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“Antes de la curva, noté que íbamos mucho más rápido de lo normal”

Iván Solla Almestre, un joven gallego de 26 años, ha sobrevivido al accidente sin lesiones graves Afirma que no hubo ninguna explosión antes del impacto del ferrocarril contra la curva

La frase que más escucha hoy Iván Solla Almestre (Padrón, 1987) es “has vuelto a nacer”. Este joven licenciado en Humanidades de 26 años ha sobrevivido al accidente en el que han muerto hasta ahora 80 personas. Unas contusiones, un corte profundo en la cabeza y una cara “el doble de hinchada de lo normal” son las únicas lesiones que le ha dejado la tragedia, y ya ha recibido el alta esta mañana. Solla viajaba en el vagón número 9, hacia el centro, en el asiento 7B que daba al pasillo. Su primera sensación de que algo iba mal la tuvo justo antes de que el ferrocarril tomara la curva. “Noté que íbamos mucho más rápido de lo normal. De pronto, la gente gritó, el tren comenzó a volcarse y las maletas cayeron”.

Iván Solla Almestre (1987, Padrón) ha sobrevivido a la tragedia del tren de Santiago sin lesiones graves.
Iván Solla Almestre (1987, Padrón) ha sobrevivido a la tragedia del tren de Santiago sin lesiones graves.

El siguiente recuerdo del joven gallego es estar caminando en medio de los vagones siniestrados del tren. El cómo consiguió salir del noveno vagón es de momento una laguna en su memoria. “Comencé a caminar hacia la ladera y al subir vinieron a ayudarme tres mujeres, vecinas, creo, y una ATS”. La enfermera le preguntó a Solla si sabía dónde estaba. Pero él no recordaba en ese momento nada más que su nombre ni quién era. El viaje desde Madrid en tren para una semana de vacaciones se había borrado. Cuando encontró su móvil, tumbado sobre la ladera, Solla llamó a su madre, María Trinidad. "Le dije: 'Antes de nada, estoy bien. El tren ha tenido un accidente, pero yo estoy bien. Ella me preguntó: '¿Qué accidente? Aquí nadie sabe nada". Solla cree que fue de los primeros en salir de los vagones.

Dos horas después, Solla llegó al hospital y allí fue interrogado por la policía en dos ocasiones. “Me preguntaron dos veces si había escuchado una explosión. Y les dije que no. No al menos antes de que comenzáramos a volcar. Lo que sí tengo muy claro es que íbamos demasiado rápido para tomar la curva”, recalca el joven.

Para Iván Solla, que se encuentra estudiando un máster en teoría y crítica de la cultura en la universidad Carlos III, todo se ha quedado en un susto. Esta tarde, en su perfil de Facebook, un Solla vendado y con la cara abotargada, pero sonriente, agradecía todo el apoyo de sus amigos y aún bromeaba con la experiencia que ha sufrido: “Aunque no estoy lo que se dice muy guapo, como veis, he tenido mucha suerte y todo se me pasará más pronto que tarde. Como me habéis dicho algunos, he vuelto a nacer, el susto ha sido gordo aunque con buen final”.

Tan buen final que el próximo lunes volverá a coger el tren de vuelta a Madrid. “Ya tengo el billete comprado”.

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