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“Con ‘Operación Triunfo’ resucité sin la necesidad de haber muerto”

Justo cuando vislumbraba su despedida, la adaptación musical de ‘Los puentes de Madison’ devuelve a Nina a los escenarios.

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Mercè Grané

Cuando recibió la llamada, Nina (Barcelona, 56 años) había dejado de esperar a que sonara el teléfono. O en su caso, al menos, el dispositivo se encontraba ya en un deliberado modo avión tanto por una trayectoria colmada de éxitos como por sus propias inquietudes lejos del arte, que agrupan la docencia, la investigación clínica y un podcast. “No podía creer que la vida me estuviera regalando esto porque ya tenía en mente retirarme”, ratifica tras un ensayo de Los puentes de Madison, El musical (Teatro EDP Gran Vía), adaptación de la mítica novela y el no menos inolvidable filme que la catalana tratará de volver a convertir en inmortal este otoño.

El estreno del musical le obliga a dejar su vida en Barcelona y mudarse a Madrid. ¿No le asusta la soledad?

Soy muy solitaria, no echo de menos a nadie. Cuanto más mayor me hago más se acentúa, quizá porque en este trabajo siempre estamos rodeados de gente. Disfruto del silencio, reconozco que soy un bicho raro. Es más, necesito estar sola.

A los 56 años, ¿daba su carrera ya por amortizada?

Siento desde hace años que tengo que empezar a despedirme. He procurado tomar todas las decisiones en mi vida y esta también la tomaré. Decir adiós no es fácil, así que cuanto antes te lo plantees, mejor. No es un drama, es la vida.

Su personaje se enamora perdidamente en menos de cuatro días. ¿Es posible hacerlo en menos tiempo?

Sí, sí. Cuando conoces a una persona y te das cuenta de que es especial, que te mira de una forma distinta, sientes algo dentro de ti que puede cuajar en un solo día, en dos o en tres… Te lo aseguro yo.

¿También se ha arrepentido de no tomar una decisión vital?

No, pero he vivido lo mismo que Francesca: estar en una relación que sabes que se está terminando y que de repente aparezca una persona que enciende todo y te enamores en un pispás.

En dos ocasiones pasó de una fama abrumadora al olvido, con Un, dos, tres y Operación Triunfo. ¿Cómo sobrevivió a dos realidades tan extremas?

Cuando me pasó con 21 años fue más duro porque nadie está preparado para ese nivel de exposición. Recuerdo una frase de Chicho [Ibáñez Serrador] que me ayudó: “La tele es muy rápida en subir y es aún más rápida en bajar”. En el 2000, cuando aparece OT, resucité sin la necesidad de haber muerto.

Más de 20 años después de OT los formatos televisivos de talentos siguen triunfando. ¿Hay país para tanto cantante?

No hay país ni industria para tanto artista. También hay muchos deportistas y no todos llegan a la élite, pero el deporte es más objetivable. Aquí dependes de variables como que un productor se fi je en ti, tus seguidores en redes sociales… Lo tienen más difícil.

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