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Atresmedia insiste en que realizará su debate y mantiene la invitación a Sánchez

El grupo confirma la presencia de Iglesias, Casado y Rivera en el encuentro previsto para el 23 de abril

Tom C. Avendaño
Ana Pastor y Vicente Vallés durante la presentación del debate de Atresmedia
Ana Pastor y Vicente Vallés durante la presentación del debate de AtresmediaJ.J. Guillén (EFE)

Atresmedia insiste en que su debate electoral, previsto para el próximo martes 23, se celebrará de todas formas pese a que la Junta Electoral le haya prohibido invitar a Vox y esto haya provocado la deserción de Pedro Sánchez, quien ha preferido apuntarse al debate de TVE cuya fecha todavía no se ha confirmado. El día de emisión es ahora un componente clave en la partida de ajedrez que el grupo privado está librando contra la cadena pública. TVE todavía podría anunciar que su debate se emite el día 23, el mismo que el de Atresmedia, dejando a la casa de Antena 3 con poco más que la buena disposición de los tres candidatos que esta mañana han confirmado asistencia a su encuentro reformulado, es decir, Pablo Iglesias, Pablo Casado y Albert Rivera.

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Es una situación que un día antes habría sido impensable. Pero el martes por la tarde, el comunicado de la Junta Electoral, en el que prohibía el debate de mayor sustancia en la campaña, cayó como un meteorito en la sede del grupo. La empresa propietaria de Antena 3 y La Sexta estaba ya en las últimas fases de organización y promoción de lo que iba a ser su gran golpe de efecto en la campaña, el encuentro de candidatos más trascendente antes de las urnas. TVE planeaba su propio debate, pero este sería el único que enfrentaría al candidato que más tiene que perder, Sánchez, con el que peor se podría defender, Santiago Abascal.

Ya esa tarde de martes, sin Vox en el escenario, tal y como pedía la Junta, la cadena empezó a resignarse a lo peor: que Sánchez también se desmarcase y se decantase por la televisión pública. Cuando eso ocurrió, a primera hora del miércoles, la maquinaria de la casa, curtida en tratar con políticos y limar debates, estaba ya en plena efervescencia. Había mucho en juego y todavía más que salvar.

Por ejemplo, salvar el trabajo ya realizado y el dinero ya invertido. El debate estaba pedido desde el mismo 15 de febrero que Sánchez convocó elecciones generales. Siguieron horas de llamadas y negociaciones con los partidos para definir tramos, ritmo y formato. Todo estaba alineado ya cuando el presidente confirmó el pasado jueves 11 su participación, y desde entonces Atresmedia había estado entregada para construir desesperadamente un plató que sirviera tanto para la celebración del debate como para la exhibición de músculo técnico. La casa había invertido su imagen en promocionar el debate más concurrido de nuestra democracia. Docenas de periodistas habían dedicado horas y horas a preparar el programa. Echar todo esto a perder equivaldría a un fracaso.

Y no solo de inversión, también de imagen. Entre las cantidades invertidas en los informativos de Antena 3 y los despliegues de La Sexta, Atresmedia se considera un referente informativo en la televisión española, a años luz de la competencia, y los debates son la especialidad de la casa. Habían emitido el primer debate televisado de la democracia, el de Felipe González y José María Aznar de 1993, antes de que la Academia de la Televisión asumiese durante años la organización de futuros debates. Aquí también se organizó el primer debate a cuatro bandas de unas elecciones generales, el de diciembre de 2015 con PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos (en aquella ocasión TVE emitió un cara a cara con Sánchez y Rajoy).

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Este miércoles, la casa amaneció en el epicentro de la campaña electoral. En los partidos se empezaba a dar por hecho que su debate quedaría suspenso. TVE ya estaba anunciando extraoficialmente, en los corrillos, que su debate se celebraría el 23. Entonces salieron con el nuevo anuncio: el debate seguía adelante con la presencia confirmada de Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera, con la invitación abierta a Pedro Sánchez. Era la opción impensable 24 horas antes: intercambiar posiciones con TVE y asumir que llevaban ellos el debate sin Sánchez ni Vox. Era también, dado el día de infarto en la casa, el mal menor.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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