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Carruseles sin goles que cantar

La interrupción de las competiciones deportivas ha obligado a cambiar las rutinas de los programas radiofónicos

Dani Garrido, presentador de Carrusel Deportivo, en los estudios de la Cadena SER.
Dani Garrido, presentador de Carrusel Deportivo, en los estudios de la Cadena SER.KIKE PARA
Rosario G. Gómez

La ausencia de competiciones deportivas ha puesto a prueba la capacidad de las grandes cadenas radiofónicas para adaptarse a un entorno insólito e inhóspito. Los maratonianos carruseles del fin de semana se han quedado sin su principal materia prima: el fútbol. Las Ligas nacionales, la Champions, la Eurocopa, los grandes premios de fórmula 1 y de motociclismo, la NBA o los Juegos Olímpicos están en suspenso. Algunos programas deportivos han acortado drásticamente su horario de emisión para amoldarse al parón provocado por la crisis del coronavirus y otros han fomentado el entretenimiento y la participación de los oyentes para hacer más llevadero el confinamiento.

La paralización del deporte ha cambiado los sonidos radiofónicos. No hay goles que desgarren las voces de los locutores, ni polémicas sobre los dictámenes derivados del VAR, ni elucubraciones sobre el estado anímico de Messi o las recurrentes lesiones de Bale.

Para Dani Garrido, director del programa de la SER Carrusel deportivo, la radio ha recuperado una de sus funciones esenciales: entretener. “Ese es el chip que todos los miembros del equipo tenemos en la cabeza. Que la radio sea una vía de escape, que desprenda buen rollo, que divierta y deje en un segundo plano la crisis sanitaria: desconectar del problema y conectar con la audiencia. Pretendemos que sea un Carrusel de voces en lugar de un Carrusel de goles”.

Abrir los micrófonos a los oyentes es la receta que aplica Garrido. “La gente tiene muchas ganas de hablar. Estamos desbordados por las llamadas”. No solo se debate de fútbol. El programa se apoya en las aficiones de los periodistas y los colaboradores habituales para abrir el abanico al cine, las series, la música o la gastronomía. Todo cabe en esta especie de Carrusel en tiempos de crisis para subir la moral de los oyentes. Sobre todo, las historias positivas y el humor surrealista de Especialistas Secundarios.

Espacio reducido

En RNE, el espacio de fin de semana Tablero deportivo, que habitualmente roza las ocho horas de duración, se ha reducido a 30 minutos (de 20.30 a 21.00), un patrón que la radio pública sigue siempre que no hay Liga en Primera División. “Mantenemos ese tiempo de información estricta, con reportajes, entrevistas atemporales y noticias sobre todo lo que se mueve en el mundo del deporte a la espera de que se puedan reanudar las competiciones”, comenta el director de informativos de RNE, Raúl Heitzmann. El espacio de Tablero deportivo lo ocupan ahora contenidos culturales, siempre en función de las comparecencias relacionadas con la crisis sanitaria. Radiogaceta, de lunes a viernes, ha sido sustituido por otro formato dedicado a los mitos del deporte.

En la SER, el bloque deportivo posterior al informativo Hora 14 se ha integrado en La Ventana, que ahora abre una hora antes, mientas que El larguero mantiene su horario habitual con el foco puesto en las noticias deportivas que caen con cuentagotas. “El mundo se ha parado y el deporte también”, constata Manu Carreño, que da prioridad a las historias humanas y sitúa en un segundo plano las discusiones sobre el calendario de la Liga o el parón de las competiciones. “Lo importante es que cuando se abran de nuevo los campos sea en condiciones seguras para todos”, apunta el director de El larguero, confinado, como todo su equipo, en su casa.

Los responsables de los maratones deportivos del fin de semana hacen malabarismos para imprimir la habitual tensión informativa que caracteriza a estos formatos. En unos casos narran el torneo de videojuegos FIFA 2020 como si de un Clásico se tratara, en otros plantean derbis de cocineros aficionados a los dos clubes llamados a disputar la final de la Copa del Rey: Athletic de Bilbao y Real Sociedad, avalados por dos chefs de élite: Eneko Atxa y Martín Berasategui. En un afán de defender sus colores, Berasategui confesó en Carrusel deportivo: “Cuando me corto en la cocina me sale sangre azul y blanca”.

A falta de la emoción de los partidos de máxima rivalidad, las radios retransmiten los aplausos que a las ocho de la tarde los ciudadanos dedican al personal sanitario que pelea contra la pandemia. Los locutores de Tiempo de juego, en la Cope dan cuenta de la intensidad de las palmadas en Sevilla, Valencia o San Sebastián. Hablan de “juego de linternas del móvil”, del “ambiente” que reina en sus respectivas localidades, de “la ilusión y el ánimo” que trasluce la población desde ventanas y balcones, transformados en sonoros graderíos.

Experiencias compartidas por deportistas

Tampoco son los deportistas ajenos a la crisis sanitaria global del coronavirus. Abundan los jugadores contagiados y algunos han encontrado en las ondas radiofónicas un vehículo para narrar su experiencia, con duros testimonios, como el del baloncestista Alfonso Reyes. No faltan situaciones rocambolescas, como la de ese grupo de escaladores (extranjeros) que, en pleno confinamiento, fueron detenidos por la Guardia Civil mientras practicaban la escalada en un paraje de Olba, en la provincia de Teruel. Y para poner una nota de humor y guasa siempre estará Joaquín, centrocampista del Betis.

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