La primavera de la nostalgia y el escapismo: estas son las tendencias clave de la temporada
Del color de la temporada a una silueta inédita o cómo llevar los cuadros en verano, la pasarela ya ha dictado sentencia. Estas son las tendencias que marcarán nuestra forma de vestir esta temporada


Nostalgia, escapismo y quizás una nueva feminidad. Con un baile de sillas más concurrido de lo habitual en las direcciones creativas de las grandes firmas de moda (Louise Trotter para Bottega Veneta, Matthieu Blazy como director artístico de Chanel, Alessandro Michele en Valentino, Haider Ackermann al frente de Tom Ford, Sarah Burton para Givenchy...) y otros anuncios en stand by, esta primavera-verano 2025 podría adjetivarse como delicada y onírica. Al menos, de cara a la galería.
Asentada en una paleta de colores de apariencia frágil capaz de reflejar el deshielo o un cielo cubierto de nubes, los desfiles que han definido la temporada se envuelven de juegos de transparencias y tejidos tan etéreos como tules y organzas, que parecen frenar una caída en picado gracias a la silueta volumétrica y aireada que los medios anglosajones han bautizado como parachute (’paracaídas’, en castellano). ¿Una metáfora de los tiempos convulsos que atraviesa el orden global? Quién sabe, la moda a menudo es menos superficial de lo que aparenta.
Unida a esa paleta empolvada, la pasarela tampoco escatima en pasearse por otras épocas para encontrar su propia esencia, ya sea rebuscando en la paleta bohemia de principios del siglo XX para dar con ese vestido etéreo que el boho chic hizo suyo décadas más tarde (y regresa ahora por la puerta grande), o bien interpretar los códigos de vestimenta sobredimensionados que trajo Wall Street al armario femenino en los años ochenta. Dos caras del empoderamiento femenino a través de la ropa.
Esta temporada, será también el enésimo intento de la industria para que salgamos a la calle en ropa interior (o al menos lucir abdomen con el omnipresente top bandeau), pero también nos protegerá de las inclemencias del tiempo con la obligatoriedad de llevar una prenda waterproof cada vez que salgamos de fiesta. Palabra de Kate Moss.
1. El vestido bohemio

Boho is back. Existen muchos factores por los que esta tendencia de origen decimonónico debía triunfar sí o sí esta primavera verano. El regreso del boho chic impulsado por la diseñadora Chemena Kamali para la firma Chloé, la vuelta también a la palestra de it girls que hicieron suyo este estilo como Sienna Miller o Alexa Chung (la exdiseñadora cerró el círculo desfilando para la última colección de la maison) o aniversarios como el de la centenaria casa Fendi que revive la moda bohemia que envolvió a los años veinte y conecta con el debut de Alessandro Michele para Valentino en su colección Pavillon des Folies, son algunas muestras de esa atmósfera bohemia en pleno 2025.
Además de un gusto común por los tejidos etéreos con el tul o el encaje, los colores empolvados sacados del tocador o el juego de transparencias, un sinfín de referencias vintage se entroncan esta primavera para dar con un pieza con aroma a naftalina tan personal como delicada, en ocasiones acompañado de minuciosas labores de hilo y brocados.
2. Un básico democrático: la ‘tank top’ blanca

Quién podría imaginar que esa camiseta básica de tirantes y corte ceñido, inamovible de nuestro fondo de armario, pudiera convertirse en la prenda democrática de la temporada, capaz de poner de acuerdo a los grandes creativos de la moda contemporánea. Con escote bañador y a menudo acompañada de un ribete en los tirantes, puede dar la vuelta a un mix& match noventero en denim y cuero (Acne Studios), sublimar un estilismo con mucho brilli brilli (Prabal Gurung, Dior) o dibujar el estilo masculino más relajado (Gucci, Victoria Beckham).
3. El rosa ‘palo’ o empolvado

Desde hace varias temporadas, este color ha dejado de ser frágil, frívolo e infantil. Ahora empodera el género y transmite fortaleza con solo mirarlo. Elevado a la categoría de punk bajo la óptica de Sofia Coppola en películas como Maria Antonieta o The Beguiled, abraza su tonalidad más sutil y onírica en todo tipo de escenarios elegantes, ya sea junto a las siluetas volumétricas que imperan en la temporada (Giambattista Valli, Khaite, Alaïa), inseparable de drapeados y fruncidos (Jil Sander, Ferragamo, Andreas Kronthaler para Vivienne Westwood), como velo omnipresente sobre lencería (Simone Rocha) o en una maxi manga (Coperni). No cabe duda: esta primavera todo se verá de color de rosa.
4. La nueva Côte d’Azur

Que la temporada estival se empape de tintes náuticos no es ninguna novedad; esta época del año es el arranque de las escapadas a la costa y las rayas contagian de espíritu en alta mar numerosas colecciones (solo sus búsquedas en la web Lyst subieron a un 388% este primer trimestre). Pero lo que suele limitarse a un uso recurrente de este estampado bretón en camisolas y pantalones de pinzas, contrasta ahora con el aluvión de referencias a la estética marítima que vive esta primavera-verano, fiel a su imaginario o con un giro mucho más contemporáneo.
Mientras el cuello marinero que lanzó Miu Miu hace unas temporadas termina por afianzarse junto a formas más refinadas (Alessandra Rich, Tommy Hilfiger), el tejido a rayas se revitaliza sobre suelo urbano acompañando a siluetas clave de la temporada como los deshilachados y las grandes lazadas (Off White, Sacai o Proenza Schouler).
5. Espíritu Wall Street

Melanie Griffith y Sigourney Weaver personificaron en la película Armas de Mujer a la working class femenina que en los años 80 comenzaba hacerse hueco en Wall Street. Encarnaban no solo a través de su lenguaje visionario un futuro más igualitario en el mundo de las finanzas de Nueva York, sino también con sus peinados o el vestuario. De los trajes de chaqueta comedidos y entallados que arrastraba la época adoptaron el uniforme sobredimensionado de sus colegas en la oficina, con infinitas hombreras que imperaban en la década y que el diseñador Anthony Vacarello ha reproducido fielmente en las 15 primeras salidas de su colección primavera-verano 2025 para Saint Laurent.
Esa línea brutalista en los hombros también se adueña de la americana XXL en Bottega Veneta, encaramada al clásico gris topo o en juegos de colores cálidos. Una macro silueta que cala sobre otra prenda oficinista de la temporada: el trench con trabillas, hombros relajados y unas cuantas tallas de más.
6. El impermeable como abrigo de fiesta

Las lluvias que se han instalado de forma casi perenne en nuestras vidas hacen de esta prenda normalmente relegada a un cajón de nuestro armario, un lugar supremo en esta temporada. Esta primavera-verano, además de cumplir su funcionalidad, el impermeable y los cortavientos adquieren un valor estético jamás visto en la moda para albergar sugerentes estilismos que parecen prolongar esa espontaneidad lúdica que siempre han sabido potenciar las británicas en festivales de música.
De hecho, es el Brit Pop el gran movimiento que alienta la manera de llevar este clásico deportivo, preferiblemente en amarillo, verde militar o rojo. Su cometido es dar cobijo a vestidos de lentejuelas (Burberry, Prada), transparencias y faldas lápiz, además de la omnipresente braguita que una temporada más quiere emprender en solitario (Miu Miu).
7. El omnipresente ‘bandeau’

En su mínima expresión y con el escote recto palabra de honor que han defendido hasta la extenuación las alfombras rojas de medio mundo, esta prenda superior acaparó infinidad de salidas durante los desfiles PV 2025. Bien en solitario y monocolor como lo defienden Alaïa y Balenciaga, en clave retro según Vaquera NYC y Prada, o bajo el sinuoso velo que aporta Paloma Wool, ponen nuestro abdomen a prueba para crear esculturales looks a su paso. Gucci y Dries Van Noten añaden prendas de abrigo bajo un mismo print o en juego de texturas para democratizar su uso.
8. Caída libre en paracaídas

Una temporada en la que el juego de volúmenes lo es todo, se impone esta silueta insuflada y grandilocuente normalmente custodiada por la alta costura para aspirar a un público masivo. Refinada en las propuestas bohemias de Chloé y bajo un halo de princesa de cuento en Chanel, el parachutecode se consolida a pasos agigantados con una paleta inspirada en el color de las nubes, además de dramáticos drapeados y detalles abullonados que transforman los tejidos en una prenda caída del cielo. Frente al maximalismo, firmas como Philosophy di Lorenzo Serafini, Ferragamo o Alberta Ferretti aterrizan la tendencia bajo fórmulas más comedidas con guiños al objeto en pliegues y correas.
9. Cuadros de primavera

El grunge y esa vibra noventera que se percibe en la pasarela PV205 han conseguido que el tartán y demás estampados a cuadros dejen de ser patrimonio único de los meses fríos. El carácter multidisciplinar que su fundador Jonny Johansson ha inculcado a la marca Acne Studios desde sus comienzos, hace de este tapiz geométrico su bandera esta temporada, bien bajo transparencias o sobre juegos cromáticos de un mismo patrón. Mientras, Bottega Veneta, Sacai y el diseñador de Amberes Christian Wijnants ponen todo el peso en una única prenda de abrigo, liviana en la forma pero tan envolvente como su presencia.
10. Lazadas al cuello

A camino entre la época eduardiana y el furor que causaron durante los años setenta y ochenta en las oficinas bajo la etiqueta de secretary blouse, esta camisa lo es todo esta PV25. Unida a la propuesta nacarada de Demna para Balenciaga, o más grandilocuente y decimonónica en manos de Prada y Burberry, se convierte en el centro de las miradas para llevar en look monocolor o con estampados a rayas.
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