido con Broncano en que no hace falta esforzarse tanto en el trabajo. Al final, todos terminamos trabajando para el mal”
Tras hablar de su enfermedad y sus miedos en una serie biográfica, esta temporada Bob Pop aprende catalán para TV3 y abre un consultorio para aconsejar a los oyentes de Cadena Ser
Bob Pop (Madrid, 52 años), acostumbrado a regalarnos su verbo florido en todas sus formas, se va a dedicar esta temporada a escuchar. A escuchar y a hablar en otro idioma. Durante más de dos décadas, el madrileño ha vivido de forma intermitente en Barcelona, pero lo había hecho practicando un catalán pasivo (el que solo lee y escucha). A través del espacio Bob in Translation, se ha propuesto pasar al catalán versátil (el que también habla y escribe). El espacio, que se emite los jueves por la noche en TV3, puede verse de forma gratuita en toda España a través de la web y la app de la cadena autonómica 3Cat, con la posibilidad de activar desde ella los subtítulos en catalán, castellano, inglés y francés. Durante su primera semana de emisión, se ha convertido en uno de los programas más consumidos de la plataforma.
“No aprendí catalán antes por razones que ahora creo que son bastante tontas. Como trabajo con las palabras, me parecía que comenzar con un idioma tan parecido al castellano me haría mezclar palabras y meter la pata en ambos idiomas”, comentaba la semana pasada por teléfono desde Barcelona. “He visto televisión y teatro en catalán y hasta he trabajado en radio en Cataluña con Ricard Ustrell. Él hablando en catalán y yo contestando en castellano. Era una convivencia fantástica… En el espectro político, esa convivencia se ha usado a menudo como arma política. En este programa se busca el buen rollo”, dice el escritor, quien siente que la propuesta “puede contagiar esa alegría” que hemos sentido con gente como James Rhodes o Michael Robinson cuando se animaron a aprender castellano. “Es como dar la bienvenida a un hogar. Una lengua también es hogar”, defiende. “Por eso, mi principal razón para hacer este programa era la de recordar que los idiomas están para entendernos, para querernos, para acercarnos y no para convertirlo en puñales voladores”.
En ese aspecto, comparte esencia con su nueva sección en Hoy por hoy (Cadena SER), con Àngels Barceló. Comienza hablando de un tema en apariencia anecdótico para terminar charlando sobre otro mucho que puede resultar más profundo. En Cuenta con Bob, el escritor abre su consultorio para que todo el que lo desee le plantee sus problemas (o puede que simplemente sus preguntas) y que él responda con la que considere que es la mejor solución o respuesta. “Cuando te lo encuentras por la calle, un oyente suele responder de una forma distinta a como lo hace un lector, un espectador o un internauta. Es una relación mucho más natural y relajada. El tópico de que la radio se cuela en nuestra vida cotidiana es cierto”, defiende el comunicador.
Mostrar sin adoctrinar
A través de los seis episodios de Bob in Translation, el madrileño practica el catalán mostrando una Barcelona alejada del turismo masivo y recorriendo algunos de los colores de la bandera LGTBI+. Charlará sobre la identidad lésbica con la humorista Ana Polo, sobre la bisexualidad con la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y sobre el privilegio gay, etiquetas y el poliamor con el escritor Pol Guasch. También lo hará sobre transexualidad con la activista Judith Juanhuix y sobre la identidad queer con la pianista y compositora Clara Peya. Aunque todavía faltan muchos aspectos por explorar que no han cabido en esta primera tanda de capítulos, advierte Bob Pop. De hecho, esta propuesta no se plantea como pedagogía para el espectador heterosexual. “Dentro del colectivo, tampoco somos tan diversos como deberíamos. Con esta presencia LGTBI+ no intentamos adoctrinar ni dar la turra, simplemente decir al mundo que estamos aquí, que nos vean y ya luego que reaccionen como quieran. Y bueno, que llevamos siglos escuchando cómo es una persona heterosexual. En especial un hombre blanco heterosexual. Eso ya nos lo sabemos. Tampoco pasa nada porque nosotres contemos un poco quiénes somos”, defiende.
“Las personas del colectivo LGTBI+ llevamos toda la vida aprendiendo a explicarnos. Tenemos nuestro propio relato muy bien elaborado. Y eso que se ve en Bob in Translation también ocurre en la sección del Hoy por hoy con Àngels”, dice. La intención del radiofónico Cuenta con Bob es abrir la puerta a gente que tiene una historia que le preocupa y que sabe contarla, que verbalicen aquello que les despierta curiosidad o les genera angustia. Se trata de hacer comunidad y no de autoayuda, explica. “La autoayuda es una solución neoliberal que no me interesa nada. No podemos cambiar nada si no cambiamos el sistema, si no intentamos reconstruirlo desde lo común (y no desde lo individual)”, continúa.
El escritor dice que, en experiencias similares que ha vivido antes, al compartir espacio mediático con las opiniones de quien está al otro lado, ha entendido que la gente siempre va a mejora cualquier idea que él pueda tener: “No importa la reflexión o el guion que me haya construido en torno a un concepto. Siempre llega un o una seguidora con una mirada única, estableciendo un vínculo, y lo eleva”. Está tan convencido de que la gente va a compartir cosas tan interesantes en su espacio de radio, que bromea con que su participación en Hoy por hoy se ha convertido en dinero fácil. “Estoy con David Broncano en eso de que tampoco hace falta esforzarse tanto en el trabajo”.
El escritor afronta el éxito de La Revuelta de La 1 “con un orgullo como de madre de la Pantoja” porque Jorge Ponce, uno de los bastiones del programa, es colaborador habitual de Bob Pop y lo siente como un hermano pequeño, confiesa. “¿Dónde está el drama en qué esté compitiendo con El Hormiguero? ¿Descubrir que a la gente también le gusta el humor inteligente y que pueden ir un antropólogo y un novelista al prime time de una televisión y petarlo en audiencia?”. Aunque remarca que es un espacio “muy hecho desde el punto de vista masculino, encuentra interesante su propuesta, porque muestra algo que considera que gusta mucho al espectador: gente que no tenga miedo. “Por eso lo peta Broncano y lo peta Marc Giró. Y por eso lo petó en su día Jorge Javier Vázquez… hasta que le recordaron que tenía razones para tener miedo”, afirma Bob Pop.
“Jorge brilló mucho durante pandemia. Expresaba su terror por la deriva fascista que está tomando parte de este país en un espacio abierto y en horario estelar. Coincidió con el momento en el que Mediaset decidió apoyar discursos conservadores para que llegaran al poder y estuvieron a punto de cortarle la cabeza”, recuerda. La última entrevista que leyó de él, publicada en EL PAÍS, vio a un Jorge Javier muy distinto. “Dejaba claro que se acabaron las tonterías, que ahora está aquí para ser lo que somos todos en televisión: un muñeco, como nos llaman los del equipo técnico. Al final, todos terminamos trabajando para el mal”.
Ya que ahora quiere sonar al Bill Murray de la versión en catalán de Lost in Translation, ¿qué susurraría a Scarlett Johansson al final de la película? “Tot anirà bé (Todo irá bien)”, responde.
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