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Pedradas y disparos contra los autobuses de Google y Apple

Las empresas cambian la ruta que lleva a los empleados para evitar más ataques

Protesta en diciembre de 2013 contra los autobuses de Google en San Francisco.
Protesta en diciembre de 2013 contra los autobuses de Google en San Francisco.Kurtis Alexander (AP)

Todo el mundo quiere vivir en San Francisco, a pesar de lo sucio de sus calles. En los últimos 15 años Silicon Valley ha dejado de formar parte del núcleo que conforman San José y Santa Clara, con Palo Alto como centro chic junto a Stanford, para aproximarse a San Francisco. La ciudad tiene una vida propia que difícilmente se encuentra en el valle.

La saturación hace que casi todos los días se tarde una hora y media en ir al trabajo y otro tanto o más en volver. La autovía 101 vive en un atasco continuo. Las grandes empresas de la zona, como Google, Facebook, Apple, Genentech, Electronic Arts o Yahoo cuentan con diferentes rutas de autobuses para evitar la pérdida de tiempo al volante. Los asientos son cómodos, tienen wifi y se puede ir adelantando tarea.

En 2013, especialmente en el barrio de Mission, tradicionalmente latino y ahora víctima de la gentrificación extrema, comenzaron las acciones. En su momento fue una Google Piñata, una performance que convertía los autobuses del buscador en piñatas que eran linchadas públicamente. Teóricamente cómico, hasta que lo ve alguien de los que sube en el vehículo real. Los primeros movimientos de las empresas fueron quitar signos de la compañía en los buses. Son fácilmente identificables.

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El siguiente escollo llegó por parte del Ayuntamiento, que cedió a la presión popular e impuso una tasa a las tech por el uso de las paradas de autobús como puntos de encuentro y recogida de empleados. Lo siguen pagando, pero ya no paran en esos puntos. Los atascos que formaban en el servicio municipal y la exposición a nuevos ataques les hizo cambiar de opinión.

La semana pasada subió la tensión. Seis autobuses fueron atacados en plena autovía, pero no en la 101, sino la 280, la vía alternativa que va por la orilla del Pacífico. Tiraron piedras que consiguieron romper los cristales de cuatro vehículos con empleados de Apple y dos de Google. El viernes otro más de Apple recibió pedradas.

Art Montiel, el responsable de la patrulla de la autovía en la zona, algo parecido a la labor de la Guardia Civil en cuestiones de tráfico, mantiene la tesis de que son ataques organizados en los que además de las piedras hay disparos con escopetas de perdigones. “Parece que van a por los buses de tecnología. A los de Greyhound no los atacan”, dijo a la prensa local. Greyhound es la compañía de transporte por carretera más popular de Estados Unidos, el equivalente a la Sepulvedana o AutoRes en España.

Ante esta situación han decidido cambiar las rutas, lo que según los mensajes enviados a los empleados, podría hacer que se traduzca en 30 o 45 minutos más en la carretera en cada viaje. La duda que queda es si este tiempo adicional conseguirá que los empleados tomen de nuevo el coche particular y la situación que inicialmente se pretendía aliviar, termine por ser aún peor.

El juego del gato y el ratón en versión autobuses y lucha social contra las corporaciones más avanzadas del mundo.

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