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Desarticulada una banda que asaltó 27 fincas y vendía su botín en Marruecos

Actuaba en las provincias de Murcia, Alicante, Granada y Almería y planificaba con todo detalle sus golpes

La Guardia Civil ha desarticulado un grupo organizado que había efectuado 27 robos en el campo y colocaba su botín, preferentemente maquinaria agrícola, en Marruecos. La operación permite confirmar el grado de planificación y de movilidad de las bandas que están asaltando explotaciones agrícolas y ganaderas por España y que ha causado una gran preocupación en el sector. El grupo delictivo constaba de seis componentes, los cuales residían en puntos diferentes de Murcia y Alicante.

Esta organización delictiva se movía entre las provincias de Murcia, Alicante, Granada y Almería. Precisamente en Almería se celebró ayer una reunión entre representantes del Cuerpo Nacional de Policía y delegados del sindicato COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) para coordinar futuras acciones a la vista de que sigue incrementándose la percepción de robos en instalaciones agrícolas y ganaderas. La preocupación es de tal calibre que cada mes se producen varias reuniones de este tipo entre autoridades policiales y representantes de organizaciones profesionales.

La operación Les Menines destapada por la Guardia Civil corrobora la tesis de que, aun tratándose de una criminalidad de baja intensidad, se trata de una delincuencia organizada y planificada. Los detenidos formaban un grupo compacto especializado en el robo de motores de riego, generadores de energía, bombas de agua, herramientas, maquinaria agrícola y vehículos. Los seis integrantes de la banda habían establecido un punto de reunión en un bar del municipio de Almoradí (Alicante). Allí, junto a su líder, planificaban sus acciones con todo detalle. Además, habían alquilado un almacén en Crevillente (Alicante) donde guardaban lo sustraído hasta su posterior venta. Los integrantes del grupo estudiaban el objetivo, sus accesos y las posibles vías de escape. Solían actuar durante la madrugada.

También estaba perfectamente organizado el envío de los efectos sustraídos por vía terrestre y marítima hasta Marruecos, donde eran comercializados en mercados clandestinos. Utilizaban vehículos de carga para transportar los objetos robados, generalmente furgonetas modificadas. El producto de los robos era, posteriormente, enviado en vehículos más grandes junto a otro tipo de objetos, que justificaban con facturas falsas.

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