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Columna
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Precariedad infernal

La serie ‘Archivo 81′ es un descenso canónico a los infiernos del trabajo por cuenta propia

Escena de 'Archivo 81'. En vídeo, tráiler de la serie.
Sergio del Molino

Hay muchas cosas que me interesan de Archivo 81 (Netflix), la serie de terror de moda. Es una mezcla de La semilla del diablo, Tesis y Clerks, de Kevin Smith, que dará mucho que hablar a los nostalgiólogos, por la loa al VHS que contiene, pero lo que más me gusta es la sátira involuntaria de la precariedad.

Dan, un talentoso restaurador de un museo del cine, recibe un encargo de un millonario misterioso: restaurar una colección de cintas de vídeo que se salvaron de un incendio en 1994. Son el proyecto de una doctoranda de antropología sobre el edificio quemado. Le pagará 100.000 dólares, pero el contrato lleva mucha letra pequeña.

Para empezar, tiene que trabajar en una casa aislada en medio de un bosque, sin internet ni cobertura de móvil. Además, las cintas están malditas: en ellas no hay más que sustos, apariciones, bichos que quieren salirse de la pantalla y terrores mil a cuenta de unos satanistas y sus ritos escalofriantes. Dan no llega a plantear ningún conflicto laboral, porque la trama va de demonios y sectas que le distraen, pero es evidente que el trabajo está muy mal pagado. 100.000 dólares, que no dan ni para un piso, no compensan ni de lejos tanto sufrimiento. Si Dan hubiera leído los ensayos de Remedios Zafra sobre precariedad y creatividad, se habría quedado con su puesto fijo y su sueldito del museo, pero como vive en Estados Unidos, se apuntó a la gran dimisión, ávido de aventuras sin horarios estables ni seguros médicos.

Archivo 81 es un descenso canónico a los infiernos del trabajo por cuenta propia. No quiero destripar la trama, pero en el cuarto capítulo me pareció ver al ministro José Luis Escrivá con un manuscrito sagrado que contenía los nuevos tramos de cotización de los autónomos. Esa noche no pegué ojo.

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Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

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