Los Premios Ondas 2023 fusionan “rigor” y “creatividad” en una noche reivindicativa

Primero fue el lucimiento, la alfombra roja. Luego llegó la reivindicación, el amor, la política, la innovación, el humor. Lo importante. Los premios. La entrega de los Ondas, que en esta 70ª edición ha dado un paso hacia la fusión entre la “creatividad” y el “rigor” de los mejores proyectos nacionales e internacionales de comunicación.

La gala empezó con uno de los platos fuertes, Úrsula Corberó, premiada como mejor actriz por su papel en El cuerpo en llamas, que no se cortó a la hora de pedir “comunicación y entendimiento” entre los que “están arriba”. Los políticos. “Es posible [relacionarse] sin un enfrentamiento. No más guerras. Querámonos y respetémonos”, pidió. Corberó, visiblemente emocionada por haber recibido su “primer premio” por su interpretación, agradeció la “libertad” para realizar un papel (el de Rosa Peral), dijo, “complejo”, lo que arrancó las primeras risas irónicas.

Se sumó a las súplicas Juan Diego Botto, mejor actor por No me gusta conducir, en la que reclamó el fin de la guerra entre Israel y Palestina. “El mayor horror del siglo pasado fue la deshumanización de la comunidad judía. Ahora no caigamos en el mismo error con la comunidad palestina. Los terribles atentados de Hamas no pueden justificar el asesinato de miles de niños y niñas”. Aplauso rotundo en el Liceo de Barcelona.

La organización abogó por un sistema dinámico para que la entrega fuera lo más digerible posible. Cuando los discursos se alargaban demasiado, la voz se apitufaba. Divertido y elegante a la vez para evitar largos discursos en un espacio que ha fusionado a los medios emergentes y los tradicionales. Desde Informe Semanal, como Mejor programa de actualidad; a la Kings League, mejor programa de entretenimiento.

Las preguntas pertinentes

A la hora de recoger el galardón para el programa semanal, Pep Vilar, responsable de Informativos de RTVE, realizó una acérrima defensa a la tarea de los periodistas en tiempos de polarización y crispación. “Nuestra profesión tiene que protegerse de los insultos y las amenazas. No se puede permitir que nos agredan. Una compañera, hace poco me dijo: ‘lo que me más me ha dolido es escuchar ‘eres una puta’ de boca de un fascista”. Volvieron los aplausos.

Vilar también se refirió a la entrevista que Silvia Intxaurrondo, periodista de TVE premiada como mejor presentadora por “poner en valor la importancia de las preguntas pertinentes”, realizó al candidato del PP, Núñez Feijóo, en periodo electoral en la que corrigió públicamente los datos que ofrecía. “Silvia tuvo que hacer las preguntas que tenía que hacer. La televisión pública lo hizo bien bajo una presión asfixiante. Seguiremos”. La periodista reivindicó los “espacios de libertad” de las redacciones periodísticas para informar a pesar de existir tanta “presión” y recomendó a los jóvenes periodistas “no tener nunca miedo”.

En la otra parte del espectro comunicativo apareció en el escenario Oriol Querol, director general de la Kings League, premiado al mejor programa de entretenimiento, que se ha presentado como “unos bichos raros”. “Este circo es fruto de mucho trabajo”, defendió el ejecutivo, que en conversación con EL PAÍS aceptó que el galardón era “un puente que une dos mundos paralelos”. Querol defiende la posibilidad de introducir nuevos formatos de contenido sin la necesidad de competir con otros. “Nos han querido enfrentar con los medios tradicionales; pero nosotros no hemos querido transformar nada, sino convivir con ellos”, remarca. Eso sí, Querol lamenta que parte del proceso de incorporación al sistema audiovisual ha sido espinoso por la mirada de parte del sector más tradicional. “A muchos jóvenes streamers les han tratado con condescendencia por ser valiente, pero ahora se ha demostrado que existe un espacio para todos”. Uno de ellos, Spursito, pasó alguna factura a al presidente de la Liga, Javier Tebas, contrario a la Kings League. “Se lo dedico a él. Suerte con lo que te viene”.

No fue el único reproche de la noche. Lluís Jutglar, conocido como Peyu, uno de los creadores de El Búnquer, mejor programa de proximidad, emitido en CatRàdio, lamentó el “silencio” de parte de la “cultura española” durante los últimos años. “Hay mucha gente que querría que la cultura catalana se redujera a vestir en barretina, pero nuestra ambición es hacer un buen programa; como muchos de los que estáis aquí. Desde Cataluña os hemos echado de menos. No sé si ha sido por miedo a perder algunas entradas, pero vuestro mercado es de 40 millones de personas, y el nuestro de 2 o 3, y sobrevivimos. Si el miedo es perder público de los cuatro idiotas que gritan ‘Viva Franco’ en Ferraz, es hora de perder el miedo”. Más aplausos, como cuando la podcaster Nerea Pérez de las Heras, presentadora de la gala junto al periodista Aimar Bretos, lanzó un “¡Se acabó!” cómplice con las campeonas del mundo de fútbol en contra de las actitudes machistas.

Ninguna de las ovaciones, sin embargo, fue tan larga y unánime como la que consiguió el exfutbolista Juan Carlos Unzué, afectado por ELA y protagonista de Unzué. L’últim equip del Juancar, mejor documental de la noche. “Esperamos que todos los partidos políticos hagan suya la ley ELA y sea efectiva cuanto antes. Si algo no tenemos los enfermos con ELA es tiempo. Las enfermedades no saben de ideologías y de intereses políticos”.

Público en las afueras

La gala congregó a decenas de personas que no quisieron perderse la entrada de las estrellas al gran teatro. Ibai y Úrsula Corberó fueron de los más aclamados. “A veces no sé explicar lo que hago, pero mi abuela pasó un tiempo pensando que era presentador de telediario”, concedió el comunicador en el acceso.

A su vez entraban los cartageneros Arde Bogotá, premiado como Fenómeno Musical del Año, que abrió la gala con una de sus actuaciones, y que mostraron su enfado por no haber probado aún los pasteles de carne murcianos que se han empezado a vender en una tienda de Barcelona. “A la próxima, seguro los tenemos que probar”.

Probar a hacer cosas es lo que hacen Juanjo Millas y Javier del Pino galardonados con el Ondas a la mejor idea de programa. Después de este premio, el escritor Millas, premio Planeta, se plantea el dilema de que se le da mejor, hablar o escribir. “Tengo una dicción pésima, hablar no se me da bien, pero me comunico por la sintaxis”. Lo hace, explica, para “cualquier público de domingo por la mañana que se despierte pronto para desayunar tranquilamente”.

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