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La ikurriña en el chupinazo de San Fermín fue “un fraude de ley”

Un juez sentencia que el Ayuntamiento de Pamplona invitó a cargos vascos para poner la bandera

Fachada de la Casa Consistorial de Pamplona el 6 de julio de 2015.
Fachada de la Casa Consistorial de Pamplona el 6 de julio de 2015.LUIS AZANZA

La colocación de la ikurriña, la bandera vasca, en la fachada del Ayuntamiento de Pamplona el pasado 6 de julio, en el chupinazo de los Sanfermines, quiso simbolizar el primer acto del cambio de Gobierno en la ciudad, que tras 16 años en manos de UPN pasó a ser gobernada por Joseba Asirón, de EH Bildu. Además de simbólico, según la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Pamplona, también fue un "fraude de ley". El magistrado Antonio Ibáñez extiende esta consideración a la aparición posterior de la enseña vasca en los inicios festivos de Estella, Leitza, Etxarri-Aranatz, Oteiza y Lakuntza y condena a los Consistorios al pago de las costas, tras la denuncia presentada por la Abogacía del Estado.

La Ley Foral de Símbolos, aprobada en 2003, obliga a todas las instituciones públicas de la comunidad a colocar en las fachadas de los edificios las banderas española, navarra, europea y la del municipio correspondiente. La legislación prohíbe la exhibición de cualquier otra enseña, aunque incluye la excepción por la que, por carácter de cortesía con una visita oficial, se coloque la bandera de la procedencia de la institución visitante. Basándose en esa excepción legal, el Gobierno municipal invitó a 3 parlamentarias vascas de EH Bildu, Rebeka Ubera, Diana Urrea y Eva Blanco. Sin embargo, el juez Ibáñez estima que la invitación buscaba precisamente sortear la prohibición recogida en la ley y dar cobertura a una acción que sin ellas "sería contraria a derecho". La norma foral vigente se aprobó en 2003 por UPN, CDN y PSN y uno de sus objetivos, según viene recogido en su exposición de motivos, era precisamente evitar la colocación de la ikurriña, una posibilidad que hasta entonces se había dejado en manos de los plenos municipales.

En la sentencia, el magistrado añade que la presencia de las parlamentarias vascas no obedecía a una vista oficial, sino a la asistencia a unas fiestas patronales y tampoco ostentaban la representación de su comunidad, ya que no existía una delegación expresa del lehendakari, tal y como marca su Estatuto de Autonomía. La estrategia para sortear la prohibición legal fue luego imitada en varias localidades navarras, que han recibido la misma consideración de "fraude de ley" por parte del juzgado pamplonés. Los 6 Consistorios pueden ahora recurrir a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Navarra.

Ya en julio pasado, antes del inicio festivo, el propio alcalde Asirón reconoció que para 2015 buscarían "una fórmula" para que la ikurriña estuviera presente en el chupinazo. El juez recoge esta declaración del regidor en su sentencia para ilustrar el intento de sortear la norma realizado por el Ayuntamiento. También Joseba Asirón avanzó en EL PAÍS que el objetivo para el futuro era la derogación de "una ley de símbolos creada ad hoc para perseguir la ikurriña".

En ese sentido, los cuatro partidos que apoyan al Gobierno navarro presidido por Uxue Barkos, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, aprobaron la pasada semana una declaración en el Parlamento exhortando al Ejecutivo la redacción de un proyecto de reforma de esta ley para darle un "carácter no excluyente" y que apueste por "la tolerancia e integración de los símbolos". La reforma, que se encuentra dentro de los compromisos del acuerdo programático de legislatura entre los cuatro partidos, permitiría la colocación de otras enseñas en la fachada de los ayuntamientos con el acuerdo de la mayoría del pleno.

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