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El Gobierno avisa a Cataluña de que su Parlamento no puede decidir la forma de Estado

El Ejecutivo busca dar la vuelta a la reprobación del Rey política y jurídicamente

Los Reyes saludan a Pedro Sánchez.
Los Reyes saludan a Pedro Sánchez. Ballesteros (EFE)

Desde el pasado martes, el Gobierno estaba en guardia a la espera de las resoluciones del Parlamento de Cataluña por si pudieran incurrir en alguna ilegalidad. No fue así, pero el miércoles vio la luz una proposición de ley, impulsada por Catalunya en Comú Podem, que engloba a Podemos, en la que se reprobaba al Rey y se proponía la abolición de la Monarquía. El Ejecutivo, además de rechazar ese contenido, busca la fórmula jurídica para echar atrás esa iniciativa, seguramente a través del Tribunal Constitucional. Un Parlamento autónomo no puede decidir la forma de Estado. Esta es la declaración de principios del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la vicepresidenta, Carmen Calvo, expresada en conversación informal en la recepción del 12 de Octubre celebrada en el Palacio Real, en Madrid.

A pocos metros de donde departía el Rey con algunos asistentes a la recepción anual por la Fiesta Nacional, acompañado de la Reina, el presidente del Gobierno mostraba su máximo rechazo a lo aprobado el día anterior en el Parlamento de Cataluña. Además de mostrar su repulsa, informaba de la búsqueda, aún no resuelta, de la fórmula jurídica para revertir esa iniciativa. No obstante, al ser una proposición no de ley (PNL), es decir, una iniciativa de menor rango que queda meramente como una expresión simbólica, dificulta la denuncia ante los tribunales.

El Tribunal Constitucional puede ser el ámbito adecuado que es el órgano al que el Gobierno se dirigió en el mes de julio cuando la Cámara autónoma aprobó otra PNL, también simbólica, por la que se reafirmaban en las leyes de desconexión aprobadas en octubre de 2017. En las conversaciones informales tanto con Pedro Sánchez como con la vicepresidenta Carmen Calvo, se ha puesto de manifiesto que el Ejecutivo va a seguir con su estrategia de “diálogo y ley”. Todo dentro de la Constitución, nada fuera de la misma y de la ley, ha sido la conclusión.

Respecto a los problemas que está planteando el independentismo desde las instituciones a esta estrategia, el Gobierno circunscribe la iniciativa del Parlamento catalán a "una situación más de declaraciones que de otra cosa" y que el camino para encontrar una solución al conflicto está en la primera fase, con políticas de distensión y comisiones bilaterales con la Generalitat.

Sacar los Presupuestos

Las dificultades de Pedro Sánchez para mantener como socios de legislatura a Podemos se aprecian en situaciones como esta. En la mañana del miércoles firmaba en La Moncloa con Pablo Iglesias, líder de Podemos, un acuerdo para los presupuestos y otras materias, y por la tarde esa formación en Cataluña reprobaba al Rey, representante de una institución como es la Corona que el jefe de Gobierno tiene que defender. Y aunque el equilibrio es difícil, tiene el propósito de hacerlo, aunque al mismo tiempo, pretende contar con los votos del grupo parlamentario de Iglesias para sacar las cuentas del Estado de 2019 y mantener la legislatura el máximo tiempo posible. Sánchez está convencido de que los Presupuestos saldrán adelante.

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Si ese encaje no es fácil, tampoco lo es la relación con los independentistas a quienes necesita para sacar los Presupuestos. No tira la toalla el presidente respecto a que estos puedan salir adelante. Es más, en estas conversaciones del Palacio Real ha dado por supuesto que habrá acuerdo. Las negociaciones no empezarán de inmediato ya que Sánchez primero lo presentará en el Congreso a últimos de noviembre o primeros de diciembre, y después empezará la negociación. El tiempo es el factor con el que cuenta el presidente del Gobierno para que evolucione el mundo independentista. No quiere dar por bueno que vayan a supeditar la negociación de un referéndum en Cataluña a la aprobación de las cuentas, aunque eso es exactamente lo que dicen. En ese sentido, el Gobierno considera que no es más fácil negociar con ERC que con el PDeCAT. 

Mientras tanto, el Gobierno seguirá dando mensajes a los catalanes de que busca la estabilidad de la comunidad autónoma y que le vaya lo mejor posible. Esta es la tesis que trasladó el martes la vicepresidenta en un foro de empresarios catalanes en el que estaba el presidente de la Generalitat Quim Torra. En ese acto, todos apreciaron la frialdad del presidente catalán con la vicepresidenta. Cuando este tomó la palabra no saludó ni mencionó a la número dos del Gobierno de España. Si no hay Presupuestos porque los independentistas catalanes no los votan, Cataluña se quedará sin recursos relevantes para la mejora de la vida de sus ciudadanos. Este es el reproche que el Gobierno trasladará en esa comunidad.

Con o sin presupuestos, Sánchez quiere mantener la legislatura hasta 2020 y no ve más elecciones que las andaluzas en diciembre y municipales y autonómicas en mayo próximo. Antes de que termine el año, no obstante, el Gobierno espera que los restos de Franco se depositen en el lugar que elija la familia pero en todo caso fuera del Valle de los Caídos. En estos corrillos han dado a entender que nada pueden hacer si la familia insiste en depositar los restos en la cripta que adquirieron dentro de la catedral de La Almudena.

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