Joplin Atelier, la firma catalana que viste a ministras o cantantes nació en plena Ruta 66
Los tejidos de aspecto suntuoso, los volúmenes escultóricos y una paleta cromática con poco espacio para lo neutro definen buena parte de los diseños de esta marca de moda lenta con presencia en el armario de mujeres tan dispares como Irene Montero, Russian Red o Lola Lolita
Lo que iban a ser unas vacaciones de hermanas descubriendo la Ruta 66 se convirtió en un viaje iniciático que ayudaría a materializar el proyecto soñado de Laura y Aida Molano: una firma de moda en común. En 2016 se empezó a fraguar Joplin Atelier, una marca conectada desde sus inicios con ese imaginario polvoriento, único y algo anacrónico que encierra la famosa carretera que atraviesa Estados Unidos desde Chicago hasta Los Ángeles. “Fue un viaje muy divertido, de buscarnos mucho la vida y además nos sirvió para tirar del hilo y darle forma a la marca a nivel conceptual”, explica en conversación telefónica Aida Molano. Desde entonces, mujeres tan dispares como la exministra de Igualdad Irene Montero, la futbolista Alexia Putellas, la tiktoker Lola Lolita o la cantante Eva Amaral han llevado sus creaciones, todas ellas realizadas en Barcelona. “Desde la selección de tejidos, el diseño, el patronaje, el corte y confección hasta el prototipo inicial, todo eso se hace en nuestro taller en Vilafranca del Penedès, que es de donde somos nosotras”, cuenta Molano al respecto.
Pero comencemos por el principio: el nombre de la firma. Joplin Atelier es un homenaje directo a uno de los municipios que visitaron en aquel viaje de carretera: “Joplin fue uno de los primeros pueblos en los que hicimos parada, está en el estado de Misuri, lo comparamos mucho con esto de montar una marca porque es un viaje de parar cuando tienes que parar, de acelerar si quieres llegar a un sitio...”. Si bien su experiencia en la Ruta 66 les dio el empujón que faltaba, la idea de crear una firma de moda era algo anterior: “Desde pequeñas lo teníamos en la cabeza”. La vida les llevó por otros caminos, pero dentro de la industria. Laura lleva casi 20 años vinculada a un grupo textil y Aida trabaja desde hace 15 para la reputada empresa catalana de fabricación de tejidos Gratacós. Ambas compaginan sus trabajos con Joplin Atelier, aunque con el crecimiento de la marca también se multiplican los desafíos.
La estética western funciona como hilo conductor de sus colecciones —bautizadas con el nombre de Route— y como narrativa del proyecto, pero los códigos estéticos de la marca van mucho más allá y cuando abrazan esta inspiración del Far West americano lo hacen sin caer en obviedades. “Las prendas en sí no tienen tanto del Oeste, puede haber guiños como un canesú con flecos pero las prendas en sí no llevan tanto esta estética”, explica Molano. Sus propuestas son muy visuales —“aquí en España nos lo compran mucho invitadas”—, no solo por los colores empleados, sino por lo llamativo de los tejidos. “Si no tuviéramos la selección de tejidos que tenemos, a la marca le faltaría una pata importantísima”, reconoce esta amante del textil, un campo en el que lleva años de carrera profesional. “Los tejidos ya tienen mucho diseño, color e innovación y la prenda de por sí también lo tiene, además son tejidos de alta gama todos los que utilizamos”. El proveedor habitual, como no podía ser de otra forma, es Gratacós, aunque de vez en cuando obtienen material “de otros proveedores porque como yonquis del tejido, allí donde vamos nos gusta buscar cosas nuevas”.
Entre sus telas predilectas no faltan el jacquard o la hilatura de lamé, dos opciones que confieren a sus diseños ese aire colorista y brillante, donde el juego de volúmenes añade personalidad a unas prendas alejadas de cualquier aspecto previsible. El traje realizado en jacquard con lamé a cuadros en tonos morados y verdes, lucido por Irene Montero durante un acto del 8 de marzo de 2023 o por la futbolista Alexia Putellas en una visita a El Hormiguero refleja a la perfección ese espíritu desenfadado de una marca capaz de conquistar a mujeres con formas de vestir que, a priori, están en las antípodas la una de la otra.
.@alexiaputellas nos cuenta los cambios en las primas de la selección femenina y masculina de fútbol #AlexiaEH pic.twitter.com/UVKy9WJQJ8
— El Hormiguero (@El_Hormiguero) June 16, 2022
Junto al universo western que ha inspirado creativamente a estas dos hermanas, el mundo de la música también deja su impronta en Joplin Atelier. Aida reconoce que no sabría decir “el dinero gastado en esta vida en conciertos y festivales” y subraya el vínculo estrecho que, bajo su visión, existe entre la música y la moda: “Mi hermana y yo llevamos muy dentro el mundo de la música, nos encanta ir de festivales, es muy importante para nosotras, lo pasamos muy bien y lo utilizamos también para probar nuestras propias prendas porque moda y música para nosotras ha sido toda la vida algo que nos ha nutrido mucho”. No es de extrañar, por tanto, que tuvieran en el punto de mira a la cantante Eva Amaral, a quien contactaron para proponerle crear el vestuario de su gira. “Lo teníamos en la cabeza desde hace mucho, al cabo de más tiempo ya teníamos pensado un vestido para ella, la contactamos y al final surgió de manera muy natural. Ella es una chica majísima. (...) Hablamos con su estilista y luego con ella, le hicimos un primer vestido, después otro para cuando vino a Barcelona y un look rojo de varillas bordadas que lo está llevando durante este año y esperemos hacer algo más”, detallan.
Lourdes Hernández, más conocida como Russian Red, también confió en Joplin Atelier para su actuación en el último festival Mad Cool de Madrid, donde apareció en el escenario con un top y una minifalda de tul con cristales de efecto espejo bordados. El rutilante conjunto, bautizado como Mirror Set, ya lo había lucido la tiktoker Lola Lolita en marzo de 2023, confirmando una vez más la capacidad de la firma para adentrarse en todo tipo de armarios. Ese público heterogéneo de Joplin Atelier cuenta sin embargo con un denominador común y es su apego a la moda lenta. La marca apuesta por un modelo de negocio bajo pedido, es decir no acumula stock y casi todos sus diseños se realizan previa compra. Una forma de consumir moda que “a la gente le empieza a sonar y a no parecer tan raro”. Con todo, Molano reconoce ciertas dificultades porque “al final, las personas necesitan, sobre todo con estas prendas que tienen un precio importante, tocar, se lo quieren probar...”.
Eso sí, a lo largo de los años al frente de la marca, las dos hermanas han comprobado cómo “la gente le ha perdido un poco el miedo. Dicen ‘mira pues me voy a encargar esta falda y confío en ellas’ y lo que sí te puedo decir es que quien compra, repite”. Después de ocho años de existencia, la firma afronta una nueva etapa con la vista puesta en los puntos de venta multimarca. En la actualidad, sus diseños están disponibles en puntos como Vasquiat en Barcelona o WOW Concept en Madrid, pero la idea es ampliar poco a poco las colecciones y ofrecer una mayor red de puntos de venta físicos. “La multimarca no deja de ser bajo pedido también. Tú presentas tu muestrario con sus variantes de color y a partir de ahí ellos te realizan un pedido. Más o menos es lo mismo: un particular te encarga un vestido y una multimarca te puede encargar 20 o 30″. El reto es grande, solo lo superan las ganas de hacer crecer el proyecto: “Hasta ahora, habíamos hecho una colección al año, con unas 15 prendas. Cada vez vamos creciendo más, la colección acostumbra a tener prendas combinables con colecciones pasadas, queremos que tengan vida durante un tiempo importante y que no mueran cada seis meses”. Entre sus planes, sacar dos colecciones o Routes al año, en lugar de una, con el objetivo de “poder entrar también en canales multimarca”. Y otro sueño en el horizonte, regresar a Joplin, el pueblo donde comenzó todo y que no han vuelto a pisar en todos estos años: “Fue justo hace 10 años cuando fuimos (…) tenemos muchas ganas de volver, con prendas e incluso aprovechar el viaje para fotografiar”.
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