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Jennifer Lopez defiende por qué lleva el apellido de Ben Affleck: «Si él se hubiera puesto el mío no sería tradicional ni romántico»

La edición estadounidense de ‘Vogue’ dedica su nuevo número a la cantante y actriz del Bronx, que explica por qué ha decidido adoptar el apellido de su marido, repasa su vida y avanza sus proyectos de futuro. «Siempre me sentí como una extraña en el mundo de la moda, en el mundo de la música, en el mundo del cine», asegura.

Jennifer Lopez y Ben Affleck, en el desfile de Ralph Lauren celebrado en San Marino, California, el pasado 13 de octubre.
Jennifer Lopez y Ben Affleck, en el desfile de Ralph Lauren celebrado en San Marino, California, el pasado 13 de octubre.Getty Images

Jennifer Lopez es la protagonista del número de diciembre de la edición estadounidense de Vogue. Enfundada en un vaporoso vestido rojo de Valentino y fotografiada por Annie Leibovitz, la cantante y actriz del Bronx posa en una portada que lleva por título «Love is in the air. The new life of Jennifer Lopez» («El amor está en el aire. La nueva vida de Jennifer Lopez»). En la entrevista de Rob Haskell que acompaña al reportaje fotográfico la artista repasa su trayectoria, habla de sus proyectos de futuro (prepara un nuevo disco que será, asegura, su «culminación como persona y como artista») y reflexiona sobre su vida privada y sus opiniones políticas. Y también explica por qué tras casarse el pasado 16 de julio con el actor Ben Affleck decidió adoptar el apellido de su marido.

Esta decisión fue muy comentada, The New York Times llegó a publicar un artículo de opinión sobre el significado que tenía este gesto. «En este momento tenso para el feminismo en Estados Unidos, que una mujer como la anteriormente conocida como Jennifer Lopez decida cambiar su apellido resulta especialmente desalentador», escribía la novelista Jennifer Weiner. «La gente me va a seguir llamando Jennifer Lopez. Pero mi nombre legal será señora Affleck porque estamos unidos. Somos marido y mujer. Estoy orgullosa de ello. No creo que sea un problema», ha explicado ahora la artista a Vogue. Ante la pregunta de «¿Quieres decir que no hay una parte de ti a la que le gustaría que Ben sea el señor Lopez?» responde con una risa y exclama: «¡No! No sería tradicional ni romántico. Sería más como un movimiento de poder. Yo controlo mi propia vida y mi destino y me siento empoderada como mujer y como persona. Puedo entender que algunas personas tengan sus sentimientos al respecto, y me parece bien, también. Pero si quieres saber lo que me parece a mí, simplemente creo que es algo romántico. Todavía me transmite tradición y romance, y quizá soy ese tipo de chica».

Más allá de romanticismos, la decisión de Jennifer Lopez, una empresaria hecha a sí misma con una fortuna que según indicaba Forbes en 2020 asciende a 150 millones de dólares, ha reabierto el debate sobre si es antifeminista elegir adoptar el apellido de un marido después de una boda. En este caso, además, ella es la figura con una marca propia más rentable dentro de la pareja: el mismo medio especializado calcula que la fortuna de Affleck en el mismo año ascendía a 55 millones de dólares. En ese contexto, la pregunta de por qué Affleck no es «el señor Lopez» cobra fuerza. Según constataba la cadena británica BBC en este artículo de 2020, «en Estados Unidos la mayoría de las mujeres adoptan el apellido de sus maridos cuando se casan, alrededor de un 70% lo hace (…), y en lo referente a las mujeres británicas, lo hacen casi un 90%». Además, añadía, el 85% de las británicas de entre 18 y 30 años afirmaban seguir esta práctica.

«Resulta innegable que las raíces de esta práctica [de cambiar el apellido por el del marido después del matrimonio] se encuentran en el sometimiento patriarcal de la mujer: en el siglo XI se introdujo la práctica del ‘encubrimiento’, lo que significaba que una mujer casada ya no era un individuo, pero su identidad estaba ‘cubierta’ por su marido, que controlaba su vida y su situación legal», explicaba Amy Jones en un artículo publicado en 2021 en la edición británica de Glamour, en el que analizaba en primera persona por qué su marido había adoptado el apellido de ella. «Todo el mundo, desde nuestras familias a nuestros compañeros de trabajo, nos decían lo que pensaban (…) Y unos pocos manifestaron lo que sospecho que muchos realmente pensaban: ‘Entonces, ¿sois un par de feministas furiosos?», añadía.

Estas preguntas no son nuevas, como reflejaban las graduadas de Harvard Claudia Golding y Maria Shim en un paper publicado en el Journal of Economic Perspectives y titulado Making a Name: Women’s Surnames at Marriage and Beyond (Construyendo un nombre: los apellidos de las mujeres en el matrimonio y más allá). En su investigación, analizaban cómo el feminismo había tratado de acabar con esta tradición. «A lo largo de la historia de los Estados Unidos pocas mujeres se han desviado de la costumbre de adoptar el apellido de su esposo. El caso más antiguo conocido es el de Lucy Stone, incansable cruzada contra la esclavitud y el sufragio femenino, que se casó en 1855. En la década de 1920, destacadas feministas formaron la Lucy Stone League para ayudar a las mujeres casadas a preservar su propia identidad a través de sus propios apellidos», recordaban. 

Lopez y Affleck retomaron la relación que habían tenido hace casi dos décadas durante los inicios de la pandemia. Habían pasado 17 años desde su ruptura cuando un día el actor la llamó para ver cómo le iba y Bennifer (apodo de la pareja formado con los nombres de ambos) volvió a ser noticia. En junio de 2021 el tabloide Page Six publicó en exclusiva las fotos de un beso entre ambos en Malibú y a partir de entonces su relación comenzó a afianzarse hasta acabar en boda. En la entrevista Lopez habla sobre las diferencias entre sus primeros años con Affleck y su situación actual y también reflexiona sobre cómo ha ido conociéndose a sí misma. «Antes no entendía lo que era cuidarme a mí misma, no anteponer los sentimientos y necesidades de otros a cuidarme yo», señala, «¿por qué nunca soy feliz? Me sentí así de verdad durante mucho tiempo».

Pese a su poder en la industria musical y su estatus de icono de moda (el vestido verde de Versace que lució en el año 2000 conllevó la creación de Google Images), en la entrevista la del Bronx asegura que se ha sentido insegura durante gran parte de su carrera. «Siempre me sentí como una extraña en el mundo de la moda, en el mundo de la música, en el mundo del cine (…) Siento que todo el mundo se conoce y que todos los artistas hablan, y vas a la gala del Met y todas las chicas se divierten juntas y yo no formo parte de ese grupo. Quizá se trate de inseguridad. No es que sea antisocial o que no quiera hacer amigos. Siempre he sido un tipo de persona solitaria que se mueve a su propio ritmo». Reconoce que siempre «había buscado la idea de la validación delante de los demás» porque «quería ser parte del club», pero que ya no se siente así: «Persigo algo mayor. Transformar la vida de las personas y ser transformada».

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