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Así saltan las ‘fake news’ de los titulares a convertise en tendencia de moda

Mientras Vetements alimenta la polémica en sus batallas con la prensa, las firmas se inspiran en las tensiones informativas para sus colecciones.

De izquierda a derecha: Alexander Wang en colaboración con 'Page Six' (sección de cotilleos del 'New York Post'), vaqueros de Topshop y camiseta de Sacai (otoño 2018).
De izquierda a derecha: Alexander Wang en colaboración con 'Page Six' (sección de cotilleos del 'New York Post'), vaqueros de Topshop y camiseta de Sacai (otoño 2018).Alexander Wang/ Topshop/ Getty

Las fake news, en referencia a la información tergiversada, o directamente falsa, filtrada o divulgada deliberadamente a través de ciertos canales y plataformas, han llegado a la moda. Y no precisamente –al menos, no del todo– a propósito de polémicas como la creada hace unos días por un artículo publicado en el portal Highsnobiety cuestionando el éxito comercial de la marca del momento, Vetements, noticia que se hizo viral y a la que respondieron de vuelta varios medios además de representantes de la firma en su cuenta de Instagram (“Vetements no apoya el periodismo ‘quiero y no puedo’ basado en rumores y mentiras…” empezaba el texto colgado por Demna Gvasalia). Las fake news, más allá de las polémicas, llegan en forma de tendencia y como guiño al ansia que ha existido siempre y en todos los ámbitos de poder por el control de la información sumado, además, al reciente fenómeno de la especulación y el oportunismo en nombre del clic fácil e inmediato.

Una de las principales expresiones de esta tendencia es la simbólica vuelta del estampado de periódico, un clásico popularizado en su momento por Paul Poiret, Elsa Schiaparelli, Franco Moschino o John Galliano. De Schiaparelli sabemos que solía utilizar columnas de moda que hablaran de su trabajo a modo de collage. Por su parte, Galliano hizo en su momento lo propio con recortes de las críticas publicadas por el International Herald Tribune sobre sus colecciones para Dior. “Una ingeniosa manera de modelar su imagen a su antojo”, afirmaba recientemente sobre el tema la profesora de la Escuela de Diseño Parsons, Beth Dincuff. “En el caso concreto de Galliano difundir un mensaje determinado a través de un estampado resultaba mucho más efectivo que hacerlo a través de una nota de prensa”. Hoy en día no hay mejor máquina de propaganda, manipulada o no, que la ropa. Helmut Lang, Gabriela Hearst, Balmain, o justamente Demna Gvasalia para Balenciaga además de Alexander Wang en una inédita colaboración con la sección de cotilleos del New York Post, Page Six, son solo algunos de los diseñadores y firmas que apuestan esta temporada por el estampado noticiado.

Sacai, por su parte, toma prestado un lema creado por The New York Times como reclamo publicitario, para para decorar las camisetas y sudaderas de su colección masculina de otoño-invierno 2018: “La verdad es ahora más importante que nunca”, en clara referencia a la administración Trump y su particular cruzada en forma de carga continuada contra los medios críticos con sus políticas. Mientras, la francesa Études hace lo propio con el logo de la cabecera azote del presidente de los Estados Unidos, que presenta en forma de bufanda y otras prendas como chubasqueros.

En esa misma línea, Virgil Abloh, recientemente fichado como director creativo de la división de hombre de Louis Vuitton, convierte en revista –más concretamente Time, People y Life– los bolsos de Off-White, todo, en un cuestionable homenaje a la musa que inspira su colección de mujer de cara a esta primavera: la princesa Diana. Precisamente la misma cuya relación con la prensa sensacionalista en general y los paparazzis en particular acabó de la peor manera posible.

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