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Sánchez lanza un mensaje de estabilidad a los mercados en plena negociación con Podemos

El presidente en funciones apunta que habrá Gobierno pronto y promete seguridad jurídica y rigor presupuestario

Pedro Sánchez llega a la VI Cumbre de las Empresas Familiares Europeas, este miércoles en Madrid. En vídeo, declaraciones de Sánchez.Vídeo: JULIÁN ROJAS | ATLAS

Bruselas ha dado este miércoles un serio aviso al nuevo Gobierno por la abultada deuda pública y la débil posición fiscal de la economía española. Los mercados han dado también algún —mínimo— síntoma de inquietud desde las elecciones del 10-N: las Bolsas apenas bajan desde entonces, pero las casas de análisis internacionales elucubran acerca del bloqueo político y los efectos económicos de una coalición PSOE-Podemos. En ese contexto, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha tardado apenas 10 días en enviar un mensaje de estabilidad económica a Bruselas y a los mercados: el jefe del Ejecutivo espera poder formar Gobierno en diciembre —"confío en que pronto acabe el bloqueo y podamos abrir una nueva etapa sin crispación", ha dicho este miércoles— y promete "rigor presupuestario" ante los continuos avisos de la Comisión Europea y la inquietud que pueda generar en algunos la presencia de Unidas Podemos en un futuro Gobierno de coalición. Sánchez aún no tiene garantizada la investidura, pero ha comunicado a los empresarios que está en ello y confía en poder lograr el desbloqueo en "pocas semanas". La idea inicial era a mediados de diciembre.

Con la deuda pública cerca del 100% del PIB y el déficit entre los más abultados de Europa (por encima del 2% del PIB), el dirigente socialista ha prometido, en la VI Cumbre de la Empresa Familiar Europea, celebrada en Madrid, "hacer los deberes" con el déficit y "acercarlo al 2%" al cierre del año. Pero a la vez les ha recordado que él dirige un Gobierno socialdemócrata y ha lanzado guiños a la izquierda a pesar de ser un foro empresarial: "Una gestión responsable de la política presupuestaria no es incompatible con las medidas sociales", ha afirmado.

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Sánchez anunció durante la campaña electoral que la ministra de Economía, Nadia Calviño, sería vicepresidenta si él conseguía los apoyos necesarios para su investidura, en un claro mensaje de asunción de la ortodoxia que tanto gusta en Bruselas. Pero a la vez lanza señales también destinadas a Podemos: el PSOE llevaba en su programa electoral revertir los efectos más nocivos de la última reforma laboral del PP —a pesar de que en el último año ha sido incapaz de encontrar apoyos para ello— y, en ese discurso, el presidente en funciones ha explicado este miércoles que el nuevo Ejecutivo "tomará medidas para reducir el paro y luchar contra la precariedad y la desigualdad". "No hay progreso económico duradero sin progreso social", ha insistido. Sánchez está mirando a su izquierda para lograr la investidura con el apoyo de Unidas Podemos —además del del PNV y varios grupos pequeños—, pero necesita la abstención de ERC, y eso es lo que está complicando la situación.

El mercado laboral da claros síntomas de agotamiento, en plena desaceleración, con más de medio año de Gobierno en funciones y con los nubarrones siempre presentes de la guerra comercial y el Brexit. El paro sigue en torno al 14% a pesar del último lustro de fuerte crecimiento, y la última Encuesta de Población Activa (EPA) dio síntomas preocupantes: el frenazo económico llevó al empleo al peor verano desde 2012. El bloqueo político forma parte de esa ecuación: por eso Sánchez ha confiado este miércoles en poder formar un Gobierno con plenas capacidades "en las próximas semanas" y promete una y otra vez disciplina fiscal. "Después de cuatro elecciones en cuatro años necesitamos estabilidad institucional cuanto antes. Es una condición indispensable para la actividad empresarial. Necesitamos un Gobierno en plenas funciones sobre el que no pese la amenaza de la provisionalidad. Hemos dado pasos para ello".

Ni una palabra de los ERE

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En medio de un duro enfrentamiento entre el PSOE y el PP a cuenta de la sentencia de los ERE andaluces —sobre la que el presidente en funciones y líder socialista no ha querido decir todavía una sola palabra—, Sánchez ha enviado una visión optimista sobre la posibilidad de grandes acuerdos entre los bloques que no se corresponde con los mensajes que ofrece la realidad política. "Espero que podamos tener una nueva legislatura que sea la del reencuentro con la política. Por primera vez todos los actores políticos estamos muy de acuerdo en que ese es el camino", ha insistido. Ha subrayado lo necesaria que resulta la estabilidad política para las inversiones y se ha comprometido a desplegar políticas sociales "dentro de los márgenes financieros". También ha apostado, ante los empresarios, por "subidas razonables de salarios".

Además del compromiso de estabilidad presupuestaria y seguridad jurídica, Sanchez ha prometido ante las empresas familiares que llevará adelante las reformas que la economía española, a su juicio, requiere. En su discurso se centró especialmente en la idea de un gran pacto por la educación, pese al evidente enfrentamiento que ahora mismo tiene con el PP también en este asunto. Sánchez se fija especialmente, según ha explicado, en el modelo alemán, con una formación dual y mucho peso de la Formación Profesional. Según el presidente en funciones, este es un eje fundamental para el desarrollo futuro, junto al de la economía de la igualdad, para luchar por la igualdad entre sexos en el campo laboral, y la implementación de la estrategia de "nación emprendedora". Según el líder socialista, España "puede dar un salto cualitativo en transformación digital y en transición ecológica".

Sánchez decidió a última hora no acudir al Congreso de la Empresa Familiar española celebrado en Murcia en octubre, un plantón que sentó mal en este grupo. Este miércoles no ha dejado de hacer guiños a la importancia de este sector y de dar nombres de empresas familiares españolas con largo recorrido. Les ha asegurado que el Gobierno cuenta con ellas y quiere que ellas cuenten con el Gobierno. En ese sentido, se ha alineado con las peticiones realizadas por Udo Vetter, elegido presidente del Instituto de la Empresa Familiar Europea (EFB). Vetter ha remarcado como desafíos principales, además de la armonización educativa europea, el apoyo al talento, la financiación sostenible y la internacionalización, así como el mantenimiento de las nuevas generaciones en la empresa familiar.

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