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Así es como Barcelona se ha convertido en el epicentro del diseño nupcial

Con más de 20.000 visitantes internacionales cada edición, la Barcelona Bridal Fashion Week es la gran cita mundial del negocio de las novias.

Una modelo en el desfile de The Atelier durante Barcelona Bridal Fashion Week 2024
Una modelo en el desfile de The Atelier durante Barcelona Bridal Fashion Week 2024.Estrop (Getty Images)

Para The Wedding Report, una plataforma que analiza datos de bodas para comercializar las estadísticas al muy lucrativo mercado que rodea estos eventos, en 2022 se casaron más de dos millones y medio de personas en el mundo. La cifra era tan alta, la más alta desde 1984, que hasta The New York Times se hizo eco de la noticia. Solo en España, tal y como informa el Instituto Nacional de Estadística, ese mismo año se produjeron 179.107 enlaces. Aquí, donde a diferencia de otros países, las bodas son a veces el gran acontecimiento biográfico de muchas personas, casarse cuesta una media de 21.056 euros sin contar la luna de miel, tal y como afirma el reciente estudio de Bodas.net, en colaboración con Google y Esade.

Detalle del desfile de Elie saab en 2023
Detalle del desfile de Elie saab en 2023Eleonore Tornev

La idiosincrasia española en torno a las bodas es tal que buena parte de la población, sobre todo la femenina, cree que este es uno de los pocos momentos legítimos para invertir dinero en ropa, es decir, en un vestido o un accesorio de invitada que, en ocasiones, se llevará una sola vez. Pero va más allá: España es uno de los máximos exportadores de trajes de novia del mundo, solo por debajo de China. Pronovias, su principal exponente, rozó los 160 millones de euros de facturación en 2022, de los cuales el 70,70% se vendió en Europa, un 24,19% en América, un 3,38% en Asia y un 1,73% en África y Oceanía. Por su parte, The Knot Worldwide, la mayor base de datos del mundo en lo que respecta al mercado nupcial, decidió el pasado otoño abrir una sede en Barcelona, que ya cuenta con más de 500 empleados.

Un diseño de Isabel Sanchís presentado en la edición de 2023
Un diseño de Isabel Sanchís presentado en la edición de 2023Eleonore Tornev

Puede que España no sea un referente en la moda global, pero sí lo es en la nupcial. Tanto es así que la Barcelona Bridal Fashion Week (BBFW) se ha convertido desde la pandemia en la gran cita obligada del sector, algo así como los desfiles de París en lo referente a trajes de nupciales. En su edición del año pasado recibieron a más de 21.000 profesionales, el 70% de los cuales eran internacionales, y a más de 350 firmas, unas cifras que ya igualan Barcelona con Nueva York, cuya semana de la moda nupcial ha sido tradicionalmente el referente mundial. Este año, el 80% de las firmas invitadas a participar en la edición serán extranjeras: “Se trata de establecer un equilibrio entre las marcas que exponen sus creaciones y los compradores de tiendas multimarca de distintas partes del mundo. Hay que encontrar tanto a los creativos como a los clientes adecuados”, comenta Albasari Caro, directora del evento. Tras una larga experiencia como directora de expansión internacional en distintas firmas nacionales e internacionales, Caro comenzó a encargarse de la BBFW justo después de la pandemia. Entre otras tareas, viaja por el mundo para investigar nuevas firmas y clientes. “Lo más gratificante es que en realidad muchas veces lo que encuentras son historias de vida. Generaciones que se han dedicado a esto como modo de vida o proyectos que a través de la artesanía que suele conllevar este negocio se lanzan para apoyar a distintas comunidades”, explica.

Albasari Caro, directora de la Barcelona Bridal Fashion Week
Albasari Caro, directora de la Barcelona Bridal Fashion WeekManuel Lastiri

El reclamo de la Bridal Fashion Week son sus desfiles. Cada año inaugura el evento un nombre famoso. Viktor&Rolf, Elie Saab y, en esta edición, Giambattista Valli, muestran sus creaciones nupciales en la capital catalana atrayendo así a editores y compradores de todas las partes del mundo. Se trata de marcas cuya facturación viene, en buena parte, de vestir a novias, pero tradicionalmente desfilan en la alta costura parisina, la semana de la moda más exclusiva y tradicional del mundo. Otros nombres internacionales y exclusivos, como Zuhair Murad o Stéphane Rolland también están presentes con sus creaciones en el trade show, la feria comercial que complementa las pasarelas y donde reside realmente el negocio de la propuesta.

Caro selecciona personalmente las más de 300 marcas participantes. “Siempre ha habido países fuertes en este mercado, como Líbano; pero ahora mismo hay un boom de moda nupcial en países como Corea del Sur y Australia; muchas marcas de autor con propuestas distintas”, cuenta la directora. La idea, en definitiva, es trazar una especie de radiografía global del sector a través de marcas grandes y pequeñas, “y que todas las tendencias y/o culturas tengan presencia. Porque sigue habiendo mucha clientela que demanda el vestido voluminoso o preciosista lleno de detalles y matices, pero cada vez hay más compradores que buscan algo más sencillo y similar a la ropa del día a día, aunque más especial, para poder usarlo después del evento”, asegura. En cualquier caso, la estrategia es muy eficaz: los pedidos que un comprador de prêt-á-porter puede hacer a una marca de moda, además de ser mucho mayores, tienen un margen de beneficio bastante menor, es decir, sea más cara o más barata, una firma nupcial se puede mantener sin inversiones externas gracias a las tiendas multimarca internacionales e incluso al hecho a medida de particulares. Eso es lo que ha sabido capitalizar Barcelona, convirtiéndose en el escaparate y en la intermediaria entre el diseño y la venta globales de un mercado que no para de crecer.


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