Por qué Lena Dunham se ha extirpado el útero a los 31 años
La actriz, que se ha sometido a una histerectomía, ha tomado esta decisión tras diez años padeciendo el dolor de la endometriosis. Una decisión que le impedirá quedarse embarazada.
Hay ciertas decisiones que no todo el mundo puede llegar a entender, porque dependen de un balance de pros y contras que solo esa persona conoce. Ese es el ejercicio de introspección que ha debido realizar la actriz Lena Dunham para decidir realizarse una histerectomía, es decir, extirpar su útero, a causa del dolor que durante años lleva provocándole su endometriosis. Una cirugía, que entre otras consecuencias, la privará de la posibilidad de quedarse embarazada.
Tal y como explica Nuria Pérez Esturo, ginecóloga del hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca una histerectomía “consiste en la extirpación quirúrgica de útero y / u ovarios (se llamaría entonces total con anexectomía), mediante incisión trasversal llamada laparotomía o por incisión en el ombligo si es por laparoscopia”. Si bien es una intervención más habitual para el tratamiento de un tumor o de miomas, o incluso para prevenir el cáncer de ovario en mujeres mayores de 45 años, también está indicada en aquellos casos en los que la “sintomatología de metrorragia o dolor no cede con tratamiento médico”. Tal y como aporta la ginecóloga, en España es posible que la paciente pueda decidir si realizar esta intervención en el caso de una endometriosis persistente, “previa información y firma de consentimiento, asumiendo los riesgos quirúrgicos y los riesgos a largo plazo”.
De hecho, antes de tomar la decisión, Dunham escribió una carta para sí misma, cuyas palabras ha publicado en un artículo en la edición estadounidense de Vogue: “Con un dolor como este, nunca podré ser la madre de nadie. Incluso si pudiera quedar embarazada, no hay nada que pueda ofrecer”.
Lena Dunham sabe que renuncia a la posibilidad de quedarse embarazada naturlamente pero podrá utilizar sus ovulos en un proceso de vientre de alquiler y valora enormemente la opción de la adopción: “Sé algo más, y lo sé tan intensamente como sé que quiero un bebé: algo está mal en mi útero”, ha dicho en la carta.
Tal y como relata en Vogue, LenaDunham lleva una década luchando con el dolor que le provoca su endometriosis. Esta histerectomía es el noveno procedimiento quirúrgico al que se somete debido a la misma. La decisión proviene de un empeoramiento de su situación el pasado agosto, cuando como relata “el dolor se vuelve insoportable”, y los médicos son incapaces de encontrar ninguna explicación. Antes de plantearse esta cirugía, la actriz asegura que ha probado de todo “lo intento tanto que se convierte en un segundo trabajo. Voy a terapia de suelo pélvico, terapia de masaje, terapia de dolor, acupuntura, yoga y una breve pero horrible incursión en el masaje vaginal de un extraño. Estoy decidida a superar lo que sea que me esté comiendo desde adentro”. Pero nada parece funcionar.
Sabe que realizar una histerectomía es una decisión radical, y que habrá opiniones para todos los gustos, pero también defiende “la creencia feminista de que las mujeres deberían poder elegir cómo quieren pasar sus años fértiles”.
Vivir con dolor
La endometriosis es una enfermedad que aparece en torno a los 28 o 32 años y cuyos síntomas más frecuentes son la dismenorrea intensa, es decir, dolor durante la regla, dispareunia o lo que es lo mismo, dolor durante el coito, y disquecia, dolor al defecar. La llaman la enfermedad del silencio, sin embargo, cada vez más personas hablan de ello. No es para menos, ya que afecta en torno al 10% de las mujeres.
Como aporta Nuria Pérez Esturo se trata de “una enfermedad de predominio genital, aunque puede estar alojada en otros órganos extra genitales. Existen 4 grados de afectación, siendo el grado IV el más grave, con afectación de todos los órganos ginecológicos y el tabique recto vaginal. Puede producir infertilidad (en el caso de Dunham los médicos solo le hablaron de un mayor riesgo de aborto), pero la sintomatología más característica es el dolor, resistente a tratamiento médico”.
Así, el principal hándicap al que se enfrentan estas mujeres es al hecho de vivir con dolor. Como apunta Irene Aterido, sexóloga especialista en endometriosis y dolor, hay que tener en cuenta que socialmente “no atendemos adecuadamente el dolor de las mujeres y mucho menos el dolor menstrual. El mensaje social (erróneo) a las mujeres es que el dolor de regla es consustancial a tener ciclo menstrual”. En el caso concreto de la endometriosis, “dolor y enfermedad están entrelazados, pero se podría empezar a separar una cosa de la otra de cara al tratamiento”.
Asimismo, Mª Ángeles Poveda, responsable de EsEndo, una asociación de pacientes con endometriosis, explica que el problema es que “la endometriosis afecta en mayor medida a mujeres en edad fértil. Una vez se comienza a tener el periodo, es común que aparezcan algunos de los síntomas de la enfermedad, como dolor pélvico, sangrados irregulares, mareos, vómitos, entre otros, aunque, en ocasiones, la endometriosis puede aparecer de repente”.
Una solución no siempre eficaz
Precisamente este tipo de dolor es el que parece sufrir la actriz, que insiste en que “me duele tanto que las voces humanas a mi alrededor se han convertido en una especie de tonterías sin sentido”. Así, se dan casos en los que esta sintomatología es resistente a tratamientos como los antinflamatorios, o la regulación por anticonceptivos y es entonces cuando la ginecóloga aclara que “se puede proponer la cirugía radical”.
Sin embargo, lo habitual es realizar esta intervención en mujeres mayores de 45 años o que ya hayan sido madres. Además, la intervención tiene sus efectos adversos, puesto que “al extirpar los ovarios puede aparecer sintomatología climatérica (sofocos) y a largo plazo síntomas vasculares por deprivación de estrógenos y osteoporosis”. Además, que desaparezca el dolor no está asegurado. Como apunta Pérez Esturo, “el dolor mejora, pero hay que tener presente que a veces persisten focos de endometriosis extraperitoneales y que las adherencias secundarias a la cirugía también pueden provocar dolor”.
Por su parte, Irene Aterido apunta que “la histerectomía no siempre funciona ni para parar la enfermedad, ni para reducir el dolor. La propia intervención puede generar disfunción de suelo pélvico, dolorosa y perjudicial en sí misma”.
Así, la sexóloga experta en endometriosis expone que también es posible “inducir la menopausia con tratamientos hormonales, pero el mecanismo de la enfermedad incluye trastornos de la inmunidad de las mujeres así que hay que adoptar hábitos saludables a más niveles: descanso y reducción del estrés, dieta específica, ejercicio físico. Y tratar el dolor menstrual antes de que se convierta en dolor pélvico crónico”.
Por todo ello insiste en que “hay que examinar cada caso de manera individual y no guiarse por lo que a otra persona le haya resultado”. En el caso de Lena Dunham, esta decisión ha tenido que ser consensuada con un equipo multidisciplinar de médicos antes de llevarse a cabo, pero como apunta Aterido “la cirugía es un parche, que a veces aguanta años, y otras veces no”. Así, esta elección a la edad de 31 años tiene diferentes consecuencias más allá que la privación de la maternidad, como una menopausia prematura y quirúrgica “que afectará también en la libido y en el estado de ánimo”. Así la experta concluye que “es una decisión que hay que pensar bien y sobre la que asesorarse mucho, si realmente es el único recurso”.
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