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‘Sergio’: Retrato de un diplomático brasileño

Wagner Moura protagoniza junto con Ana de Armas la biografía del negociador de la ONU asesinado en Irak Sergio Vieira de Mello

Ana de Armas y Wagner Moura en 'Sergio'. En vídeo, tráiler de la película. Vídeo: NETFLIX

Al actor brasileño Wagner Moura siempre le ha “fascinado mucho, desde que era niño” la historia de las Naciones Unidas. Esta fue una de las razones que lo llevaron a producir y protagonizar Sergio, una película biográfica sobre Sergio Vieira de Mello, el diplomático brasileño que durante décadas trabajó en la ONU resolviendo conflictos hasta que murió en un ataque en Irak en 2003, cuando era el Alto Comisionado para los Derechos Humanos. La película se estrenó el pasado viernes en Netflix.

Como la mayoría de los brasileños, Moura descubrió la historia de Vieira de Mello después de que la noticia del atentado que acabó con su vida sacudiera al mundo. “Me llamó la atención saber que había un tipo como él, un brasileño, allí. Descubrí que tenía valores con los que me identifico mucho. Fue un hombre que dedicó su vida a los derechos humanos, aunque los viera de una manera más pragmática y menos idealista”, comenta el actor en una entrevista telefónica.

La película de Netflix está dirigida por Greg Barker, un reconocido documentalista, que lleva más de una década retratando las intrahistorias de los conflictos mundiales contemporáneos. Ya había realizado un documental sobre el brasileño, en 2009. Tras verlo y descubrir que Barker tenía los derechos de la biografía de Vieira de Mello, Moura fue tras el cineasta. “Quiero producir películas sobre personajes latinos que no representen estereotipos. Pensé que la historia de Sergio era un buen primer paso”, dice. Y así fue cómo, después de interpretar a Pablo Escobar, uno de los mayores narcotraficantes del mundo, en Narcos y de ponerse tras de las cámaras en la aún no estrenada Marighella, Wagner se convirtió en un héroe de la ONU.

Sergio Vieira de Mello pulió su tino político y conciencia social en la Sorbona en el París de finales de los sesenta, cuando participó en la revueltas estudiantiles de 1968 contra Charles de Gaulle. La experiencia fue la base de su trabajo en la ONU, donde intermedió crisis en Bangladesh, Sudán y Chipre, trabajando con refugiados y en campos de guerra. Luego dirigió la misión en Timor Oriental, donde las tropas rebeldes luchaban para independizarse de Indonesia.

La película de Moura se centra precisamente en esta última misión antes de la de Irak, con una narración no lineal que comienza con el ataque de 2003 y reconstruye algunos de los pasajes más importantes de la vida personal y profesional del diplomático. “La misión en Irak, el bombardeo, son cosas que no pueden faltar. Es difícil hacer una película como esta sin contar la tragedia de que Sergio estuvo bajo esos escombros durante tres horas”, explica Moura.

También se cuenta el romance del diplomático con la economista argentina Carolina Larriera (interpretada por Ana de Armas), una relación que marcó los últimos años de su vida. Moura asegura que entró en contacto tanto con Larriera como con la exesposa y los hijos de Vieira de Mello para invitarlos a colaborar. “Pero hay una disputa narrativa evidente entre las dos partes. Y yo no estoy de parte de nadie. No tengo que elegir de qué lado estoy. Así que busqué otras fuentes de información sobre él, desde reportajes hasta tesis académicas”, explica. “Siempre prefiero hacer eso cuando interpreto a un personaje que ha existido, porque es una gran responsabilidad contar la vida de alguien real”, dice el actor y productor.

Moura prefiere crear su propia versión del personaje. “Lo que está en la pantalla es una mezcla de lo que aprendí sobre él y de cómo lo veo”. Lo mismo se podría decir de muchos de sus demás papeles, casi todos personajes históricos. Él asegura que no es algo buscado. “Al contrario, prefiero no tener esa responsabilidad con las personas, prefiero crear mis personajes libremente”, explica.

Tampoco dice si dejará de hacer biografías solo por el hecho de haber actuado en varias. “Creo que las vidas de personas interesantes, que dejaron una marca, pueden iluminar mucho de lo que hacemos. En el caso de Sergio, en medio de esta crisis del coronavirus, ante la fragilidad de los líderes mundiales, se nota que faltan líderes como él... Creo que su ejemplo puede iluminarnos en este momento”, concluye.

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